Análisis: Railway Empire

Railway Empire

Estados Unidos, 1830. Se acepta que las personas empiecen a construir un ferrocarril para que sea el medio de transporte de mercancías y pasajeros. Un general y sus ahorros de las guerras, un gánster y su dinero negro, un empresario industrial, una rica señora viuda, un ilusionado ingeniero y una chica oportunista se juegan el trono de los trenes en el siglo XIX.

Con diferentes bonificaciones, cada uno de los personajes de Railway Empire empieza en una zona diferente. El saboteaje, el espionaje y el intrusismo acabarán decidiendo quién es merecedor de hacerse con la mayor de las fortunas con esta nueva industria que florece en el país de las oportunidades. Analizamos esta novedad en el género de la gestión.

 

KALYPSO MEDIA PRESENTA RAILWAY EMPIRE

Railway Empire es lo nuevo de Kalypso Media y Gaming Minds Studios. Juntos nos han ofrecido Grand Ages, Port Royale III y Patrician IV para centrarse ahora en el mundo de los trenes. Este juego de simulación y gestión acaba de llegar a PC, PS4 y Xbox One, con textos en español.

Esta novedad no se adentra en el terreno de la competencia, como puede ser Transport Fever, ya que sus posibilidad son más que amplias. No sólo manejamos el flujo de mercancías, sino que podemos investigar por nuestra cuenta las distintas mejoras.

Railway Empire

Permite acceder a la bolsa y comprar acciones de los competidores del mercado de valores de productos que transportamos y vendamos. Destaca por su mayor énfasis en la construcción de vías, ya que tendremos que sacar el máximo partido a cada tramo.

Para adaptarse a todo tipo de jugadores, cuenta con distintos modos de dificultad. Podemos jugarlo en el modo más fácil, y ver como poco a poco va aumentado su dificultad, a la par que nos vamos haciendo con el control de las mecánicas del juego. Éstas son sencillas, pero no nos dejan parar a pensar.

La pausa también presenta tres niveles de dificultad. Podemos disfrutarlo en su modo manual y pausar el juego cuando deseemos para pensar en como crear nuestras rutas. A cambio, al final de partida contaremos con una penalización a la puntuación.

Su opción normal de pausa nos permite parar la partida al construir algo, al leer el periódico del país o al comprar edificios. El modo pausa ‘Trainiac’ propone una mayor dificultad, ya que sólo pausará el juego al leer el periódico y al comprar.

Durante estas dos acciones del modo, no nos está permitido construir vías, ya que si cerramos el periódico o acabamos la subasta o compra del edificio, el juego sigue su curso. Como es justo, otorga un plus a la puntuación final.

 

LA VIDA MÁS ALLÁ DE LAS VÍAS

Railway Empire se define como un juego de construcción, gestión y simulación de trenes, aunque la cosa no acaba ahí. Cuenta con más de 40 locomotoras, totalmente auténticas. Para complementar la experiencia, podemos verlas a fondo y leer sobre ellas en su correspondiente apartado.

Railway Empire

El terreno es altamente realista, puesto que podemos ver los diferentes accidentes demográficos con todo lujo de detalle. Las vías pasan entre montañas, valles o ríos, permitiendo aprovechar su vista de pájaro, con su respectivo zoom. También podemos acceder a una cámara en primera persona dentro de los trenes, para ver mejor la línea.

Para aventajar a los competidores, podemos contratar personal. Existen tres tipos de trabajadores, con su amplia variedad. Dentro del personal de oficina, encontramos a los contables y a los jefes de estación, entre otros. Entre quienes trabajan dentro de los trenes, aparecen fogoneros, revisores o maquinistas.

Por último, encontramos un tipo de personaje que destaca por su libertad, por no ubicarse en ningún lugar en concreto. Se trata de los profesores e inventores, con sus ventajas, o de los espías y saboteadores, con su parte más siniestra.

 

TECNOLOGÍAS, FÁBRICAS Y EDIFICIOS

En esta propuesta, podemos hacernos con fábricas en las ciudades y con negocios, repartidos por todo el mapa. Es importante remarcar que no es preciso poseerlos para poder comerciar. Cada negocio y fábrica nos reportan beneficios por el volumen de venta que se realice en ese lugar, seamos nosotros quien ofrezca o no un servicio.

Conforme una ciudad vaya creciendo en habitantes, las demandas de mercancías serán más grandes y variadas. Es por ello que se desbloquearán nuevos huecos donde construir fábricas.

Railway Empire

El tiempo para pensar donde colocarlas tampoco abunda, puesto que otro competidor podría adelantarse. Además, cuando una ciudad supere un número concreto de habitantes, podremos construir edificios de interés para dar ventajas a la ciudad o a nuestra empresa.

Respecto a las tecnologías, existen más de 300 repartidas en cinco eras diferentes. Se dividen en dos árboles distintos para investigar en mejoras para los trenes o en locomotoras nuevas, en un árbol tecnológico, o para adquirir adelantos para nuestra compañía y para la construcción, en el otro.

 

LOS MODOS DE JUEGO DISPONIBLES

Railway Empire cuenta con cuatro modos de juego. La campaña se centra en la historia de la línea transcontinental de Estados Unidos, abarcando cinco escenarios que nos llevan desde 1830 al 1910. La dificultad en este modo crece según avancemos de escenario.

El modo escenarios nos ofrece once retos repartidos en siete zonas geográficas diferentes de los Estados Unidos. Se trata de una serie de desafíos para crear una empresa ferroviaria en plena fiebre del oro o con el crecimiento de ciudades como Nueva York.

Para jugar sin ataduras, aparece la modalidad experimentar. Permite jugar en un total de 35 escenarios, repartidos en cinco etapas de tiempo. No hay competidores ni dificultad a la que enfrentarse y proporciona dinero ilimitado. Es apto para probar nuevas ideas y entrenarnos para ser el rey de la industria ferroviaria.

Railway Empire

Por último y más importante, encontramos el modo libre. En él, nos enfrentamos a la experiencia completa. Tendremos que competir fervientemente contra los usuarios manejados por la Inteligencia Artificial.

Es clave gestionar nuestra empresa por completo, contratando personal, investigando y construyendo vías y edificios. La compra y la venta de acciones o incluso el avasallamiento y la fulminación de otro competidor adquiriendo su empresa son otras de las posibilidades.

 

RAILWAY EMPIRE: CONCLUSIONES

Railway Empire carece de momentos de relajación si se le quiere sacar el máximo partido y es, por tanto, un juego en el que sólo se puede respirar tras guardarlo y cerrarlo. Pensando en quienes no les interesa agobiarse, también puede disfrutarse sin presiones. Aunque eso sí, sin metas ni motivaciones.

Sus modos se complementan con un editor de escenarios muy básico y queda comprobar cómo trabaja la comunidad en el Workshop, para incluir material adicional. Respecto al aspecto gráfico, casa muy bien con los personajes y su toque ‘cartoon’.

La interfaz es fácil de entender, aunque se puede mejorar a la hora de dar acceso a los puntos del juego de una manera más rápida. Los minitutoriales resultan perfectos para ir enseñando al usuario a jugar. Independientemente del modo, aparecen para mostrarnos una idea muy clara de cómo se realiza cada acción, sin pausas pesadas ni inoportunas.

Railway Empire es un juego de gestión de trenes, pero como ya hemos visto, no se contenta con ello. Los distintos retos en la partida son dignos de alabar, con la competencia como elemento estrella. Esa competencia, representada por otros aspirantes a magnates controlados por la Inteligencia Artificial, hace único a este juego que recuerda a Offworld Trading Company.

Sin duda, la diversión acaba llegando al intentar acabar con la competencia al final de las cinco eras en la que se divide cada partida. En medio de esta aparente perfección, esta novedad también cuenta con aspectos negativos. El hecho de llevar al jugador al límite puede llegar a agobiar en ocasiones.

Al observar como avanzan los competidores y quedarse atrás sin saber la razón, se verá obligado a copiar a los rivales en sus prácticas, restando libertad a la hora de decidir. Su restricción a la hora de colocar estaciones y vías también debe tenerse en cuenta.

Llega un momento en el que es preciso hacer malabares para trasladar un producto a una ciudad. Esto forma parte de la gran dificultad del juego, pero a veces lleva a perder el interés.

La restricción a la hora de situar un determinado número de estaciones en las ciudades también limita en caso de no expandirse rápido al inicio. Obliga a ser rápidos construyendo estaciones, para después no perder el ritmo en fases más avanzadas.

Reuniendo lo bueno y lo malo, estamos ante uno de los mejores y más cuidados juegos de Kalypso Media, dando al jugador todo lo que necesita para satisfacer sus necesidades. Las claves son su gran variedad de opciones y la posibilidad de competir para superar a la competencia.

 

Análisis realizado en su versión de PC.