Sin armas, habilidades destacadas ni una fuerza sobrenatural, pocas opciones quedan ante el peligro. Esconderse, salir por patas o aprovechar las ventajas del sigilo se convierten, por tanto, en las posibilidades de seguir con vida para una persona normal y corriente.
La unión de estos tres elementos da como resultado una propuesta que no ha pasado desapercibida. Ya convertida en saga, es ahora cuando su primera parte se une al catálogo de Nintendo Switch. Analizamos Outlast: Bundle of Terror, el pack con el que se presenta en la consola híbrida de Nintendo.
EL PRESENTE DE OUTLAST
Outlast no pasó desapercibido en su lanzamiento, en 2013. Esta propuesta de Red Barrels, definida como un ‘survival horror’ de terror, contaba hasta ahora con versiones para Windows, Mac, Linux, PS4 y Xbox One.
Desde hace unos días, ya forma parte del catálogo de Nintendo Switch. Bajo el nombre de Outlast: Bundle of Terror, se incluye el juego original y el contenido descargable Whistleblower, a modo de precuela. Por el momento, sólo está disponible en formato digital, a un precio de 24,99 euros.
Casi cinco años después de su salida al mercado, demuestra que sigue en plena forma, con amplias capacidades para competir con lo más nuevo del género. Al fin y al cabo, si están bien ejecutados, los miedos y los sustos son inmortales.
LAS MASACRES DE UN PELIGROSO MANICOMIO
Los manicomios acostumbran a ser un escenario perfectamente combinable con el terror, al igual que los periodistas como protagonistas. Outlast no es la excepción a la regla.
En la piel de Miles Upshur, decidido a investigar un asunto complicado, el jugador se adentrará en el manicomio del monte Massive. El viaje en coche ya es escalofriante y observar el enorme edificio desde cerca, más todavía. Entrar en él no es una tarea demasiado complicada, pero escapar de ahí ya será otra historia.
No tardará en comprender que toda pesadilla puede convertirse en una realidad. El lugar no está abandonado, aunque sus condiciones insalubres pudieran demostrar lo contrario. Hay vida, tanto de pacientes como de empleados, aunque con distintos intereses detrás.
Sin desvelar demasiado, diremos que se trata de un centro envuelto en el secretismo y en las tramas de la corporación Murkoff. Como consecuencia de unos crueles experimentos, que combinan los elementos propios de la ciencia y de la religión, podemos observar auténticas masacres. La línea entre lo ético y lo prohibido se desdibujó hace mucho tiempo.
¿EXPLORAR O ESCAPAR?
Lo que en un principio se convierte en una tarea de observación, exploración y recogida de documentos, acaba convirtiéndose en un plan de escape. A vida o muerte.
Bastarán unos pocos minutos en el centro para convertirse en una auténtica víctima de la tortura y de la maldad. Así, recorreremos los pasillos, con sus puertas abiertas y cerradas, hasta superar el siguiente paso que, aparentemente, nos acerque hasta la salida.
La combinación de tareas es una constante. Así, pasaremos de encender unos generadores a liberar el agua del alcantarillado o a apagar un enorme incendio. A diferencia de otros títulos en los que se plantean los mismos problemas, hay dos factores que dificultan enormemente cada misión: el tiempo y los enemigos.
EL TIEMPO Y LOS ENEMIGOS, EL GRAN PELIGRO
Miles Upshur no contará con ningún arma en toda la aventura. Tampoco podrá recurrir a su fuerza ni a ningún objeto que pudiera encontrar en el camino para liberarse de los atacantes. Su única herramienta es su cámara de vídeo.
Además de servir para tomar notas de lo que vaya observando, es su única fuente de luz. Algunas estancias del manicomio cuentan con su propia luz, pero otras tantas estarán a oscuras por completo. Las luces infrarrojas del aparato serán la única manera de continuar por esos lugares (además de los pasos a tientas).
Para contribuir a aportar realismo, y terror, la cámara cuenta con una batería limitada. La que parece consumirse como si no hubiera un mañana puede dejarnos a oscuras en el peor momento. ¿La solución? Encenderla únicamente en los momentos clave, ahorrando todo lo posible.
En algunas salas, encontraremos baterías para reponer la gastada. Junto con este plus también aparece la ventaja de pasar inadvertidos ante los enemigos. La naturaleza de la luz, sólo perceptible desde la pantalla, hará que nadie se percate por llevarla encendida.
Sin embargo, esos enemigos sí que oirán el más mínimo sonido. El periodista no tarda en ser atrapado por los responsables del centro, por lo que no habrá un solo momento en que no esté en fase de búsqueda y captura.
Para evitar caer en las redes de uno, perdiendo la vida para continuar desde el último punto de guardado, se hará necesario ser más que silenciosos. Los escondites, ya sean debajo de las camas o en las taquillas, los bloqueos de las puertas y las distracciones con pacientes funcionan como perfectos aliados.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando alguien descubre nuestra cercana presencia? Además de modificarse la melodía, comprobaremos como no tardan en correr hacia nosotros para golpearnos o estrangularnos. Escaparse y volver a un lugar seguro es una auténtica proeza.
OUTLAST BUNDLE OF TERROR: CONCLUSIONES
Outlast Bundle of Terror respeta la relación precio-duración. Completar la aventura original nos llevará un par de tardes, alargándose la experiencia con su contenido descargable Whistleblower.
En él, nos ponemos en la piel de Waylon Park, un ingeniero informático que comenzó a sospechar de las crueles actividades del centro. Fue el responsable de avisar a Miles Upshur de lo que estaba pasando, por lo que funciona como complemento perfecto para la historia. Las malas prácticas también estarán presentes en esta cuidada precuela.
Volviendo al juego original, estamos ante una apuesta de terror que cumple por completo su función: asustar y crear sensaciones de angustia. De hecho, no tardó en ser calificada como una de las mejores aventuras del género. ¿Estaba la crítica en lo cierto?
Teniendo en cuenta esa combinación entre tareas y sustos, estamos ante un juego capaz de enganchar a los no habituales al miedo en los videojuegos. Su elección inicial de la dificultad y sus controles sencillos para moverse, correr, saltar, agacharse, encender la cámara e interactuar con los objetos, hacen el resto.
La utilización de la cámara como fuente de luz es uno de sus elementos más interesantes, sobre todo por esa gestión que plantea. El sigilo, con la respiración del protagonista como tensión máxima, será capaz de abstraernos por completo del mundo real.
El miedo es una realidad, con escenas que costará años sacar de la memoria (con su hombre entrado en kilos y sus cambios permanentes en los cuerpos). Al fin y al cabo, su historia a base de documentos coleccionables calará hondo. La cordura no parece que ya forme parte del centro, creando una trama con misterios que merece la pena resolver.
Aunque también hará las delicias de los habituales al género, hay características que notarán que pueden mejorarse. Una de ellas es la monotonía, tanto en su historia como en los movimientos.
Los nervios siempre están presentes, pero se echan en falta algunos momentos de respiro. Mientras vamos arreglando piezas de la estancia, que nos permitan acercarnos hasta la salida, descubriremos que la fórmula siempre es la misma: buscar un objeto o una máquina mientras alguien nos persigue.
Los movimientos mecánicos también son una realidad tras morir. Así, el comportamiento no demasiado inteligente de sus enemigos puede llevarnos a optar por la memorización como clave para seguir.
Por su parte, y aunque se mantuviera el sigilo como elemento clave, no estaría de más la utilización de algún recurso como forma de evasión. Una tabla podría salvarnos la vida en alguna ocasión, sin renunciarse a ese héroe en forma de persona corriente.
Con ello, esta experiencia exclusivamente individual aporta una jugabilidad basada en el sigilo constante y en la teoría de la causa-efecto. Respecto a su estética, cuenta con todo lujo de detalles, algo de agradecer si se quiere apostar por un terror realista.
Su llegada a Nintendo Switch no se limita a esta entrega. Será el 27 de marzo cuando Outlast 2, su secuela independiente, vea la luz en la consola. Nos permitirá seguir comprobando como la posibilidad de trasladar el terror a cualquier lugar, gracias a su modo portátil, es más que un acierto.
Análisis realizado en la versión de Nintendo Switch.
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