Un par de setas dejan el camino libre a unas preciosas flores. Me dispongo a recogerlas cuando descubro que una de ellas está reservada. ¿Desde cuándo se hacen reservas en plena naturaleza?

Mi orgullo puede más que cualquier cosa, por lo que renuncio a mi preciada gema para llevarme ambas flores. No tardo en comprender que esa decisión me saldrá cara. Reseñamos Spirits of the Forest, un nuevo juego que combina las mecánicas de un ‘set collection’ con las mayorías.

 

UNA CAPRICHOSA COLECCIÓN

Spirits of the Forest acaba de estrenar su edición en castellano, de la mano de Tcg Factory. Disponible a un precio que ronda los 14 euros, ofrece competiciones de 1 a 4 participantes, de 20 minutos.

Recomendado a partir de los 14 años, es una creación de Michael Schacht, ilustrada por Natalie Dombois. Su versión original forma parte del catálogo de ThunderGryph Games, tras una exitosa campaña en Kickstarter. Fruto del acuerdo entre ambos sellos, Tao Long, Dead Man’s Doubloons y Pot de Vin ya están en las tiendas españolas.

Este juego abstracto recurre a la mecánica propia de un ‘set collection’ como eje principal. Convertidos en curiosos serafines, los jugadores tienen un objetivo claro: coleccionar la vida del bosque. El musgo, las setas, las gotas de rocío y las frutas son parte de esas colecciones místicas.

 

SPIRITS OF THE FOREST: UNA PARTIDA

Se barajan las losetas y se dejan, boca arriba, en el centro de la mesa. Ocuparán cuatro filas, compuestas por doce losetas cada una. Tras disponer ocho fichas en los lugares iniciales, boca abajo y de forma aleatoria, se dejan las restantes en la caja.

Cada jugador recibe dos gemas de su color (en partidas de tres y cuatro jugadores) o tres (en competiciones entre dos). Su turno se desarrolla en tres fases, para dar paso al siguiente. Se repite la misma mecánica hasta agotarse todas las losetas.

1. Recolectar losetas. 

El participante selecciona una loseta con dos símbolos de espíritu o dos de un mismo color con un símbolo de espíritu cada una. Sólo pueden tomarse las que estén en los extremos del bosque (a medida que avance la partida, se irán desbloqueando otras). Las escogidas pasan a la zona personal.

2. Examinar fichas de favor.

Esta fase sólo se lleva a cabo si la loseta o losetas escogidas cuentan con alguna ficha encima. Si contiene un símbolo de espíritu o de poder, se guarda boca abajo en la colección. Si cuenta con el símbolo «+», podrá utilizarse en cualquier momento para recuperar una gema eliminada.

3. Colocar una gema. 

Si aún tiene gemas, puede colocar una sobre cualquier loseta libre, independientemente de que tenga fichas o no sobre ella. La loseta quedará reservada para un turno posterior. Si no tuviera, puede mover una gema de una a otra loseta.

Cuando se la quede, recuperará su gema. Si es otro el que quiere llevársela, tendrá que eliminarse una de sus propias gemas, ya sea de la reserva o colocada en el escenario. La situada sobre la loseta regresa a su propietario.

Puntuación

Al agotarse todas las losetas, se procede al recuento de puntos. Se suman los símbolos de espíritu de cada tipo, por separado (teniendo en cuenta los de las fichas obtenidas). Sólo el que tenga mayoría de cada uno se anotará tantos puntos como equivalgan a ese número de símbolos.

Por cada tipo de espíritu del que no se posean símbolos (no cuentan los de las fichas), el jugador se resta tres puntos. A continuación, se atiende a los de poder: sol, luna y fuego. El que tenga mayoría de cada uno, recibe tantos puntos como símbolos tenga, atendiendo también a las fichas.

Al no tener de un determinado tipo, también se resta tres, sin tener en cuenta las fichas. El ganador de la partida será quien sume más puntos. En caso de empate, la victoria será para el que tenga menos losetas.

 

SPIRITS OF THE FOREST: CONCLUSIONES

Frutas, flores, gotas de rocío, hojas… El colorido ya empieza a definir mi colección, pero no es suficiente. Necesito reunir, al menos, una muestra de cada espíritu. Llevarme un recuerdo de esta intensa tarde en el bosque. De su belleza.

El poder de mis gemas y un paseo estratégico me permiten añadir un par de setas y algo de musgo. Finalmente, renuncio a ellas para quedarme con esa telaraña tan codiciada. Llega la noche y aún no puedo determinar con exactitud qué elementos me darán puntos. Al menos, sé que no me restaré ninguno, ya que cuento con una muestra de los nueve.

No ha ido mal el recuento, pero he olvidado algo por completo: el poder del sol, el fuego y la luna. Parece ser que sí que me acabaré restando varios puntos, puesto que los símbolos que he reunido de estas fuerzas han sido por mera casualidad. Durante la próxima excursión, más me vale no descuidar absolutamente nada.

A excepción de Dead Man’s Doubloons, el catálogo de Tcg Factory se compone de juegos abstractos. Tao Long, Pot de Vin y Spirits of the Forest nos sumergen en mundos espirituales y luchas por el poder, a través de unos cuidados componentes. Esta novedad no es la excepción.

La editorial y distribuidora ya nos tiene acostumbrados a auténticas y coloridas preciosidades, idea que se reafirma en este viaje por el bosque. Las losetas, las fichas y las gemas son muy duras y resistentes, algo necesario dada su constante manipulación. Al combinarlas entre sí, tenemos un asombroso escenario, propio de cualquier cuento de fantasía.

Es capaz de trasladarnos a un bosque mágico para hacernos partícipes de su belleza. Nos lleva a apreciar cualquiera de sus elementos. ¡Hasta las telarañas! Al fin y al cabo, sin ellas, ya podemos despedirnos de la máxima puntuación.

Haciendo uso de las características propias de un ‘set collection’ y de un juego de mayorías, competimos por las losetas más valiosas. Como tales, debemos atender a nuestra colección para determinar nuestros siguientes movimientos. Un vistazo a las ganancias de los rivales también nos orientará para el futuro cercano. ¿Por qué no llevarnos esa que tanto desea, aunque no nos sirva de mucho?

Spirits of the Forest se rige por dos principios: sólo puntúa el que tenga mayoría y no tener símbolos de un determinado espíritu resta puntos. Conviene tener, al menos, un símbolo de cada. Sin descuidar las mayorías. De poco nos servirá haber reunido todos los símbolos si no tenemos mayoría en ninguno como para puntuar.

Dada la disposición aleatoria de las losetas y los objetivos de los demás, no habrá dos partidas iguales. Las losetas de los extremos no serán las mismas, ni tampoco, los planes. Lo que queda claro es que una buena observación al terreno será la que nos permita decidir entre una loseta con dos símbolos o dos de un mismo color con un símbolo cada una.

Los jugadores más estratégicos determinarán sus acciones en base a las losetas que dejarán descubiertas al tomar las de los extremos. Quizás prefieran renunciar a beneficios inmediatos con tal de no dejarle en bandeja, al siguiente, una jugada perfecta.

En esa toma de losetas, deben tenerse en cuenta las fichas que tengan encima. Siempre funcionarán a modo de ventaja, ya sea de una manera u otra, por lo que conviene no descuidarlas. Ese factor sorpresa (y su emoción) será el responsable de que sean las más codiciadas.

Por su parte, la colocación de gemas también debe ser utilizada con cabeza. Es importante no eliminarnos todas, por muy jugosa que sea alguna loseta reservada. De lo contrario, podrá haber turnos en los que no podremos llevarnos absolutamente ningún símbolo, con la frustración que supone.

Así, más que reservar las que vienen de perlas a nuestra colección, es recomendable reservar las que buscan los rivales. Obligarles a gastarse sus preciadas gemas y, en definitiva, aprender a dominar con ellas la partida. Un componente tan pequeño puede dar más juego del que parece a simple vista.

Aunque puede ser disfrutado por menores de 14 años, debemos saber que aprender a dominarlo es complicado. Es por ello que está recomendado a habituales de la estrategia, ya que serán ellos quienes le saquen el máximo provecho.

La competición no consiste en reunir símbolos sin más. Hay que proteger nuestros planes y acabar con los de los demás. No hay que olvidar que cinco símbolos idénticos pueden convertirse en cero puntos, aunque me haya dejado la vida para conseguirlos.

A pesar de sus reglas sencillas, un principiante necesitará varias partidas hasta conseguir la mirada en perspectiva exigida. Tal vez, sea la forma de introducirlo en el mundo de los juegos de mesa, como si de un entrenamiento intensivo se tratase.

Las partidas en solitario también están marcadas por la toma de decisiones. En ellas, escoger una loseta implicará que el oponente imaginario se lleve la del otro extremo de la fila. Tiene una pequeña ventaja en cuanto a fichas, así que es imprescindible atender a todo lo que ganará para ya decidir sobre lo nuestro. Al tener mayoría de un determinado tipo, perderemos la partida, por lo que la dificultad está asegurada.

En competiciones de hasta tres jugadores, es más sencillo trazar unos planes lógicos. Entre cuatro, las losetas vuelan de un turno a otro, por lo que la capacidad para improvisar sobre la marcha desempeña un papel clave. Atender al número de cada loseta, donde se indica cuántos símbolos hay de ese tipo, nos ayudará a la hora de obtener la victoria.

Con ello, Spirits of the Forest cuenta con reglas extremadamente sencillas y con turnos estructurados. Su colorido y su pequeño tamaño no deben despistarnos: contiene estrategia pura. Tanto su modalidad básica como en solitario son adictivas y entretenidas, por lo que tendrá una larga vida en la mesa.

Lo que no le habría venido de más hubiera sido alguna variante extra, con objetivos ocultos y con nuevos efectos para las fichas, o una libreta de puntuación por colores (como la de Pot de Vin). Hubiera agilizado la parte del recuento, ya que al tener que anotar puntos por colores, se necesita una buena organización para no cometer fallos.

 

COMPONENTES DE JUEGO

• 48 Losetas de Espíritu
• Loseta para Juego en Solitario
• 14 Fichas de Favor
• 12 Gemas
• Instrucciones (castellano)