¡Ruiz!: una cosa hace cosas y un plato no es un vaso

¡Ruiz!

«Somos sentimientos y tenemos seres humanos». Pocas dudas quedan sobre la autoría de frases como ésta. ¿Pero qué ocurre con «España es el alcalde porque España es el alcalde»? ¿Y con «lo que nosotros hemos hecho es fabricar máquinas y un vaso»? El juego de cartas ¡Ruiz!, ya convertido en una realidad, nos saca de dudas.

 

EL JUEGO DE CARTAS DE MARIANO RAJOY

¡Ruiz! es un juego de mesa de 2 a 8 jugadores, con partidas de 20 minutos de duración. Recomendado para mayores de 14 años, es una creación de José Félix G. San Sebastián, con ilustraciones de David Egaña.

Tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami, donde recaudó más de 13.000 euros, ya está llegando a las tiendas. Lo hace a través de 120 cartas, con cuatro modalidades de juego: Libre, Reglado, La frase del día y Tarot Mariano.

¡Ruiz!
Componentes de juego.

Más conocido como el juego de cartas de Mariano Rajoy, recurre al humor como elemento clave. En sus dos modos principales, sus participantes tratarán de obtener la mayor puntuación mediante la creación de frases. Lo harán siguiendo la retórica del presidente, ya sea para volver a recrear sus frases estrella o para dar vida a nuevas.

 

¡RUIZ!: UNA PARTIDA

Antes de empezar, se barajan los mazos de palabra y de cierre de frase, por separado, y se reparten seis cartas del primero y dos del segundo a cada uno. Tras decidir con qué cartas quedarse y cuáles descartar (para robar el mismo número), comienza la competición.

Durante su turno, un participante puede poner en juego una carta de su mano, ya sea para comenzar una frase o para continuar la ya existente. También puede recurrir a una carta de cierre de frase para cerrarla, aunque ya haya puesto otra carta en ese mismo turno, siempre y cuando se cumplan las condiciones.

Mientras que un Fin de la cita exige no sobrepasar el número de cartas de la frase, un ¿Y la europea? precisa de, al menos, una carta de un determinado color como parte de la frase.

Si el siguiente jugador no lo impide con una carta de Ruiz (anula un cierre de frase y obliga a continuarla o a cerrarla) y nadie juega la carta ¡Los chuches! (su propietario se quedaría la frase), el participante se guardaría todas las cartas. Todos podrían descartarse y robar las que considerasen oportunas, antes de que el siguiente empiece una nueva frase.

¡Ruiz!
Cartas de Frase.

Una vez completado su turno, roba tantas cartas como hubiera jugado. En caso de no haber sido posible colocar ninguna, habría pasado, con la obligación de descartarse una carta. Volvería a tener seis cartas de palabra al iniciarse una nueva frase.

Esta mecánica se repite hasta que el mazo de palabras se agote dos veces, y todos hayan pasado en la misma ronda (o no sea posible colocar más cartas), o hasta que un jugador se quede sin cierres de frase, con el correspondiente agotamiento de ese mazo.

Cada jugador suma los puntos marcados en sus cartas de Fin de cita y los de ¿Y la europea? Éstos sirven para anotarse puntos por los colores que se indiquen. El ganador será quien tenga la mayor cantidad.

Modo Libre

En esta modalidad, se siguen las anteriores reglas básicas. El único requisito a la hora de formar frases es que sean gramaticalmente correctas. Las oraciones dudosas podrán debatirse, mientras que las oraciones cortadas no se cerrarán.

Modo Reglado

Se respetan las reglas básicas, aunque se añaden algunas modificaciones. Siempre resulta obligatorio empezar una cita con una carta marcada con una estrella y atender al color de las flechas de las cartas.

¡Ruiz!
Cartas de cierre de frase.

Por norma general, el texto de una carta está enmarcado en un determinado color. En su parte inferior aparecen una o varias flechas de colores. Determinarán la siguiente carta a colocar. Es decir, una carta con una flecha verde y otra negra sólo podrá seguirse con una carta con un texto enmarcado en verde o en negro.

En ocasiones, encontraremos cartas con flechas al lado. Éstas obligarán a continuar la frase hacia la derecha, antes de seguir hacia abajo.

Como regla principal, también se añaden los iconos de Mariano andando rápido y Mariano marchándose. A la hora de cerrar una frase, es obligatorio que haya un Mariano marchándose si ya ha hecho su aparición un Mariano andando rápido.

De esta forma, nunca podrá haber un Mariano que no se haya ido, un Mariano marchándose si no ha aparecido antes, ni dos Mariano andando rápido seguidos. Los comodines, a situar en la parte derecha, y algunas cartas especiales, con reglas específicas, completan el modo.

 

¡RUIZ!: CONCLUSIONES

Si sólo pudiéramos definir ¡Ruiz! con una palabra, sería «risas». Desde su presentación, sus creadores dejaban claro que el humor sería su principal elemento. Dicho y hecho. Esta novedad aporta situaciones desternillantes a las mesas de juego, siendo una propuesta ideal para las reuniones de familiares y amigos.

¡Ruiz!
Modo libre.

Su gran sencillez (si no se introducen las cartas especiales), es el principal aliciente para que los que no acostumbran a disfrutar de los juegos de mesa y quieran acercarse a él. Sus reglas nos indican que estamos ante un juego dirigido a los no habituales, aunque también podrá entretener a los ya iniciados.

Antes de seguir, es necesario aclarar que no cuenta con mecánicas especialmente revolucionarias, dispuestas a hacer las delicias de los amantes de la estrategia y de los juegos complejos. Es, por tanto, un complemento a los momentos de ocio, capaz de sentar a la mesa a quienes huyen de ella. Y esto no es algo de lo que todos pueden presumir.

Si sabemos mirarlo de esta forma, nos resultará tan gratificante jugar como mirar sus cartas por primera vez. Sin demasiadas ilustraciones, las palabras son las verdaderas protagonistas. Es en cada carta donde se informa sobre a qué frase pertenece el término.

Tras ese primer contacto, es recomendable jugar a su modalidad libre para familiarizarse con las reglas. El modo reglado es mucho más sencillo de entender de lo que puede parecer en sus instrucciones, por lo que podemos acercarnos a él muy pronto. Ahora bien, es habitual que decidamos volver al primero y establecerlo como el juego por excelencia.

Modo reglado.

Éste destaca por la máxima libertad a la hora de crear frases. Se respeta la gramática, pero se ignoran los colores y los símbolos de las cartas. ¿El resultado? Oraciones con mucho más gancho que, al leerlas en voz alta, harán que Rajoy nos venga a la mente una y otra vez. Al fin y al cabo, bien podrían ser citas suyas.

La competición por alcanzar la mayor cantidad de puntos está presente en los dos modos. Mientras que en el primero los jugadores tienden a priorizar las frases absurdas, en el segundo la cosa se vuelve más seria.

La rabia por pasar más de la cuenta se complementa con las cartas de Ruiz y con las cartas especiales. Aparecen incluso algunos planes premeditados, sobre todo por parte de los más rencorosos, con los que aplastar a los rivales.

¿Y qué hay de sus otros dos modos? El Tarot Mariano no es un juego en sí mismo, sino una consulta a una determinada pregunta que precisa de muchísima imaginación. Por su parte, La frase del día podría definirse como un reto de rapidez mental, en el que crear frases más largas que los compañeros con las cartas mostradas en la mesa.

Uno de los principales atractivos de ¡Ruiz! es la libertad que ofrece para crear nuevos modos. A la espera de saber si sus creadores compartirán nuevas modalidades, siempre podemos echar mano de la creatividad.

¡Ruiz!
«¡Va a subir el IVA hasta de los chuches!».

¿Por qué no crear frases en nuestro lado de la mesa con posibilidad de robar palabras a los rivales? ¿Se pueden aprovechar las estrellas para obtener nuevas cartas? ¿Y si optamos por construir un mazo que recompense determinados colores?

Por su parte, estamos ante un juego adaptado para daltónicos, con símbolos en las cartas. Los que a menudo acostumbran a ser los grandes olvidados en los juegos de mesa, podrán utilizar ¡Ruiz! sin ninguna desventaja.

Debe saberse que es un título que podemos adorar u odiar en función de con quién se disfrute. Porque no es lo mismo utilizarlo con esa persona que se acaba de comer un payaso, capaz de imitar al presidente como nadie, que con la persona más seca del mundo.

Por descontado, también sobran los tiquismiquis, empeñados en afirmar que cada oración es incorrecta. ¿Acaso el juego no está basado en un orador por excelencia?

Con todo ello, ¡Ruiz! es un juego para fiestas que, aunque puede disfrutarse entre dos, será más entretenido con un mayor número de jugadores. Es en parejas como la interacción está menos presente, al contrario que las situaciones en las que pasar de forma seguida para obtener nuevas cartas o para descartar la frase del momento.

¡Ruiz!
¡Ruiz! cuenta con otras dos modalidades de juego.

Como ya hemos explicado, su función no es competir con complejos juegos de mesa, sino hacer que a más de uno se le escape alguna lágrima de la risa. Además de tener en cuenta esto antes de adquirirlo, deberemos saber que su calidad es la de una baraja tradicional y que no es demasiado sencillo enfundarlo si queremos conservar la caja original.

Con un total de once frases, y viendo como Rajoy aún no ha renunciado al arte de la «improvisación», es de esperar que ¡Ruiz! tenga una larga vida por delante. ¿Tal vez en forma de expansión autojugable con nuevas citas y finales de citas? El tiempo lo dirá. Por ahora, una cosa sigue haciendo cosas y un plato no es un vaso.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 80 Cartas de Frase
  • 8 Cartas de Ruiz
  • Carta de ¡Los Chuches!
  • Carta de RAE
  • 30 Cartas de Cierre de Frase
  • Carta Modo La Frase del Día
  • Carta Modo Tarot Mariano
  • Instrucciones

3 thoughts on “¡Ruiz!: una cosa hace cosas y un plato no es un vaso

  1. Genial, lo compré el otro día en El Goblin y estoy deseando tener un poco de tiempo para echarme unas risas con la familia! xD

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