Será el próximo jueves 24 de mayo cuando Tudor inicie su campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Así lo confirma GDM Games en las redes sociales, a la vez que se descubren los primeros detalles del juego.

TUDOR Y LOS ANILLOS COMO PRIVILEGIOS

Tudor es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 90 a 120 minutos. Recomendado para mayores de 12 años, es el primer juego de Jan Kirschner.

Sus ilustraciones son obra de Dennis Lohausen, quien ya ha trabajado en Camel Up, Carcassonne: Mares del Sur, La Era del Carbón, Dominion, El Banquete de Odín, Luxor, Gaia Project, El Portal de Molthar, Merlin, Terra Mystica, Los Viajes de Marco Polo y Rajas of the Ganges, entre otros.

Su edición original pertenece a Corax Games y, actualmente, busca financiación Spieleschmiede. En los próximos días llegará a Kickstarter, mientras que de su versión en castellano se encargará GDM Games.

Será el 24 de mayo cuando la editorial inicie una campaña en Verkami para trata de convertirla en una realidad, compartiendo extras desbloqueados con la campaña del juego en inglés. A la espera de que ese día llegue, ya se conocen algunos detalles de este ‘euro’.

Sabemos que nos trasladará al siglo XVI. La familia de cada participante ha sido escogida para entrar en la corte de Enrique VIII, iniciándose un auténtico juego de poder. Para hacerse con el puesto, habrá que recurrir a distintos privilegios, ayudar a los cortesanos y reunir títulos para obtener más privilegios. Con ellos, podrán acumularse prestigio y riqueza.

Como curiosidad, los privilegios se muestran en forma de anillos, a proteger de los rivales. Los robos e incluso los asesinatos prometen estar a la orden del día.

Respecto a su mecánica, tomará las características propias de la colocación de trabajadores. Tal y como explican sus responsables, la anticipación será una herramienta clave para la victoria. Permitirá sacarle el máximo provecho a los turnos de los demás, ya que será en ellos donde se puedan seguir realizando acciones.

Contará con objetivos variables, obligando a cambiar de estrategia en cada partida. Queda garantizada, por tanto, la rejugabilidad máxima.