Juegos darbel ha anunciado el que será su nuevo juego de mesa. Inspirado en la historia de Alí Babá y los cuarenta ladrones, La Cueva Mágica recurrirá a la velocidad y a la estrategia. La editorial ya ha confirmado los primeros detalles.
LA BÚSQUEDA DE TESOROS
Juegos darbel continúa apostando por los juegos de mesa nacionales. La Cueva Mágica será su cuarto juego publicado, tras Ajo y Agua, Tortilla de patatas: the game y RallyRas.
Con partidas de 2 a 5 jugadores que rondan los 30 minutos, es una creación de José María Bellostas. Sus ilustraciones corren a cargo de Darío Muel. La edad mínima recomendada es de ocho años y contará con instrucciones en castellano e inglés.
Tal y como ha confirmado la editorial, esta apuesta se pondrá a la venta entre los meses de septiembre y octubre de este año. A la espera de que llegue a las tiendas, ya se conocen varios aspectos de sus instrucciones.
El objetivo de La Cueva Mágica es sumar la mayor cantidad de tesoros al final de la partida. Un jugador puede optar por ponerse en la piel de Alí Babá, si cree saber dónde están los mejores tesoros. Pero también puede jugar como Cassim, su hermano. En este caso, tratará de entorpecer a sus rivales.
En el centro de la mesa, se dispone la misma cueva con veinte fichas que representan cuarenta tesoros (por ambos lados). A su alrededor, se colocan cuarenta fichas de tesoro, con la figura de un ladrón en su reverso. Así, se simula el escenario compuesto por la famosa cueva y los ladrones.
En su turno, cada jugador puede convertirse en Alí Babá o en Cassim. Su elección quedará representada con la carta inicial. En el primer caso, lanzará el dado y cogerá, de los situados alrededor, los que crea que estaban en el interior de la cueva (sin superar el número de la tirada).
El segundo personaje, una buena opción si no se recuerda qué más tesoros había, se utiliza para fastidiar los planes del rival. Así, agitará la cueva y, al grito de «¡Ábrete, Sésamo!» la abrirá. Dado que las fichas contenían tesoros en las dos caras, ahora serán otros los que se muestren. Una vez que crea haberlos memorizado, cerrará la cueva.
Los tesoros conseguidos por los jugadores pasarán a colocarse en su lado de la mesa y, en función del tipo, otorgarán una determinada cantidad de puntos al final de la partida. En caso de que se equivoquen, pasarán a guardarse por su lado de ladrón. Podrán eliminarse si se encuentran armas en la cueva o traspasarlos a otro participante a través de las fichas de amuleto.
Luz Nocturna, la fiel criada de Alí Babá, también hace su aparición en La Cueva Mágica. Si el jugador en turno cree que uno de sus rivales se ha equivocado en alguna ficha, puede situar la de la criada encima de ella. En caso de que se hubiera equivocado, no sólo le quitará ese tesoro, sino que podrá quedárselo.
La partida finaliza cuando la cueva se ha abierto cuatro veces o cuando se han agotado las fichas de alrededor. La Cueva Mágica combinará así memoria y estrategia. Recordar qué tesoros habíamos visto en el interior es tan importante como decidir el personaje con el que jugar. Tratar de arrebatar tesoros a otros jugadores u optar por la búsqueda de armas también son elementos a tener en cuenta.