¿Existe alguien con más mala leche que un revisor de metro? Probablemente no, pero tiraremos una lanza a su favor. En un jornada, se encuentra con personas que no han pagado su billete e incluso con quienes tratan de sabotear los viajes.
En esta ocasión, uno de ellos se enfrenta a la rebeldía de un joven. Éste ha decidido expresar su libertad y su talento realizando una pintada en uno de los vagones. Dejando a un lado el debate sobre si es arte o no, la tarea del trabajador es perseguir al «delincuente». Hasta el final de los días. Puedes jugar a Subway Surfers en Pais de los Juegos.
CORRE FOREST, ¡CORRE!
Creado por Kiloo, Subway Surfers se define como un juego de rapidez y reflejos, disponible en español latino. Con el colorido como seña de identidad, y numerosos detalles a descubrir en el entorno, su acción recae en las vías del metro. Sigue la esencia de Temple Run, aunque con algunas diferencias.
En esta ocasión, nos ponemos en la piel del joven que ha realizado un acto vandálico. No se le ha ocurrido otra cosa que plasmar su creatividad en un vagón de metro. El revisor ha estado rápido y ha pillado al niño con las pinturas en la mano. Lo que no saben los dos implicados (más el perro) es que les espera una larga carrera por delante.
A través de unos sencillos controles, que siguen el sistema de arrastre, el protagonista se desplazará de un lado a otro. Podrá saltar obstáculos o pasar por debajo. En algunos, tendrá que decidir sus movimientos, aunque siempre teniendo en cuenta que la rapidez es fundamental.
La aventura no se detiene. Es decir, el jugador jamás podrá parar al personaje. El objetivo es obtener la máxima puntuación, y algunas cosas adicionales que veremos más adelante, antes de ser capturado. Porque, antes o después, estará en manos de su perseguidor.
EL PODER DEL MONOPATÍN
Uno de los principales complementos de quienes realizan grafitis acostumbra a ser el monopatín. Con ello, es uno de los grandes protagonistas de Subway Surfers.
Como ya hemos visto, el niño puede desplazarse en distintas direcciones. En el momento en que choque, será atrapado por su enemigo, con la obligación de volver a comenzar (un roce no se traduce en muerte, aunque ralentiza). Una opción será recurrir al monopatín, haciendo uso de la barra espaciadora, para beneficiarse de una importante ventaja.
Aunque su efecto es temporal, permitirá un choque sin perder la partida. Su uso es limitado, por lo que una buena idea es recurrir al vehículo cuando ya se hayan avanzado bastantes metros o estemos ante auténticos laberintos.
El monopatín podría considerarse la estrella, pero no es el único objeto. La misión es aguantar el máximo tiempo posible con vida, pero también conseguir la mayor cantidad de monedas. Con ellas, nuestras visitas a la tienda serán un amasijo de posibilidades.
Además de monedas, encontramos imanes o estrellas que doblan el beneficio conseguido. También impulsos, que nos llevan hasta las alturas para seguir con la recolección de monedas. No faltan las letras, como si de un coleccionable se tratase, ni las llaves. Éstas evitan reinicios.
Al ser capturados por el vigilante, tenemos dos opciones: volver a comenzar la partida o seguir por donde nos hemos quedado. La segunda posibilidad requiere del visionado de un vídeo o del pago de esas llaves encontradas por el camino. Una muerte implica el pago de una; con la segunda, ya tendremos que pagar dos. El número aumenta para evitar que alguien pueda hacer un uso abusivo de ellas.
A medida que avancemos, la dificultad irá creciendo. Aparecerán los trenes a toda velocidad, en todas direcciones, los caminos bloqueados y los obstáculos que poco o ningún margen dejarán. No hay nada imposible, pero su dominación requerirá de una gran experiencia.
LAS MISIONES Y LAS APARIENCIAS
En Subway Surfers resulta muy satisfactorio aparecer en los primeros puestos de las clasificaciones mundiales, por haber aguantado mucho tiempo sin ser capturados. No es lo único de lo que podremos sentirnos orgullosos.
Sus responsables recurren a las apariencias como forma de mostrar el progreso. Así, lucir un aspecto de zombi, de ninja, de robot o de empresario con máscara de conejo indicará que somos muy buenos en esa combinación entre velocidad y reflejos. Cuestan monedas o se canjean por objetos encontrados, por lo que sólo podrán adquirirse si hemos conseguido grandes resultados (o hemos invertido muchas horas).
Los monopatines también tienen diseños distintos, destacando el de tiburón blanco. Las monedas pueden utilizarse, además, para adquirir mejoras. Al igual que ocurría en Temple Run, mejoraremos los imanes, los bonificadores, las zapatillas o la mochila en sus distintos niveles.
Para que no todo sea correr como si no hubiera un mañana, las misiones tienen un peso importante. Al completar una, obtenemos el trofeo y la recompensa, junto a la satisfacción personal. La mayoría tienen una gran dificultad, a la vez que nos obligan a cambiar de plan.
No es para menos, ya que tendremos que anotar 50.000 puntos en una carrera sin recoger monedas, abrir 20 cajas misteriosas (con la emoción que conlleva) o completar un determinado número de misiones. Hablando de cajas, éstas pueden contener objetos y ventajas de todos los tipos. Haciendo honor a su nombre.
SUBWAY SURFERS: CONCLUSIONES
Antes de iniciarnos en Subway Surfers conviene tener algo en cuenta: es adictivo, por lo que más nos vale tener tiempo por delante cuando lo probemos. Sus sencillos controles nos llevan a familiarizarnos con su mecánica en unos segundos. Por tanto, todo el protagonismo recae en hacer uso de la precisión y del momento exacto.
Un pequeño fallo puede echar por tierra todo el esfuerzo, así que la concentración y la atención son herramientas fundamentales para la victoria. Será la relación ensayo-error la mejor maestra de aventuras. La gestión del riesgo será constante, llevándonos a tomar un camino u otro en función del resultado que queramos conseguir.
La mejor parte de este título es que todo minuto es recompensado. Quizás no subamos en la tabla clasificatoria de forma inmediata, pero iremos consiguiendo monedas. Su gestión será la que nos lleve a cambiar de apariencia para el personaje, entre el gran abanico de opciones, o la que nos haga invertir de cara al futuro.
Ambas posibilidades son válidas, pero recomendamos la segunda. Así, si mejoramos el imán, las siguientes carreras serán más satisfactorias, con ganancias mucho mayores. Una inversión en ventajas se traducirá en bonitas apariencias.
Aunque su jugabilidad no revoluciona, resulta todo un acierto combinarla con la resolución de misiones. Algo que jamás se nos ocurriría hacer adquiere todo el sentido al tratar de completarlas. Con sus maravillosos trofeos.
Por tanto, la rejugabilidad que ofrece es enorme. Obtener todos los trofeos no será sencillo, y dado que las carreras no tienen fin, tenemos juego para rato. Las sorpresas repartidas por los cuidados escenarios contribuyen a que sea complicado cansarse de Subway Surfers en una larga temporada.
El hecho de que no exista la molesta publicidad ayuda a seguir jugado. Aparecen los anuncios, pero siempre como algo opcional. Llegan mediante visionados de vídeo que recompensan con vidas extra o con objetos.