Ardillas del Bosque, una nueva sorpresa familiar

Ardillas del Bosque

Ya están esos bichos revolucionando todo a su paso. ¡Cómo odio el otoño! Que si esconden una almendra por aquí, una nuez por allí… ¿Sabéis que no soy sorda, verdad? Vuestros sonidos agudos se transforman en molestas vibraciones para mi.

Para colmo, el invierno será aún peor. Lo pondréis todo patas arriba, tratando de recordar donde escondisteis vuestros frutos, mientras os los robáis. ¿Por qué no tenéis mejor memoria o cooperáis un poco? Mi paciencia se ha agotado. También quiero esos cacahuetes. Reseñamos Ardillas del Bosque, novedad de Átomo Games.

 

LA MEMORIZACIÓN Y LA OBSERVACIÓN

Ardillas del Bosque es un juego de mesa de 2 a 5 participantes, con competiciones de 15 minutos, recomendadas a partir de los 6 años. Se trata de una creación de Paco Gómez, quien ya cuenta con ¡Cobardes! y Fiesta de Regalos en el mercado.

Ardillas del Bosque

Su idea toma forma con unas ilustraciones de Amelia Sales. Estamos ante una novedad familiar de Átomo Games, que acaba de llegar a las tiendas a un precio de 17,95 euros. Como su propio nombre indica, nos convierte en ardillas.

Estos animales esconderán frutos secos durante el otoño, para recogerlos en invierno, época en la que escasean. La memorización será fundamental para recuperarlos, en un reto donde los robos están permitidos, haciendo uso de la observación.

 

ARDILLAS DEL BOSQUE: UNA PARTIDA

Antes de empezar, se crea el bosque uniendo tantos tableros como correspondan al número de jugadores (por su lado de día) y atendiendo a las marcas. Cada jugador selecciona una hoja y recibe sus fichas. Se quedarán en sus zonas de juego, boca abajo. La partida se desarrolla en dos fases: otoño e invierno.

Otoño

Durante su turno, cada participante toma una de sus fichas para mirarla en secreto. La dejará, boca abajo, en cualquier escondite del bosque. Podrá ocupar un espacio vacío o colocarla sobre otras fichas. El otoño termina cuando todas las fichas están en el bosque.

Invierno

Respetando el orden de turno, cada jugador escoge una ficha superior del bosque, sin importar quien la hubiera colocado. La incorpora boca arriba en su nido si se trata de un fruto seco, de una vacía o de una caca. Al encontrar una ardilla, lleva a cabo el efecto del animal mostrado en la parte del bosque en que se ha recogido la ficha.

Ardillas del Bosque

Fin de la partida

Al haber recogido todas las fichas, la partida termina. Se comparan los nidos. Cada caca anula un fruto seco del tipo escogido por el jugador. De entre los restantes, se comprueba cuál es fruto del que se tienen más fichas. Todos comparan ese grupo y, el propietario del más grande, se convierte en el ganador.

OTRAS FORMAS DE JUEGO

Ardillas del Bosque puede jugarse en su modo noche. Los tableros se colocan por ese lado en la creación del escenario. Las reglas son las mismas, aunque en el otoño, todos dejarán un fruto ya en su nido, boca abajo.

Las demás fichas pasan a la mano, de tal forma que se pueda elegir cuál esconder en el bosque. Durante el invierno se recuperan, aunque los efectos de los animales habrán cambiado. La forma de puntuación es la misma.

Ya sea de día o de noche, aparece el modo rey del bosque. En la preparación, se escoge una ficha de animal. Cada vez que aparezca una ardilla, se llevará a cabo el efecto del elegido. El en modo pequeardillas no aparecen los animales y, por tanto, tampoco las fichas de ardilla. Gana quien recoge más frutos.

 

ARDILLAS DEL BOSQUE: CONCLUSIONES

No me pongas esa cara. Tus ojos brillantes y tus manitas rechonchetas no van a impedir que sienta lástima. Te habría funcionado, pero he visto como te has pasado un rato robando frutos a tus compañeros de especie. Entrégame un cacahuete, por favor.

Las serpientes tenemos mala fama. En mi favor, diré que no es para tanto. Mientras tanto, las ardillas, suaves y blanditas, van provocando ternura por cada rincón. No importa que sean unas traidoras egocéntricas y que sólo les preocupe su propio pellejo. Para que luego digan que el mundo es justo.

Ardillas del Bosque

Ahí estás otra vez. ¿De verdad te atreves a intentarlo con la misma cara? ¿No te vas a esforzar en cambiarla? Resulta que no te quedan más frutos. Bien podría zamparte en un abrir y cerrar de ojos (seguro que tú lo habrías hecho en caso de tener ocasión), pero decido perdonarte la vida. Huye ardilla, no vaya a ser que la «mala del cuento» se arrepienta…

Si algo tienen en común los juegos de Paco Gómez es que no existen fallos en su ejecución. No hay ningún punto que flojee, ni hilos sueltos. No existen hipotéticas situaciones sin solución, ya que todo está más que probado y testeado, desde todas las posibilidades existentes.

Durante su charla en Protos y Tipos 2019 entendimos las razones. A la hora de dar vida a un juego de mesa, recurre a las matemáticas. Son ellas las que permiten que todo encaje a la perfección, desde una forma hasta la estadística o el comportamiento de los jugadores.

En Ardillas del Bosque, la primera muestra de esta maestría son sus tableros. Surgen a partir de distintos ángulos, de tal forma que puedan girarse para que encajen en base al número de jugadores. Así, tres tableros no se unirán por el mismo lado que cinco. La base lógica está ahí, adornada con curvas, símbolos y colorido.

Como demuestra en su blog oficial, la victoria o la derrota en un juego de mesa depende de las decisiones tomadas por los demás. Esta parte también es visible en su nuevo juego. Lo comprobamos al ver como no bastará con llevarnos las «recompensas seguras». El riesgo y la observación de los planes de los rivales desempeñan un papel crucial.

Ardillas del Bosque

Ya sea en una modalidad o en otra, la mecánica del ‘set collection’ se envuelve con la memorización, la deducción, el despiste y el riesgo. Cada paso es importante, desde colocar una ficha hasta tomarla.

Desde las primeras partidas, los jugadores encontrarán trucos para ocultar las fichas en el bosque. Tal vez se decanten por un par de zonas para esconder las buenas y por otras para las malas. Podrían jugar con la orientación de las hojas o tapar siempre las de otro color. Escojamos una táctica u otra, jamás deberemos prescindir del disimulo.

A la hora de recogerlas, es habitual que traten de hacerse primero con las buenas propias. Recordar donde están es el primer paso. Por lo general, si vemos como una ficha permanece en el escondite mucho tiempo, será señal de que oculta algo malo. A medida que nos familiaricemos con el juego, podremos aplicar el despiste máximo, haciendo creer que algo es malo cuando no lo es, y viceversa.

Siempre llegará un momento en que tengamos que tomar fichas ajenas. Llegados a este punto, tendremos dos opciones: tomar una al azar, confiando en la suerte, o tirar de análisis. ¿Por qué estará colocada aquí? ¿Cuántas ardillas han aparecido ya? Contar las fichas que ya han aparecido, en base a su color, nos dará la solución a cómo actuar.

Ardillas del Bosque

Con ello, estamos ante un juego tremendamente divertido, donde los más pequeños y los principiantes invertirán horas sin llegar a cansarse. Entre los beneficios aparecen esa estimulación de la memorización y de la concentración, así como la identificación de formas. Estaremos introduciendo a los niños en la estrategia. En la maravillosa estrategia.

Es recomendable comenzar con el modo pequeardillas, donde no existen efectos de animales y donde el ganador será, simplemente, el que más fichas tenga. Serán los propios niños los que pidan ampliarlo. Pasaremos, entonces, al modo rey del bosque (preferiblemente de día).

En él, ya introduciremos todas las reglas, aunque sólo habrá un único animal que realice su efecto tras encontrar una ardilla. No tardarán en unirse a la experiencia completa, tanto en día como en noche.

Ésta es capaz de llamar la atención de los adultos, independientemente del nivel que posean. Si bien la sencillez de reglas sigue estando presente, los planes tácticos comenzarán a dominarlo todo. Porque no es lo mismo colocar una ardilla en un espacio con un jabalí que en uno con un lince.

En el día, los animales serán aliados. Durante la noche, tendremos una pequeña ventaja en el otoño en la colocación de fichas. Ya en el invierno, las criaturas serán principalmente enemigas de las ardillas. Si ejecutamos un buen plan, podremos sacarles el máximo provecho interactuando con los nidos de los rivales. Lo que era seguro, pasa a no serlo, aumentándose el caos y la locura.

Ardillas del Bosque

Hasta el último momento, no sabremos qué participantes van a ganar en buena parte los casos. Podemos intuirlo, pero nunca habrá nada escrito. En una última ronda, podrían producirse robos o apariciones de cacas. Ya en el recuento, alguna ficha oculta podría desvelarse.

Recordamos que no gana el que más fichas posea, sino el que tenga más de su grupo más numeroso. Éste es otro de los grandes atractivos de Ardillas del Bosque, capaz de marcar la diferencia y de aportar frescura.

Los turnos rápidos y directos harán que no suponga un mal trago consultar el manual para recordar el efecto de cada animal. Aparecen muchos, lo que tiene su parte buena y su parte mala. Se garantiza una rejugabilidad infinita, de tal forma que no haya dos partidas iguales. A cambio, será más difícil despegarse de las instrucciones. La identidad de cada criatura, como es el caso del escarabajo pelotero, puede servir como pista recordatoria.

Las competiciones funcionan muy bien con cualquier número de jugadores, ya que no hay análisis parálisis. A dos y a tres, aparece una variante con ardillas dormilonas. No actúan como jugadores fantasma, por suerte. Se añade un tablero, con sus fichas, por cada dormilona.

A la hora de recuperar fichas, podremos tomar cualquiera de las suyas para añadirlas al nido. El resultado es un reto menos deductivo, pero más estratégico. No debemos buscar pistas en ellas, sino saber cuáles quedan por aparecer. Por tanto, la emoción no desaparece.

Ardillas del Bosque

Ardillas del Bosque es una de las novedades más interesantes del momento, donde hasta los empates se resuelven de la manera más justa. Está repleta de posibilidades en forma de efectos y modos. No deja indiferente a nadie, puesto que podremos personalizar el juego a nuestro antojo.

¿Nuestro animal favorito es el oso? Pues utilicemos únicamente su efecto. ¿Nos gusta interactuar con los demás? Compitamos en la noche. La magia del escondite es el mejor recurso que su autor podía utilizar para volver a sorprender con un juego con el que es complicado realizar comparaciones. No encontrar uno parecido, siempre es buena señal.

No menos importante es su diseño. Amelia Sales muestra, una vez más, su enorme potencial. Da vida a un título lleno de color, capaz de transportarnos por completo al bosque. Los animales tienen personalidad propia gracias a sus curiosas expresiones, muchas de ellas movidas por la ternura.

Ambos trabajos se unen en una caja de tamaño medio, con componentes resistentes. Son más que necesarios cuando se crea un título rejugable y adictivo, imposible de enfundar. Su precio es más que acorde con su calidad y posibilidades.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 35 Fichas de Jugador
  • 5 Fichas de Animales
  • 5 Tableros
  • Instrucciones (castellano, inglés)

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