Una Poké Ball gigante aparece sobre fondo rojo. El objetivo es sencillo: llegar antes que los rivales a la línea de meta. La carrera da paso a una lucha por la supervivencia. El rojo se convierte en azul y, aún más importante, la Poké Ball es sustituida por una cabeza gigante de Donald Trump.
Si hay algo que caracteriza a Bonk.io es su capacidad para sorprender. La estética cambia de un segundo a otro, pero también la misión y la misma forma de juego. No es para menos, ya que son los propios jugadores quienes realizan sus creaciones. Con total libertad. Analizamos esta propuesta multijugador para navegadores.
INFINITOS MINIJUEGOS COMO PARTE DE UN MINIJUEGO
Bonk.io se define como un juego online para navegadores. Su sencilla interfaz permite formar parte de la competición en un abrir y cerrar de ojos, ¿pero en qué consiste exactamente?
Existen dos elementos que forman parte de la esencia del juego, sin importar el escenario que se elija. El primero es la forma del protagonista. El jugador siempre manejará una bola, con todo lo que eso conlleva. La imposibilidad de frenar a tiempo se convierte así en una dificultad, frente a la facilidad para rebotar.
En segundo lugar, prima la competición. Habrá casos en los que formemos equipos, pero siempre hay que derribar a otros o correr más que ellos.
Así, estamos ante lo que podríamos considerar un minijuego competitivo, con infinitos minijuegos que lo conforman. Los amantes de la habilidad encontrarán en ellos un perfecto entretenimiento. Los jugadores más creativos, también.
EL PERRO CON MÁS FUERZA EN LA LENGUA
Dentro de Bonk.io encontramos varias posibilidades. La recomendable para quienes no buscan el debate es el juego rápido. Tras encontrar competidores, comienza la acción. El primer escenario, generado de forma aleatoria, dará paso al siguiente y así sucesivamente.
Cada victoria será recompensada con un punto. Quien obtenga la mayor cantidad será el ganador de la competición. Ahora bien, ¿cómo se vence? Existen distintas formas de hacerse con ese preciado punto, en función del escenario.
En unos, el objetivo será llegar antes que los demás a un determinado lugar; en otros habrá que lanzarles al vacío; los enfrentamientos por equipos harán el resto.
La decoración y los elementos de cada nivel crearán numerosas posibilidades de juego, aunque se repita el objetivo. No será lo mismo llegar hasta esa deliciosa patata frita, aguantando en ella el mayor tiempo posible, que recorrer las estrechas paredes de un laberinto en busca de la casilla final.
Aguantar sobre una larga lengua de un perro, dispuesto a no quedarse quieto, tampoco es la misma experiencia que recibir golpes a bordo de unas minúsculas plataformas. Poder interactuar más o menos con el entorno es una de las claves de esa diferencia.
Respecto a la lucha conjunta en grupo, un partido de fútbol básico está a años luz de una lucha de sumos. Un objetivo idéntico nuevamente acaba convirtiéndose en un juego completamente distinto.
EL UNIVERSO DE LOS ARTISTAS
Ese modo rápido permite cambiar de minijuego en cuestión de segundos, evitándose los retos repetitivos. Sin embargo, no hay que olvidar la opción de entrar en una sala o de crear la propia.
Al formar parte de una será porque nos gustan sus escenarios o por su cercanía (competir contra alguien que está a dos kilómetros siempre es más satisfactorio que hacerlo contra alguien que esté a mil). En estos casos, habrá que unirse a la partida, o a un equipo, y esperar a que el creador del espacio escoja reto.
Dado que existen los chats, visibles incluso durante el juego, todo se vuelve más familiar. ¿Ventajas? Podemos dar nuestra opinión o animar al equipo. ¿Inconvenientes? No siempre es plato de buen gusto estar compitiendo con una clase de Primaria, con sus insultos incluidos.
Si optamos por crear la propia sala, podemos abrir un rincón (privado o público) para acoger a amigos en carne y hueso. Será más sencillo ponerse de acuerdo y, en definitiva, jugar. Por supuesto, presumir de creaciones es algo que no tiene precio.
Como decíamos antes, si Bonk.io puede contar con una rejugabilidad infinita es por las creaciones de los jugadores. Una vez dentro del editor, escogeremos el tipo de minijuego para, después, dar paso a la creatividad.
Una línea verde, con un determinado ángulo, podría ser una rampa imposible. Con unos cuantos retoques más, tendríamos un Hulk en estado puro. Debe tenerse en cuenta que hay que variar cada forma modificando los valores de cada característica. Es complicado realizar buenas creaciones y, además, llevan su tiempo.
BONK.IO: CONCLUSIONES
Siempre que haya jugadores habrá juego. Existen títulos cuya diversión reside en su misma historia o mecánicas y otros que dependen completamente de la comunidad. Bonk.io se enmarca dentro de los segundos y, por el momento, está repleto de vida.
Con la sencillez como aliada, supone un buen entretenimiento para quienes buscan propuestas multijugador cortas. En cierto modo, recordará a un juego de habilidad para móviles, aunque con ese elemento sorprendente como principal atractivo. De un día para otro, tendremos nuevas creaciones y, con ellas, nuevos retos.
Si bien es cierto que su editor podría ser menos tedioso, estamos ante un juego recomendado para quienes acostumbran a «quedar» a distancia. Dado que la rabia y los piques están a la orden del día, ¿qué mejor que pagar los enfados que con alguien de confianza?
Con la habilidad para sorprender y enganchar durante horas, algo que no todos los juegos para navegadores consiguen, estamos ante una propuesta que hará las delicias de los amantes de la velocidad y el equilibrio. Ver como su icono característico (previamente personalizado) cubre toda la pantalla, acompañado de un profundo sonido, es todo un honor.
Por su parte, su infinita rejugabilidad promete encantar a quienes buscan descansar de juegos complejos o a jugadores no habituales. Por ahora, ya está convirtiéndose en todo un fenómeno en la red.