Análisis: Candleman The Complete Journey

Candleman The Complete Journey

Los protagonistas de un videojuego pueden dividirse en dos tipos. Están aquéllos presentados como héroes, dispuestos a salvar el mundo con sus habilidades y destrezas. Por otro lado, encontramos a los seres diminutos, en relación al amplio universo que les rodea, que se desenvuelven como pueden.

El personaje principal de Candleman The Complete Journey es de los segundos. Se trata de una pequeña vela, que recorre distintos escenarios mientras persigue un sueño. Analizamos esta propuesta, que combina los géneros de plataformas y puzles con una cuidada estética.

 

CANDLEMAN EN PC Y XBOX ONE

Candleman, ya disponible en Xbox One, acaba de llegar a PC. Lo hace a través de Steam, en sus versiones para Windows y Mac, a un precio de 14,99 euros. Incorpora el contenido descargable Lost Light, con sus niveles extra, el modo contrarreloj y mejoras gráficas.

Candleman

Desarrollado por Spotlightor Interactive y distribuido por Zodiac Interactive, estamos ante un juego de plataformas y puzles con subtítulos en castellano. Su protagonista es una pequeña vela, cuyo sueño es convertirse en el faro que alumbra las noches. Recorre un intenso camino para llegar hasta él, repleto de peligros.

La historia se estructura en doce capítulos, con un total de 46 niveles. En cada uno de ellos, el objetivo es llegar hasta la meta, interactuando con el entorno en tres dimensiones. El universo de fantasía se combina con el realismo en cuanto a escenarios para crear un precioso cuento.

 

UNA LLAMA EN LA OSCURIDAD

Como comprobamos en sólo unos minutos, Candleman cuenta con unos controles muy sencillos. La vela puede moverse hacia los lados, saltar y encenderse. Para su desgracia, su llama sólo puede aguantar diez segundos. Dado que la oscuridad reina en todos los niveles, se hace necesario recurrir a una buena memorización y atención.

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Un mal paso o el agotamiento de la llama implican la pérdida de una vida, para volver a intentarlo de nuevo desde el último punto de control (o desde el principio del nivel, si ya no nos quedan). Con ello, conviene aprovechar cada alumbramiento para mirar alrededor y descubrir las trampas y precipicios.

En los primeros niveles, la luz servirá para guiar el camino. En los siguientes, la cosa se complica. No sólo tendremos que utilizar la llama para ver, sino para hacer crecer flores de luz, guiar barcas improvisadas o activar plataformas, petardos o farolillos voladores.

No estamos ante una aventura demasiado complicada, pero la aparición de algunos puzles puede suponer un quebradero de cabeza. De una preciosa biblioteca, uno de los escenarios más bonitos del juego, pasamos a un barco o al interior del mismo faro. Ahí, jugaremos con las sombras y con los reflejos. Con los malditos reflejos.

 

LOS COLECCIONABLES EN FORMA DE MÁS VELAS

Mientras nos ocupamos de pisar en el lugar correcto, de reconocer nuestra forma o de huir de los fantasmas, podemos encender las velas que encontraremos por el camino. Cada nivel cuenta con un determinado número y funcionan a modo de coleccionables.

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Encenderlas o no será decisión del jugador, ya que acercarse a algunas implicará un mayor riesgo o una pérdida extra de luz. Pero ya se sabe. Completar un juego en su totalidad, con todos sus añadidos, supone una satisfacción mayor.

Tras completar la aventura, se apuesta por una rejugabilidad clásica, donde encender todas las velas de cada nivel. El récord se mostrará en la parte superior de la pantalla. Ese interés por el juego una vez finalizado también llega con su modo contrarreloj.

Así, el nuevo objetivo es llegar a la meta antes de que se agote el tiempo. Superar marcas propias resultará aún más gratificante. Sobre todo, en aquellos niveles en los que el fuego es una continua amenaza o el hielo frena los movimientos rápidos.

 

CANDLEMAN: CONCLUSIONES

Candleman The Complete Journey podría definirse como un cuento interactivo, repleto de magia, tristezas y alegrías. Su diseño es responsable de ello. Spotlightor Interactive apuesta por escenarios en tres dimensiones, repletos de detalles, con los que interactuar.

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Su perfecta combinación de colores y la enorme importancia entre luces y sombras le dan la mano a las texturas repletas de realismo. El sonido del agua, del hierro, de las pisadas o del fuego es sólo una muestra de la belleza que irradia el juego en cada rincón.

Resulta muy complicado no cogerle cariño a su protagonista, quien nos guiará por sus sueños, ilusiones y decepciones mientras aprovecha su débil llama. Aunque la mayor parte de su atractivo recae en su apartado estético, la jugabilidad también desempeña un papel clave.

Nos encontramos ante un juego de plataformas con las características propias del género: obstáculos, puzles y algún enemigo. ¡Hasta incluye una intensa carrera contra un jefe final! Si bien es cierto que podría haberse aumentado la dificultad de forma progresiva o la velocidad del protagonista, para huir de la monotonía, cumple por completo su función.

Su rejugabilidad a la hora de recoger coleccionables y superar récords nos permitirá aprovechar mejor el juego una vez completada su historia. Ya de paso, podremos volver a recorrer rincones que se hubieran pasado por alto en una primera vuelta.

Con ello, gustará a los amantes del género, pero aún más a quienes buscan propuestas narrativas de gran belleza. Divierte, pero debe tenerse en cuenta que las verdaderas estrellas son su historia, su ambientación y su banda sonora.

Este cuento mágico nos transportará a un mundo que nos será inolvidable en mucho tiempo, con una duración acorde a su precio. Por desgracia, no todo podía ser positivo. La mala traducción, la sencillez de muchos de sus niveles y la monotonía de algunos escenarios podrían alejar a muchos jugadores.

 

Análisis realizado en la versión para PC. 

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