Alien 51: El ascensor, el próximo destruye amistades de Venatus

Alien 51: El ascensor

¿Qué sería de muchos trabajadores sin su ascensor? Es escenario de encuentros, charlas, discusiones, desahogos, despedidas y también el eje principal de un prometedor juego de mesa. Así es Alien 51: El ascensor, uno de los próximos títulos de Venatus Ediciones.

 

¿CÓMO SE JUEGA A ALIEN 51: EL ASCENSOR?

Venatus Ediciones (7 Pecados, 10 Latidos) desveló, hace unas semanas, sus novedades para 2019. Alien 51: El ascensor estaba entre ellas, prevista para la segunda mitad del año. 

El que fuera ganador del II Concurso BGC Málaga de Prototipos de Juegos de Mesa Españoles (en la categoría familiar), ofrecerá competiciones de 2 a 4 jugadores. Es obra de Javier Martínez y Lorena Gestido, ilustrada por su misma autora.

Anteriormente conocido como Oilia, nos permite gestionar a los trabajadores de una particular empresa. ¿El objetivo? Conseguir que lleguen a tiempo a sus puestos de trabajo, mientras evitamos que los de los rivales puedan hacerlo. Las constantes subidas y bajadas del ascensor convertirán esta tarea en una auténtica locura.

Alien 51: El ascensor

Su mecánica principal es muy sencilla. Al comienzo de cada turno, el jugador lanza el dado. Moverá el ascensor hasta el piso indicado para, después, bajar a un trabajador (de cualquier color). Otra opción es hacer que alguno que se encuentre allí suba al ascensor.

Se repiten las mismas reglas hasta que alguien consiga que todos sus trabajadores estén en sus plantas correctas, es decir, en aquéllas marcadas con el mismo color. En ese momento, se convertirá en el ganador.

La máxima emoción de Alien 51: El ascensor recae en las cartas de acción. Es al final de cada turno donde los participantes podrán recurrir a una (o descartarla), dando comienzo el verdadero caos. Entre las de efecto individual, aparece la posibilidad de bajar el ascensor hasta la planta baja o de subirlo al ático, para que un trabajador salga.

Los traslados moverán a un trabajador a una planta adyacente, mientras que las llamadas del jefe obligarán a acudir a su planta. El parloteo, con el que anular movimientos, se completa con la habilidad del hacker, para modificar la tirada del dado en un punto.

Las cartas de movimiento nos llevan a utilizar las escaleras, para subir o bajar una planta. Como cartas de acción de efecto grupal, encontramos la avería del ascensor, con una ronda sin moverlo, y la alarma, que obliga a todos a subir o bajar una planta. Con el suelo mojado, todos vuelven al ascensor. Real como la vida misma.

 

ALIEN 51: EL ASCENSOR, PRIMERAS IMPRESIONES

Alien 51: El ascensor demuestra como no son necesarias grandes complicaciones para ofrecer un gran juego. Un par de reglas sencillas, siempre que estén bien combinadas y ejecutadas, pueden ser suficientes para ofrecer una experiencia de juego completa en todos los sentidos.

La primera sensación que deja una vez probado es que queremos disputar una partida más. La necesitamos. Una vez terminada, querremos otra. Y otra más. Cuando esto ocurre con un juego de mesa, es que existe un perfecto trabajo detrás.

Alien 51: El ascensor

Con su prototipo, ya convence a los jugadores. Se ven atrapados en una intensa competición, repleta de nervios, gritos de alegría y gritos de rabia. No existen los objetivos ocultos, por lo que veremos a cada momento cuánto le queda al rival para ganar. Así, estará en nuestra mano impedirlo.

En una combinación entre intereses propios y destrucción del contrario, la concentración y la observación se convierten en los grandes aliados. Un pequeño fallo es capaz de marcar un antes y un después, mientras que un turno perdido puede alejarnos por completo de la victoria.

Sus partidas rápidas no sólo son las responsables de su nivel de adicción. También marcan el mismo sentido del juego. El caos y la locura están presentes desde el inicio y también desencadenan en todo tipo de sorpresas. 

El azar del dado, la estrategia de las cartas de acción y la posibilidad de mover cualquier trabajador (no sólo los propios) hacen que esa sencillez de reglas vaya de la mano de una complicación inmensa a la hora de obtener la victoria.

Ese factor suerte es más que necesario, aunque seamos alérgicos al azar. Garantiza partidas muy distintas unas a otras, a la vez que dificulta la tarea a los habituales a los juegos de mesa. Ese resultado determinará la estrategia a seguir el resto del turno, por lo que no podremos llevar a cabo ese plan perfecto de una partida anterior.

También aparece en la obtención de cartas, de tal forma que aprendamos a luchar con las menos apropiadas. El verdadero reto reside en trasladar a nuestros trabajadores a su planta con unos resultados del dado y con unas cartas totalmente contrarias al objetivo.

Alien 51: El ascensor

Todo es de utilidad, por lo que si esto ocurre, se hace preciso improvisar un nuevo plan. Una buena opción es fastidiar a los rivales mientras nos llegan esas maravillosas cartas. Nunca debemos confiarnos y pensar que uno de nuestros rivales puede fastidiar a otro. Así, siempre que tengamos oportunidad de hundir, no hay más que pensar, ya que los demás podrían estar centrados únicamente en sus objetivo.

La interacción entre jugadores es máxima, estando ante un destruye amistades en toda regla. Con sus rencores. Ésta continuará en su modalidad avanzada, para participantes que buscan nuevas experiencias.

Fácil de entender, pero difícil de dominar, sólo es cuestión de meses que su versión final llegue a las tiendas. Su prototipo ya se ha presentado como un juego diferente, original y con una preciosa estética (con una acertada identificación visual por colores), por lo que ese último resultado sólo puede ir a mejor.

En un mundo donde todo parece estar inventado, siempre quedan opciones. Alien 51: El ascensor derrocha ilusión y conceptos frescos, fruto de mentes jóvenes que han sabido demostrar ya todo su potencial. Adornado con una atractiva temática, el resultado no podía ser otro: una maravilla que podría convertirse en uno de los mejores juegos de 2019.