Death Show TV: el comienzo del programa del siglo

Death Show TV

Mai Yuni acaba de asesinar al que parecía su rival más fuerte: Mike Smile. Era de esperar que el sonriente bobalicón cayera al suelo con un potente lanzallamas. Jhon Joe Joe parece haber hecho lo propio con Elena Fox, aunque sólo habría necesitado un par de ardillas asesinas…

La isla es cada vez más estrecha, aumentándose las posibilidades de caza. Sólo puede sobrevivir uno y la audiencia espera impaciente el programa final. ¿Aparecerá la bestia de Las Cuevas? ¿Algún asesino invitado a la vista? Mientras que los clubes de fans empiezan a presionar, la avioneta de los patrocinadores presta un pequeña ayuda. Así es Death Show TV, un original e intenso juego de mesa.

 

LA SUPERVIVENCIA DEL MÁS FUERTE

Death Show TV es un juego de cartas de 2 a 8 jugadores, con partidas de 30 a 45 minutos de duración. Recomendado para mayores de 14 años, lo firma Lluís Collelldemont. Su diseño corre a cargo de Cristian Sánchez.

Tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami, donde recaudó cerca de 7.000 euros, ya es una realidad. Llega un mes antes de lo previsto, con todos los extras desbloqueados en esa campaña. Con ello, no tardará demasiado en aterrizar en todas las tiendas.

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Componentes de juego.

Con un argumento que recuerda a la saga Los Juegos del Hambre, convierte a sus jugadores en los protagonistas de un programa de televisión. Ansiosos de conseguir la fama, saben que el precio a pagar puede ser su propia vida. Al fin y al cabo, sólo habrá un ganador y será el último que permanezca en pie.

Haciendo uso de sus habilidades, se moverán por las distintas localizaciones de una isla. Buscarán armas y asesinarán a los rivales que encuentren, a la vez que evitan ser las siguientes víctimas. Las criaturas también están a la orden del día, así como todo lo que la audiencia pida (sangre incluida). Suerte que el programa cuenta con retorcidos guionistas…

 

DEATH SHOW TV: UNA PARTIDA

Antes de empezar, se crea el escenario de juego con tres cartas de bosque, tres de refugio y tres de playa. Se baraja el mazo de show para situarlo en el centro de la mesa.

Cada jugador recibe su carta de personaje, con su correspondiente carta de habilidad. Tras marcar cuatro puntos de vitalidad en ella, comienza la partida. Un turno se estructura en cuatro fases. Tras completarlo, será el turno del siguiente, y así sucesivamente. Esta mecánica se repite hasta que sólo quede un jugador con vida, convirtiéndose en el ganador.

1. Robo de una carta del mazo de show.

2. Realización de una acción.

El jugador debe escoger entre moverse, cazar o pelear. Con la primera opción, desplazará a su personaje a una localización libre de la isla. Con la segunda, junto con una carta de rastro, podrá situarse sobre una localización ocupada por otros jugadores.

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La isla de Kana’i se prepara para mancharse de sangre.

Al hacerlo, iniciará un combate. Como atacante, mostrará qué arma utilizar (de nivel uno hasta que se suba el nivel del arma, descubriéndose su correspondiente carta en el mazo de show), así como todas las de equipo y giro inesperado que desee. El defensor hará lo mismo.

Ambos lanzarán un dado y el ganador será quien sume la mayor cantidad de fuerza, robando una carta de la mano del perdedor. Este último se restará una vida. Si fuese su última, quedaría eliminado del juego. El atacante se quedaría con toda su mano y eliminaría una carta de localización libre para estrechar el escenario.

En el combate, deben tenerse en cuenta algunas habilidades de los personajes, así como las posibles bonificaciones del terreno y las pifias, que implican la derrota. Luchar desarmado supone ganar una carta extra del mazo, en caso de alcanzar la victoria. Tras una batalla, se recuperan todas las cartas no desechables.

Los combates múltiples funcionan siguiendo la misma mecánica. En este caso, el ganador será quien haya obtenido el resultado más alto. El perdedor será el que sume menos puntos.

Por último, es posible apostar por una pelea. Se produce cuando el personaje ya está en la misma localización que otro u otros, iniciándose un combate con las mismas reglas.

3. Ejecución de un evento.

El jugador puede bajar un evento a la mesa, ya sea en beneficio propio o para fastidiar a los rivales. Muchos de ellos funcionan como un enemigo salvaje, con una fuerza de combate determinada. Si no se quiere perder una vida, el jugador contra el que se ejecute tendrán que superar ese valor (y el del dado) siguiendo las mismas reglas de combate.

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Cada personaje cuenta con su propia habilidad.

4. Descarte de las cartas sobrantes.

Independientemente de quien sea el turno, aquéllos que posean más de siete cartas en la mano deben descartarse las sobrantes.

 

DEATH SHOW TV: CONCLUSIONES

«Una oportunidad única e irrepetible para interactuar con la letal naturaleza y vivir en primera persona la emoción de la telemuerte en directo. Si te gustaba ver nuestro programa, te encantará ser su protagonista. ¡Ya verás cuando la sangre salpique tu cara!». ¿Quién podría resistirse a algo así?

Si por algo destaca Death Show TV a simple vista es por no pasar desapercibido. Su argumento es más que original, creando partidas que nos alejan de la realidad, con la emoción y los nervios siempre presentes. La competición se vuelve más dura que nunca y las sorpresas están a la orden del día.

Este programa de televisión llega a través de componentes sencillos: un par de dados, ocho cubitos de madera y cartas en tonos negros con textos sencillos y concisos. Estas últimas parecen resistentes, pero dado que en el negro las muescas se notan mucho más, recomendamos enfundarlas (aunque la caja jamás vuelva a cerrarse).

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Las cazas y las peleas, las grandes constantes del juego.

Sus reglas podrían llevarse el premio a las mejores explicadas de los últimos años. Están perfectamente organizadas, con ejemplos incluidos, por lo que pocas dudas nos dejarán una vez leídas. Además, se propone apostar por un modo fácil que sirva como aproximación. Ahora bien, ¿qué hay de su jugabilidad?

Sin lugar a dudas, estamos ante una propuesta para grandes grupos. O, al menos, para más de tres o cuatro jugadores. Es en estas partidas cuando realmente se mostrará todo su potencial. Las constantes interacciones y las enormes posibilidades de juego, incluso en el turno de los demás, eliminan las pesadas esperas entre turnos.

Es muy común que los asesinatos se sucedan cada pocos segundos. Dada la rapidez de los combates, es habitual que alguien con cuatro vidas pase a tener una en un par de turnos. Al fin y al cabo, si no es el jugador de la derecha quien nos ataca, es un enorme dragón en forma de evento.

Death Show TV está abierto a numerosas estrategias. Tal vez, Roberto Mendoza prefiera pasar desapercibido, dejando que unos se maten a otros. O, quizás, prefiera pasar a la acción desde los primeros turnos.

No hay unos planes más válidos que otros, siempre y cuando se aprovechen al máximo todas las fases de cada turno (al siguiente podríamos no estar vivos) y los efectos de las localizaciones. Dominarlos será una de las claves para alcanzar la victoria, por lo que conviene no moverse a lo loco.

Algunas, darán más puntos de fuerza al defensor, convirtiéndose en un lugar más que recomendado para fortalecerse. Quienes posean pocas vidas, tal vez prefieran acudir a ese lugar que permitía recuperar vidas (muy de vez en cuando). Por contra, si nos vemos con fuerza y con buenas cartas, convendrá acudir a un sitio donde utilizar armas de cualquier nivel.

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Los combates: sencillos y rápidos.

Este juego del escondite determinará las cartas a utilizar. Además, si se juega bien, podremos ganar tiempo antes de enfrentarnos a un nuevo ataque. Mi rival me ha robado un evento muy poderoso que afecta a Las Cuevas, por lo que, como es lógico, jamás pisaré ese lugar.

La atención a las habilidades del personaje también supone un extra a la competición. Los empates pueden estar a mi favor, mientras que los bosques podrían darme una pequeña ventaja. Jugar con ellas desde el principio también garantizará buenos resultados.

Aunque el azar está presente a la hora de determinar la fuerza de un combate o en algunos eventos, una buena estrategia acostumbra a ser infalible (a no ser que las pifias vengan a nuestros brazos una y otra vez). Como suele ocurrir en este tipo de juegos, la dificultad está determinada por la forma de juego de los demás.

Una vez explicado esto, quizás alguno se pregunte si es posible ir a por el rival más débil. La respuesta es sí. Atacar a ese jugador que tiene un pie en el otro barrio es una opción para ir reduciendo el espacio. Sin embargo, mientras gastamos fuerzas en él, Elena Fox puede empezar a perseguirnos, con sus correspondientes consecuencias.

Otro de los aspectos que más preocupa a los jugadores es esa eliminación. Cada vez que un participante pierde todas sus vidas, queda eliminado de la partida. Su espíritu no podrá intervenir con ningún entretenimiento inventado, por lo que tendrá que quedarse mirando a la nada o aprovechar para ir al baño.

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Los eventos, uno de los elementos más sorprendentes, pueden jugar una mala pasada.

Con ello, existen dos opciones: inventar alguna variante casera o aceptar lo que hay. Lo bueno es que las partidas son muy rápidas y, a no ser que lo hayamos hecho estrepitosamente mal, a los rivales ya les quedará muy poca vida.

Como ya hemos explicado, Death Show TV funciona a la perfección con grandes grupos. Su enorme rejugabilidad (hay cientos de combinaciones de localizaciones) garantiza su larga vida. ¿Pero qué ocurre en las competiciones entre dos jugadores?

Salvo por un pequeño detalle con las pifias, las reglas se mantienen intactas. Meteoro Aníbal y Noobkiller se enfrentan el uno al otro, en un duelo a vida o muerte. La interacción es mucho menor que en el resto de partidas, ya que se requiere de tiempo para conformar una mano aceptable, y a menudo poco se puede hacer en un turno.

Por otro lado, es común terminar sin haber descubierto buena parte de las cartas del mazo, algunas de las cuales garantizan la máxima emoción. Por desgracia, también se renuncia a ese estrechamiento de la isla, uno de los aspectos más originales e interesantes del juego.

Con ello, puede disfrutarse sin problemas entre dos personas, pero no será lo mismo. Se pierden algunos de esos atractivos aspectos. ¿Solución? Volver a apostar por las reglas caseras. Quizás no esté de más jugar con un par de personajes cada uno (aplicando reglas distintas) o, como se plantea en el manual, añadir más vidas para aumentar la duración de las partidas.

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La isla se estrecha a medida que mueren concursantes.

Su presentación a principios de año dejaba a los futuros jugadores con ganas de disfrutarlo al máximo. Ese momento ha llegado, teniendo ante nosotros un juego competitivo, sencillo y adictivo. No decepciona en absoluto, sobre todo por esa reducción de la isla, la originalidad al recuperar muchas de las cartas jugadas en combate o por esas cartas con el punto verde.

Supone una muy buena carta de presentación para su autor en el mundo de los juegos de mesa, fruto de un duro trabajo. Es difícil no coger cierto cariño a sus personajes, por muy despiadados que sean (y no nos referimos a la señorita Fox). Si además tenemos algunas peanas sobre las que colocarlos, para facilitar su movimiento por la isla, la experiencia será aún más placentera.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 83 Cartas de Show
  • 11 Cartas de Ubicación
  • 8 Cartas de Concursante
  • 8 Cartas de Habilidad
  • 8 Marcadores
  • 2 Dados
  • Instrucciones (castellano)

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