Gizeh!: la apuesta por la memorización y la cooperación

Gizeh!

La memorización, herramienta que acostumbra a estar acompañada del silencio y de la concentración, ahora va de la mano de la cooperación, de las risas y de los reproches. Esta combinación da forma a Gizeh!, uno de los juegos que GDM Games prepara para este año.

 

GIZEH!, LA HUIDA DE LA MOMIA

Gizeh! es un juego de cartas de 2 a 4 participantes, con retos de 30 minutos, recomendado a partir de los 8 años. Se trata de una creación de Eugeni Castaño, quien ya cuenta con Cargolino Valentino, Ticket to Mars, Hungry Shark y Nubes en el mercado.

Con ilustraciones de Alba Aragón, será en el mes de septiembre cuando llegue a las tiendas, de la mano de GDM Games. Tras probar su prototipo, ya conocemos todos los detalles de esta propuesta.

Estamos ante un título cooperativo, donde los jugadores se trasladan hasta el interior de una pirámide en busca de tesoros. No tarda en hacer su aparición la momia del faraón, cuyo objetivo será dar caza a sus inquilinos. Al fin y al cabo, nadie les ha invitado a entrar…

Gizeh! GDM Games

Antes de empezar, cada uno selecciona un personaje para recibir sus cuatro cartas. Se dejarán boca abajo en su lado de la mesa. El escenario está compuesto por las cartas de reto y por las de momia. Cada ronda se inicia levantando el primer reto para cumplir con los requisitos mostrados.

Nos llevan a descubrir uno o varios colores, un determinado número de papiros o un símbolo específico. Todos levantan, de forma simultánea, una carta de su zona de juego que crean que cumpla con las pautas de la carta. 

Si no ha habido fallos a la hora de cumplir con los requisitos, se vuelve a ocultar la carta levantada y se extrae un nuevo reto. De lo contrario, la momia avanza y las cartas levantadas pasan a la última posición, independientemente de quien haya sido el fallo. Se continúa hasta completarlo, momento en que la momia retrocede.

Al llegar hasta el final del recorrido, es preciso regresar sobre los propios pasos, siguiéndose las mismas reglas. Al encontrar la salida, todos ganan. Por el contrario, pierden si son alcanzados por la momia en cualquier momento. Es en ese retroceso donde la momia ya no vuelve sobre sus pasos.

 

GIZEH!: PRIMERAS IMPRESIONES

Lo que en un principio parece una tarea sencilla acaba convirtiéndose en dificultad en estado puro. ¿Realmente esta carta tenía tres pergaminos? ¿Contaba con un sol o una luna? ¿Blanco o negro? ¿Su escarabajo era verde?

A través de un inteligente sistema, donde los fallos lo cambian todo, nos introducimos en Gizeh! Eugeni Castaño, uno de los autores con más talento e imaginación del panorama actual, nos sorprende con una propuesta diferente a todo lo que ha hecho hasta ahora. Y también, a lo que el género de la memorización acostumbra a mostrar.

Gizeh!

Sin grandes complicaciones, lo combina con la cooperación y con los momentos de auténtico caos que acaban convirtiéndose en risas. Ya no hay competición por recordar, sino una unión de mentes para ir resolviendo retos.

Tal vez hayamos recordamos a la perfección cada carta y superemos los primeros (aunque no queda del todo asegurado que ocurra). Llegará un momento, antes o después, en que uno o varios fallarán. Aquí, se producirá el primer cambio de posición de las cartas, antes de levantar una nueva.

Cuantos mayores sean los fallos, más modificaciones habrá. ¿El resultado? Ya no sabremos donde está cada cosa. El avance de la momia se traducirá en tensión, nervios y, por consiguiente, en más meteduras de pata. 

Obtener la victoria no resulta sencillo, pero sí crear momentos inolvidables en torno a la mesa. Los reproches y las culpas estarán acompañados de disculpas y situaciones inesperadas. Para bien o para mal. Esas carcajadas serán las grandes protagonistas, a la par que se convierten en las grandes enemigas del jugador al provocar distracciones.

Con ello, estamos ante un juego familiar de reglas muy sencillas, pero complicado de dominar. Lo disfrutaremos al máximo si optamos por una buena comunicación, no sólo como herramienta para el éxito, sino como forma de aprovechar cada anécdota.

Gizeh!

Aunque aún habrá detalles por cambiar, al tratarse de un prototipo, ya queda claro que llegará a las mesas para quedarse. Vuelve a recordar que el juego debe ser un momento de abstracción de la realidad y diversión, idea que tiende a perderse con frecuencia. Ayudarán, y mucho, las claras y bonitas ilustraciones de Alba Aragón (su portada ya habla por sí sola).

Ahora bien, ¿será rejugable? Para las mentes privilegiadas, tal vez los fallos no supongan un lío importante. GDM Games prepara distintos modos para variar su dificultad, sobre todo de cara al inicio de las partidas.

La editorial dejará todo bien hilado para que todo tipo de jugadores puedan disfrutarlo por mucho tiempo. Las variantes no sólo servirán para practicar aún más el arte de la memorización, sino para complicar la existencia. Por si no hubiese ya suficiente.