El camino del jugador azul no parece tener ya demasiado fundamento. Las piezas amarillas han bloqueado buena parte de las posibles salidas, reduciendo considerablemente sus opciones para la victoria. Mientras tanto, el camino amarillo casi ha conectado los dos lados del tablero correspondientes.
Su propietario ha optado por un plan de «ataque-defensa» y el azul ha concentrado sus esfuerzos en crear su camino a toda costa. Y ni su pieza extra larga podrá solucionar el error… Una jugabilidad clásica, que recuerde a los juegos de mesa tradicionales, continúa siendo un atractivo en buena parte de títulos actuales. Es el caso de Crozzit, una nueva apuesta que acaba de ponerse a la venta en España, de la mano de Lúdilo.
AZUL VS. AMARILLO
Crozzit es un juego de tablero para dos jugadores, con partidas de veinte minutos de duración. Recomendado para mayores de ocho años, se incorpora ahora al catálogo de Lúdilo. La misma editorial lo define como un juego «de calidad y educativo, en el que poner a prueba la estrategia y el ingenio».
Con 32 piezas bajo su posesión, cada participante tratará de crear un camino que conecte los dos lados del tablero de su color. Azul y amarillo se enfrentan en una batalla intensa, en la que resulta tan importante encontrar los mejores lugares como bloquear las piezas del rival. Un equilibrio entre ambas acciones es una buena base para la victoria.
UNA PARTIDA A CROZZIT
Tras situar el tablero en el centro de la mesa, cada jugador selecciona un color. Ambos tomarán sus piezas correspondientes, colocándolas a su lado. Tendrán así treinta piezas pequeñas, una larga y una extra larga. Comienza el juego.
El jugador azul será el primero en situar una de sus piezas sobre el tablero. Podrá hacerlo en cualquier lugar. Le sigue el jugador amarillo, quien colocará la pieza elegida en el espacio que desee. Esta mecánica se repite a lo largo de toda la competición.
En su turno, cada uno pondrá en juego una pieza sin necesidad de que conecte con otra del tablero. Se podrán iniciar, de esta forma, tantos caminos como se quiera. Las piezas larga y extra larga pueden utilizarse en cualquier momento, en lugar de una pequeña.
Existen cuatro reglas especiales a tener en cuenta. En primer lugar, no está permitido colocar una pieza sobre la parte de otra del rival. Es decir, una amarilla nunca podrá tapar otra azul ni viceversa, ya sea en su totalidad o parcialmente. Por su parte, la segunda regla señala que sí está permitido colocar piezas que crucen con piezas propias.
Un camino debe tocarse al menos por un lado para estar conectado, ya sea horizontal o vertical. Si dos piezas están unidas por sus esquinas, no se considerarán un camino. Si imaginamos que una persona avanza por ese camino, es preciso que pueda hacerlo sin necesidad de realizar ningún salto. Por último, es necesario saber que una pieza no puede colocarse sobre el borde del tablero.
Esta mecánica se repite hasta que uno de los dos jugadores haya creado un camino continuo, que conecte sus dos lados del tablero. En ese momento, la partida finaliza, convirtiéndose en el ganador.
CROZZIT: CONCLUSIONES
Crozzit puede definirse como un juego abstracto, con la estrategia como principal protagonista. Con una mecánica de juego clásica, elimina por completo cualquier elemento de azar. El ganador será, con ello, el que mejor haya jugado. Quien haya recurrido a mejores planes. El jugador que encontrase el equilibrio perfecto entre crear su camino y bloquear el del contrario.
Bajo el lema «el juego que siempre casi ganas», se adelanta que las partidas tenderán a estar igualadas. Sobre todo si los dos contrincantes son expertos en el género, algo que no echará a perder el juego. Todo lo contrario. Cada enfrentamiento supone una experiencia de la que se recomienda atender a los fallos.
El hecho de poder colocar piezas en cualquier lugar del tablero, sin necesidad de que estén pegadas a otras, crea más planes estratégicos de los que puede parecer a simple vista. Están aquéllos que apuestan por una línea más o menos recta o quienes tratan de ocupar todo un lado del tablero, ya sea para que el otro jugador no tenga acceso a su parte o para asegurarse un futuro bloqueo.
También encontramos a los que se centran en avanzar o quienes buscan frenar los planes del rival para, ya sin prisas, crear su camino. Cualquier plan es correcto siempre que pueda adaptarse a los cambios pertinentes en función de la estrategia llevada a cabo por el contrario. La capacidad para la improvisación se combina con la habilidad del despiste para crear auténticos duelos.
Es muy común que un jugador cierre su camino antes de que el otro se de cuenta. Esta victoria por sorpresa contribuye a querer disputar otra partida. No es para menos, puesto que la rabia al comprobar como estábamos a una única pieza para vencer va de la mano con el carácter adictivo del juego. Otra opción es lanzar el tablero a la cabeza del otro jugador, aunque sus pequeños pinchos nos indican que no es la mejor solución. Pero ya hablaremos de la calidad más adelante.
La siguiente partida siempre será mejor que la anterior, y así sucesivamente. Ya habremos aprendido qué funciona y qué no y cuáles son los puntos fuertes y débiles del rival. Con ello, Crozzit no defraudará a los expertos en estrategia. Será una forma más de poner a prueba su habilidad y su ingenio. ¿Pero qué ocurre con jugadores principiantes?
Jugarlo con niños o con principiantes en los juegos de mesa también es una buena opción. Será un buen acercamiento al género y se sorprenderán con las enormes posibilidades que pueden ofrecer un tablero y unas piezas. Respecto a los primeros, es una herramienta eficaz para el aprendizaje, estando recomendada para escuelas o talleres.
Los más pequeños desarrollarán su capacidad para adelantarse a los acontecimientos y para adaptar sus piezas al espacio. Fomentará, además, la rapidez mental, la concentración y la socialización. Aunque eso sí, para que la experiencia resulte satisfactoria, es necesario que los dos contrincantes estén igualados. Es decir, que sean los dos expertos o los dos principiantes.
Sus sencillas reglas, presentadas a través de media página de instrucciones con ilustraciones explicativas, son uno de sus elementos a favor. Se combinan con una enorme rapidez en la preparación de una partida, lo que propiciará querer disputar varias en una tarde.
Respecto a sus componentes, encontramos un tablero de plástico duro y resistente, sobre el que encajar piezas del mismo material. Las púas que posee facilitan la colocación de piezas de forma que éstas queden fijas, por muchas otras que queden alrededor. El sonido al engancharlas es la prueba de su calidad, mientras que sus vivos colores llenan las mesas de vida, sobre todo en competiciones largas, en las que ya hay más piezas dentro que fuera del tablero.
COMPONENTES DE JUEGO
- 30 Piezas Pequeñas Amarillas
- 30 Piezas Pequeñas Azules
- Pieza Larga Amarilla
- Pieza Larga Azul
- Pieza Extra Larga Amarilla
- Pieza Extra Larga Azul
- Tablero de Juego
- Instrucciones (castellano y portugués)
One thought on “Crozzit: un duelo estratégico con victorias por sorpresa”
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