Bruxelles 1897, el esperado juego de cartas de GDM Games

GDM Games no sólo publicará títulos nacionales este año. Entre sus proyectos, destaca el lanzamiento en castellano de Bruxelles 1897, cuyo prototipo ya hemos probado. Te contamos nuestras impresiones.

 

UN JUEGO DE CARTAS ESTRATÉGICO

Bruxelles 1897 es un reto de 2 a 4 participantes, con competiciones de 40 a 60 minutos, a partir de los 10 años. Presentado como el juego de cartas del exitoso Bruxelles 1893, lo firma Etienne Espreman, su mismo autor. Sus ilustraciones corren a cargo de Vincent Joassin.

Será en los últimos meses del año cuando vea la luz, con una edición en castellano a cargo de GDM Games. Con el objetivo de obtener la mayor cantidad de puntos, construiremos edificios y buscaremos el apoyo de importantes personalidades.

Una vez creado el escenario central, se reparten los componentes acordes con el orden de turno. Las monedas están representadas también con cartas, girándolas como sea oportuno para efectuar los pagos. Todos comienzan con dos personajes en la cárcel. Es en cada turno donde podrá realizarse una acción.

Bruxelles 1897

Consiste en colocar a un trabajador propio en la zona donde haya alguna carta, para llevárnosla. Tienen la forma de carta con el color del participante. En función de cuánto estemos dispuestos a pagarle, lo pondremos por una cara o por otra. Tras efectuar el pago, recibimos la nueva carta.

Algunas de las cartas tienen requisitos. Así, los edificios requieren del pago de materiales. Cuantos más se tengan, más materiales necesitaremos para construir los siguientes. Emplear un mismo material está recompensado con un punto de victoria, mientras que los distintos permiten anotarse dos.

Las reliquias se utilizan para venderse, a excepción de la que esté visible en ese momento. Recompensan con dos puntos de victoria. Existen cartas específicas que nos llevan a activar todas las habilidades de nuestros personajes, atendiendo al nivel de coronas. Las especiales también requieren de la colocación de trabajadores, cuyo número dependerá de cuántos haya en esa zona.

El primer jugador en pasar recibe tres monedas; los demás, una. Cuanto todos lo hayan hecho, se comprueba quién ha invertido más dinero en sus trabajadores por cada columna, para beneficiarse del efecto de la carta azul correspondiente.

Bruxelles 1897

Se comprueba qué blasones se han completado y quién tiene la mayoría en cada uno, para recibir puntos de victoria en base al nivel de escudos que se posea. Se cuenta quién ha realizado más acciones especiales en la ronda, para el envío de trabajadores a la cárcel. Se giran de nuevo los personajes y se inicia una nueva.

Será al final de la partida cuando deba pagarse a los personajes que se tengan, para no restarse puntos de victoria. Se puntúa por los edificios construidos, atendiendo al nivel de arquitectura alcanzado, además de tenerse en cuenta el bono de las cartas azules. Se restan puntos por los personajes que continúen en la cárcel. El vencedor será quien tenga más puntos de victoria.

 

BRUXELLES 1897: CONCLUSIONES

Colocación de trabajadores en forma de cartas. Ésta es la mecánica que define Bruxelles 1897. Comparte elementos con el juego original, pero se conforma como una experiencia diferente.

Aunque su secuencia es sencilla de recordar, obtener la victoria será una ardua tarea. Con una acción por turno, tendremos numerosas posibilidades ante nuestros ojos, a valorar bien para evitar cometer errores. En ese punto aparece la esencia de toda colocación de trabajadores: muchas opciones y muy pocas formas de conseguirlas. 

La toma de decisiones está presente a cada momento. En función de nuestra estrategia a seguir, quizás convenga construir edificios o recoger dinero. Lo que está claro es que los actos deberán estar relacionados directamente con ella. Es decir, recogeremos materiales si queremos construir o dinero si queremos pagar mejor.

Bruxelles 1897

Lo que está claro es que no hay acción sin consecuencias. El azar en la colocación de las cartas nos invita a cambiar de planes de una partida a otra (e incluso dentro de la misma). Al fin y al cabo, no tendría sentido especializarse en esa construcción de no mostrarse las cartas pertinentes…

Tras desvelarse el escenario de la ronda, es habitual que todos compartan plan. Y he aquí la magia de Bruxelles 1897. Varios jugadores querrán esa preciosa reliquia o ese preciado personaje, produciéndose una interacción máxima entre jugadores. Una de las claves para la victoria es actuar en base a la estrategia de los demás.

Podremos fastidiar al contrario mediante una frustración de sus planes. Quedándonos la carta que mejor encajaría en su colección. Arrebatándole el mejor espacio. Es al final de cada ronda donde la competición por las mayorías entra en acción, algo que no debe descuidarse.

Haber pagado bien a los trabajadores (o, al menos, más que los demás), está recompensado. Haber completado escudos con ellos, también. Los puntos son el elemento más preciado, pero no el único por el que competir. El número de trabajadores que entra en la cárcel limitará las opciones en una siguiente ronda y, por suerte o por desgracia, también dependerá de los demás.

Bruxelles 1897

En esencia, tendremos que conseguir esos puntos mediante una o varias especializaciones. A lo largo de la competición, trataremos de subir en los tres niveles que propone el juego: arquitectura, coronas y blasones. Los puntos de victoria son los únicos que importarán, pero se recibirán más o menos en función del nivel alcanzado en cada uno. Ignorarlos sería el mayor error.

Bruxelles 1897 invita a probar estrategias, aprovechando la libertad que ofrece. Sin nada que envidiar a un juego de tablero de grandes dimensiones, cuenta con todo lo que cualquier amante del género busca. Muestra como unas cartas y marcadores también pueden hacer el trabajo de un tablero enorme si se encuentra la fórmula.

Su facilidad de transporte jugará a su favor, puesto que no siempre es sencillo disfrutar de la estrategia pura en la piscina, el parque o la cafetería. Estamos ante el que será uno de los juegos más potentes del catálogo de GDM Games, rejugable, interactivo, exigente e intuitivo.

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