A pesar de la enorme cantidad de juegos de mesa que existen en la actualidad, hay quienes no cambian los juegos clásicos por nada del mundo. Ese tablero de madera de ajedrez guardado en el cajón del salón. El parchís cuyas piezas perdidas han tenido que ser sustituidas por otras «similares». O aquel juego de damas de pequeño tamaño, cuyas imanes, a la par que piezas, se guardan en su interior durmiendo al lado del mismo Rey del ajedrez.
Inspirado en los clásicos y fabricado en madera de gran calidad, ya se encuentra disponible Natuti. Se trata de un juego de tablero abstracto, protagonizado por cubos, en el que no existen el azar ni la suerte. La estrategia y los planes inteligentes, a partir de los movimientos de los rivales, son la única herramienta para la victoria.
LA TRANSFORMACIÓN DE LOS CUBOS
Natuti es un juego de mesa de 2 a 4 jugadores, con partidas de 60 a 80 minutos de duración (20 minutos por set). Creado por Nacho de Pedro, ya se encuentra a la venta desde su tienda oficial, a un precio de 29,95 euros. Fabricado en madera de haya, estamos ante un producto artesano cuya sencillez en cuanto a estética refleja unas reglas muy fáciles de comprender.
Definido por su creador como sencillo, pero complicado en cuanto a dominio, ofrece cinco modalidades de juego en función del número de jugadores que se enfrenten. El objetivo es acabar con el cubo rey de los rivales y, para ello, los participantes tendrán opción a mover sus cubos o a saltar por encima de otros.
A diferencia de las damas, clásico con el que más semejanzas guarda, las piezas sobre las que se salta no se eliminan de la partida, sino que se transforman en cubos del color de ese mismo jugador. Esto permite que, en cuestión de segundos, un colorido tablero de paso a un escenario de un solo color.
UNA PARTIDA A NATUTI
Antes de empezar, cada jugador selecciona un color (azul, amarillo, rojo o verde) y coloca sus cubos en una esquina del tablero. El rey, marcado con un círculo blanco, se coloca en la esquina, rodeado de otros dos cubos. El sexto y último cubo de cada uno se sitúa en diagonal al rey, siguiendo la imagen de arriba.
El primer jugador comienza su turno moviendo uno de sus cubos a una casilla adyacente vacía, ya sea hacia delante, hacia detrás, a la izquierda o a la derecha, pero nunca en diagonal. Tras esto, pasa el turno al siguiente, que moverá otro de sus cubos y así sucesivamente. Aunque en los primeros turnos puede no ser posible, no se tardará demasiado en empezar a capturar.
Así, los competidores podrán elegir entre mover un cubo o realizar capturas. Esta segunda opción es posible siempre y cuando el cubo del color del jugador en turno se encuentre al lado de un cubo de otro color con un espacio vacío al lado. Así, el primer cubo saltará sobre el segundo para situarse en el espacio vacío, girando este para convertirno en uno de su color.
Este salto y captura puede ser simple o múltiple, es decir, durante un turno pueden capturarse tantos cubos como se pueda o como se quiera, bien sea los que estén disponibles al principio del turno o los que vayan surgiendo como consecuencia de las capturas.
El objetivo del juego es atrapar a los cubos reyes del resto de jugadores. Así, cuando alguien se haya quedado sin rey por haber sido capturado, quedará eliminado y todos sus cubos pasarán a ser de color del capturador. El primer eliminado se anotará cero puntos, el segundo dos y el tercero cuatro. El ganador será aquel que haya sobrevivido, recibiendo siete puntos.
¿Y para qué sirven? Una partida a Natuti está compuesta por tres o cuatro sets, por lo que el ganador será quien haya sumado 15 o más puntos a lo largo de todos ellos. Así, podemos comprobar como alguien que no haya ganado ningún set, pero que se haya quedado en buena posición puede tener más puntos que un jugador que solo haya vencido en uno.
Natuti cuenta, además, con varias reglas especiales a tener en cuenta. En primer lugar, que los reyes se utilizan como cualquier otro cubo, ya sea para mover o para capturar. Sin embargo, en caso de que haya varias opciones de capturas deberán realizarse antes que con los otros cubos (con capturas obligatorias para los reyes).
También hay que tener en cuenta que, durante los primeros cuatro movimientos, los cubos no podrán volver hacia atrás y que no se puede saltar sobre cubos propios. Un cubo rodeado de cuatro de otro color se transforma automáticamente en el color de los de alrededor.
MODALIDADES DE JUEGO
Las reglas anteriores se utilizan en partidas para dos, tres y cuatro jugadores. Sin embargo, antes de empezar las de dos y tres, es necesario realizar algunos cambios. Si compiten dos jugadores, cada uno puede optar por un color (en una posición inicial diagonal uno a otro) o por dos colores (rojo y amarillo contra azul y verde). Esta segunda opción ofrece partidas «más estratégicas».
En partidas para tres jugadores, se colocarán los cubos de los cuatro colores en sus respectivos lugares del tablero, aunque solo se utilizarán tres de ellos. Por último, Natuti permite competir en partidas para cuatro jugadores por equipos. En esta modalidad de dos contra dos, los miembros de un mismo grupo pueden hablar para pensar en una estrategia con la que capturar a los rivales.
Como juego puramente estratégico, Natuti también permite imponer un tiempo máximo por turno de 90 segundos, evitando así que los sets sean excesivamente largos, sobre todo con jugadores que acostumbran a tomarse su tiempo.
LOS CUBOS NO SE ELIMINAN, SE TRANSFORMAN
Natuti cuenta con una sencilla mecánica de juego (a través de instrucciones perfectamente explicadas), que no supondrá ningún problema para los habituales a los juegos de mesa ni para los principiantes. Sin embargo, obtener la victoria ya no es una tarea tan simple, sobre todo si se disputan partidas con jugadores acostumbrados a la estrategia.
Esta apuesta recuerda a los juegos de mesa tradicionales, en especial a las damas y al ajedrez. Pero, a diferencia de todos ellos, las piezas no se eliminan del tablero de juego, sino que se transforman. Esto implica que, al final de la partida, sigan estando todos los cubos presentes, aunque de un solo color. La originalidad se combina así, con lo mejor de la tradición.
Siguiendo con la originalidad, destacan las partidas para cuatro jugadores competitivas o en grupo, más dinámicas, y las de dos, jugadas con dos colores por persona. En estas últimas puede parecer que, llegado un momento, hay poco que hacer y que puede darse una resolución de tablas. Sin embargo, si se continúa un poco más, pronto se resolverá en favor de uno de los dos participantes, puesto que un movimiento erróneo puede significar la captura inmediata de todos o casi todos los cubos.
Dejar de saltar y capturar, aunque se pueda seguir haciéndolo, puede ser una buena opción para triunfar con el plan, así como meditar antes con qué cubo capturar primero (el resultado puede ser muy distinto). Porque en Natuti cada fallo se paga caro, dado que no existe el azar. Por suerte, un nuevo set puede corregir esos errores.
Este sistema de juego, junto a las capturas múltiples, se convierte en uno de sus principales atractivos, y en una razón de peso para su alto valor adictivo. Los adultos disfrutarán de este juego, pero también los más pequeños de la casa, ya que está recomendado para personas de seis años en adelante. Eso sí, es recomendable que sean los niños los que jueguen entre sí, para evitar que a un adulto le resulte demasiado sencillo ganar.
Con todo ello, Natuti podría definirse como un nuevo clásico, con los elementos más destacados de los grandes y con novedades que lo convierten en un juego diferente. Bien podría ser, de ahora en adelante, uno de esos juegos guardados en el salón de casa junto al ajedrez, las damas y el parchís y que siempre constituyen un buen plan para las tardes en pareja, con los niños o con las visitas. A esto contribuye en buena parte su cuidada estética, abstracta, sencilla e intuitiva, conformando unos componentes que se dejan oler, tocar y sentir y que crean un lenguaje universal.
COMPONENTES DE NATUTI
- Tablero de juego en forma de casillero
- 24 Cubos de colores
- Instrucciones
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