¿Qué pasaría si en la única cafetería de toda la Sabana quedase sólo una bebida fresca? Pues que, a falta de personas, los animales pondrían todo de su parte para llegar antes que el resto a por su objetivo. La gacela, el león y el hipopótamo no corren por igual, pero tampoco cuentan con la misma fuerza, así que están en igualdad de condiciones. ¿Quién conseguirá llegar el primero? Así es Savannah Café, la nueva reedición del juego, distribuido por Morapiaf.
SAVANNAH CAFÉ: EMPIEZA LA CARRERA
La nueva reedición de Savannah Café por parte de Morapiaf ya se encuentra en las tiendas, pero no se trata de un juego nuevo, puesto que el original salió a la venta en el año 2001 en varios idiomas (castellano incluido) por parte de Eurogames y Descartes. En esta ocasión, el diseño es totalmente diferente, aunque se mantiene por completo su jugabilidad.
En Savannah Café podemos competir de 2 a 4 jugadores en partidas de 20 minutos de duración. El objetivo es convertirnos en el primer animal en llegar hasta la cafetería, en busca de su ansiada bebida. Para ello, nos convertiremos en un león, en un hipopótamo o en una gacela. Aparentemente, podría parecer que la gacela tiene ventaja sobre el resto, pero no es así.
La gacela corre más que ningún otro animal, permitiendo al jugador que la tenga mover sus fichas de gacela un gran número de casillas. Sin embargo, tiene una gran desventaja: es el animal más débil y puede ser comido por el león, haciéndole retroceder hasta el principio del tablero. Así, el león tiene la ventaja de acabar con las gacelas, pero es más lento que ellas. Por su parte, el hipopótamo es el más lento de todos, pero tiene la capacidad de asustar al león…
Dado que cada animal cuenta con sus ventajas e inconvenientes, no será sencillo decidir qué animal mover en cada turno. Al principio de la partida, cogeremos las tres fichas correspondientes a nuestro animal para colocarlas al principio de la meta y robaremos las tres primeras cartas de habilidad.
En su turno, cada jugador puede robar una carta y jugar una de las que posea para mover a los animales o robar una del mazo y, sin mirarla, dársela a otro jugador a cambio de quitarle una de sus cartas, teniendo en cuenta que al final del turno sólo puede tener tres cartas en la mano. Con estas cartas, los animales irán avanzando (o retrocediendo), hasta que una de las fichas de animal llegue a la meta, siendo el ganador el jugador portador del animal. Muchas de estas cartas pueden favorecernos hacia el final de la partida, pero dado que pueden ser robadas por los compañeros, tendremos que tomar decisiones a cada momento.
Sus reglas se caracterizan por ser muy sencillas, mientras que las divertidas ilustraciones de todos sus componentes harán las delicias de los más pequeños de la casa. Hablando de componentes, en el interior de su caja encontramos un tablero que representa a una enorme cebra, fichas de cada animal, 27 cartas de movimiento y unas breves instrucciones. ¡Qué empiece la carrera!
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