¿Es la vida demasiado corta? Si nos lo planteamos mientras estamos disfrutando de un maravilloso día de playa, la respuesta es afirmativa. Por el contrario, puede no parecerlo para quienes tienen que soportar los reproches de su jefe, día tras día.
El mal puede ser traer consigo concepciones distintas sobre la existencia. Si cambiásemos a ese jefe por un encuentro constante con barriles explosivos y sierras eléctricas, con el riesgo de muerte constante, todo cambiaría. Esto es lo que ocurre en Short Life, una propuesta gratuita para navegadores.
SHORT LIFE, PLATAFORMAS Y PUZLES
Short Life es un juego desarrollado por gametornado, disponible en PC, en su versión para navegadores, y en Android. A través de gráficos simples, se presenta un título de plataformas y puzles.
Fácil de manejar, pero difícil de dominar, el objetivo es sencillo de comprender. En la piel de un hombrecillo que parece no tener demasiados huesos en el cuerpo, recorremos distintos escenarios. Si llegamos a la meta sanos y salvos, desbloquearemos el siguiente. Si además hemos obtenidos unas cuantas estrellas, las recompensas no tardarán en aparecer.
Esos escenarios pasan por oficinas y habitaciones cerradas y por entornos abiertos, no exentos de colorido. La interacción con la decoración (y lo que no es decoración) determinará el éxito y el fracaso. Mientras que los obstáculos actúan como trampas mortales, los objetos seguros servirán a modo de ayuda.
AMPUTACIONES Y MUERTES
La primera recomendación antes de iniciar Short Life es conocer sus controles. Únicamente necesitaremos las teclas de movimiento para saltar, agacharnos y movernos hacia la izquierda o a la derecha.
Una vez familiarizados con ellos, algo muy sencillo tanto para expertos como para principiantes, comienza la acción. Nos encontramos con un hombre larguirucho, con menos equilibrio que un pingüino mareado. Con un cuerpo gelatinoso, muy similar al de Octodad, no tardaremos en comprender que mantenerlo en pie es todo un reto.
Los primeros obstáculos llegan enseguida. No serán mortales, pero dejarán al protagonista tirado por el suelo. Entre caída y caída, ya aparecen los explosivos, los pinchos y las prensas hidráulicas. Estamos ante un juego con muertes constantes, ya que un simple roce puede ser suficiente para mandarnos a la línea de salida.
Por suerte o por desgracia, la muerte no es la única posibilidad. Dependiendo de la trampa o de cómo caigamos en ella, el protagonista puede sufrir amputaciones en uno o más de sus miembros. Es habitual que se quede sin piernas o sin ojos.
Podemos seguir con la misión de llegar hasta la meta, pero a menos que esté muy cerca, será casi imposible. No podremos saltar o movernos con la misma «facilidad», por lo que no es mala idea suicidarse con el primer obstáculo que veamos. Siempre y cuando podamos acceder a él…
¿Y ESE POLICÍA?
Las sangrientas muertas, que dan lugar a todo tipo de situaciones, y esas dramáticas amputaciones se convierten en los grandes protagonistas de la aventura. Pero no son lo único.
Los 16 niveles de los que se compone el juego, por ahora, se presentan en el ya tradicional sistema de estrellas, que potencia su rejugabilidad. Completar uno con tres estrellas no sólo servirá para presumir de habilidad, sino para obtener extras en forma de personajes.
El hombrecillo larguirucho podrá cambiarse por un hombre con traje, dos personajes con unos kilos de más o por un policía, entre otros. Para desbloquear uno de ellos, es necesario reunir tantas estrellas como se indica. Al hacerlo, podremos seleccionarlo como nuestro protagonista siempre que queramos.
No habrá demasiada diferencia entre ellos en cuanto a agilidad. Además, comparten unas preocupantes ojeras, signo de que algo no saldrá bien. Y efectivamente. La barriga del joven será tan poco útil para avanzar como el poco espacio ocupado por el policía.
SHORT LIFE: CONCLUSIONES
Short Life no puede competir en realismo e intensidad con otros juegos del mercado, pero no se puede negar que se trata de un título adictivo como el solo. Los minutos delante de la pantalla darán paso a horas, pasando de ser un entretenimiento en ratos muertos a un plan en sí mismo.
Con una mecánica sencilla y un objetivo claro, destacan las sorpresas que van apareciendo en cada nivel. Con una dificultad que crece por momentos, no existen dos escenarios iguales. En unos, aparecerán los carromatos sobre los que subirse, a modo de vehículo. En otros, los balones de fútbol serán los aliados para desactivar trampas.
Las almohadas, las catapultas, las plataformas movedizas, los martillos o las sillas de escritorio serán otros de los elementos que más sorprenderán al jugador. Recurren, en buena parte de los casos, al género puzles. Una buena meditación puede hacer más que la misma habilidad.
Con un avance lateral y con un progreso que se guarda, para no tener que completar de nuevo los mismos escenarios, estamos ante un juego breve, pero intenso. El humor también está presente a cada momento, a través de sus muertes y situaciones absurdas. ¡La de tipos de decapitaciones que existen!
Recomendado a quienes buscan propuestas rápidas, sin grandes complicaciones, no supondrá un desafío imposible para los habituales de las plataformas. Sin embargo, tampoco completarán el juego en un par de minutos, a pesar de que cuenta con indicaciones constantes.
Por último, tal y como podemos comprobar en las demostraciones de su jugabilidad, debe tenerse en cuenta que posee una característica más que necesaria para los juegos con muertes constantes: un reinicio rápido.