Solos en Casa, el resultado final de una intensa carrera

Solos en Casa

Croquetas de pollo, pavo y pato. Albóndigas de buey. Una lata de salmón del Atlántico y de trucha. ¿De verdad pensáis que esto está bueno? ¿Por qué no lo coméis vosotros también?

No hay nada más duro que disfrutar, durante toda la mañana, del olor que llega desde la cocina. Papá prepara unos platos riquísimos o, al menos, eso es lo que parece. Cuando la familia se dispone a sentarse a la mesa, a mi me llega un recipiente con una de esas combinaciones extrañas cuyo olor ya es nauseabundo. También una caricia. Como si eso lo compensase todo.

Si os alimentaseis de pienso sólo durante una semana, comprenderíais la razón por la que armamos tanto lío cuando no estáis. Os prometo que tratamos de resistirnos, pero ahí está ella, con tantos manjares en su interior. Tan fresquita. La nevera es nuestro paraíso. Nuestra razón de existir. Reseñamos Solos en Casa.

 

MOVIMIENTO, ACCIONES Y TRAMPAS

Solos en Casa es un juego de tablero de 2 a 6 participantes, con competiciones de 15 a 30 minutos, recomendadas a partir de los 8 años. Estamos ante el primer juego de mesa publicado de José A. Díaz, autor que ya cuenta con otros prototipos como El Gran Druida o Nerd Fraternity.

Solos en Casa

Ilustrado por Cristina Frías, ya está llegando a las tiendas de la mano de Átomo Games, a un precio de 17,95 euros. Esta novedad nos permite comprobar qué hacen las mascotas cuando se quedan solas en casa. En la piel de un adorable animal, iniciaremos una carrera hasta la nevera.

Sólo quien llegue en primer lugar podrá darse un buen festín, por lo que la rivalidad es máxima. Mientras tratamos de avanzar, será de vital importancia colocar trampas a los demás. Sin embargo, con el caos siempre presente, podrían volverse en nuestra contra…

 

SOLOS EN CASA: UNA PARTIDA

El tablero se coloca en el centro, junto a las fichas de trampa y el dado. Sobre sus espacios, dejamos las fichas de puerta por el lado que corresponda (abiertas o cerradas). Cada jugador elige un personaje para recibir su ficha y su identificación. La primera se sitúa en la puerta de entrada.

Tras retirar las cartas de acción de personajes que no estén en juego, se baraja el mazo para repartir cinco a cada uno. Las restantes se dejan en el centro, junto a las de crash. Comienza la partida.

Durante su turno, cada participante lanza el dado, para avanzar a su personaje tantas casillas como se indiquen, y utiliza todas las cartas de acción que quiera de la mano. No hay orden para estos dos pasos, pudiendo incluso alternarse. Puede descartar hasta dos cartas, retrocediendo una casilla por carta descartada.

Solos en Casa

Finaliza reponiendo la mano, hasta volver a tener cinco cartas. Con ellas, abrirá y cerrará puertas, o intercambiará posiciones con otros personajes. Podrá colocar plátanos y bombas de cola en las casillas que coincidan con el color de la carta. Cuando alguien cae en un plátano, detiene su movimiento, aunque puede seguir jugando cartas.

Al pisar una bomba de cola, detiene su movimiento y finaliza su turno, no pudiendo jugar cartas ni reponer la mano. Las trampas se retiran al caer en ellas y se evitan con las cartas de poción del color correspondiente (guardar dos de ellas impide los posibles intercambios).

Las cartas de mascota nos permiten beneficiarnos de un efecto, que será mejor si coincide con nuestra identidad. Se utilizan para cruzar puertas, robar cartas a los rivales u obtener tiradas adicionales. Las de crash llevan a robar una de ese mazo, en forma de evento.

Con ellas, uno o varios personajes avanzarán o retrocederán hasta la primera puerta, ya sea abierta o cerrada. La competición llega a su fin cuando alguien llegue hasta la nevera, convirtiéndose en el ganador.

 

SOLOS EN CASA: CONCLUSIONES

Sir Alfred, pensaba que tenía usted mejor educación. ¿Acaso no fue a una escuela de mayordomos? No importa, ha llegado mi momento. Salto el sofá y la mesa de billar en un abrir y cerrar de ojos. Sólo me detengo para abrir una doble puerta y, ya que estoy, para colocar un par de plátanos justo detrás de mi.

Solos en Casa

¡Un momento! Me he quedado pegada al suelo, lo que me lleva a frenar en seco. Lo peor es saber que tendré que invertir tiempo para quitarme este potingue de las pezuñas. Donatella, mi tortuga favorita (la única que conozco), va ganando posiciones. Emilio y Pippa también.

Ya casi me he despegado y empiezo a planear mis próximos movimientos. No ha salido mal la cosa, puesto que estoy a un par de metros de la nevera. Casi puedo tocarla, oler ese delicioso pastel que esconde en su interior. Coloco dos bombas de cola detrás. Por si las moscas.

¿De qué será hoy la tarta? ¿Habrá sobrado algo de cocido? Creo que estoy empezando a llenar todo el jardín de babas. Un momento, ¿qué hago en el jardín? El conejo Floppy, con su cara de asesino en serie, ha debido utilizar una rejilla de ventilación para cambiarme de posición. Ahora, tengo que tragarme mis propias trampas. Aquéllas que he colocado con tanto cariño para los demás.

Finalmente, Donatella ha llegado hasta la nevera, utilizando un truco similar. Ha colocado plátanos delante suya y, después, se ha cambiado por Floppy. Muy astuta, amiga mía, ¿pero por qué no compartes algo conmigo? ¿De verdad vas a zamparte todo tu sola, sin remordimientos?

Solos en Casa

Solos en Casa era uno de los juegos más esperados. Ganador del I Concurso de Prototipos BGC Málaga (categoría familiar), iba a formar parte del catálogo de Black Box Work. Por fin, disfrutaríamos de esta adorable competición. Sin embargo, los numerosos problemas en los que se vio envuelta la editorial hicieron que su autor rompiese vínculos con ella.

Átomo Games no quiso que el proyecto cayese en el olvido, por lo que poco después anunciaba su publicación. Así, su llegada a las mesas ha sido una intensa carrera, repleta de obstáculos, pero con un final feliz. Su autor ha llegado a la nevera como recompensa de su talento, trabajo, dedicación, paciencia y sacrificios.

Para su primer juego de mesa publicado, se apuesta por un reto familiar, altamente interactivo. De esos que llenan la habitación de risas, venganzas y traiciones. De los que un éxito sólo puede llegar tras haber fastidiado a los demás.

No hay límites para disfrutar de Solos en Casa. Los niños comprenderán muy bien sus reglas, al igual que los principiantes. No es para menos, puesto que los turnos consisten en avanzar y jugar acciones. Esta mecánica tan simple esconde un mundo de posibilidades.

El lanzamiento del dado garantiza la rejugabilidad, junto con el robo de unas cartas u otras. En unas partidas avanzaremos a pasos de gigante, abriendo y cerrando puertas. En otras, iremos más lentos, aunque quizás contemos con muchas trampas. Los eventos podrían dominar otros encuentros.

Solos en Casa

No existen dos partidas iguales, por lo que no hay estrategias infalibles para la victoria. Lo que sí aparecen son algunos trucos para aproximarse a ella. El principal consejo es observar siempre el escenario y tomar una decisión en base a ello.

¿Me abro una puerta o te la cierro a ti? ¿Trato de conservar las dos pociones hasta el final para evitar el efecto de las rejillas? ¿Me conviene tomar ese atajo tan repleto de trampas? La propia situación nos dará una respuesta.

Existen distintas formas de jugar. Podemos centrarnos en el avance individual o en impedir el de los contrarios. Recomendamos encarecidamente la segunda opción. Las partidas son tan imprevisibles que algún solitario podrá ganar, pero todo es más divertido cuando sacamos provecho a esa interacción.

Fastidiar al jugador que vaya por delante no es la única posibilidad. Un turno estará realmente aprovechado cuando hayamos agotado todas o casi todas las cartas de la mano, para reponerla con nuevas. La emoción de jugar con diferentes opciones en cada turno no tiene desperdicio.

Una casa llena de cáscaras y de bombas de cola será sinónimo de locura. Por supuesto, conviene colocar las trampas con cabeza, en vistas al futuro. El riesgo desempeña un papel fundamental. Así, podríamos soltar trampas justo delante de nuestro personaje, descartar cartas para retroceder casillas y jugar una rejilla de ventilación.

Si sale mal, ya podemos insultarnos hasta el final de los tiempos. Sin embargo, si sale bien, nos sentiremos más que orgullosos. Aunque, quizás, no por mucho tiempo.

Solos en Casa

Empezar un turno tal y como lo hemos dejado en la ronda anterior es muy complicado. Habremos cambiado de posición o visto como las trampas se han acumulado alrededor. Esto se traduce en que no hay imposibles. El último puede convertirse en el ganador en un par de rondas, y a la inversa. Ésta es la verdadera magia de Solos en Casa. 

Dar algo por sentado o relajarse equivale a una derrota segura. Los nervios tienen que estar durante toda la carrera como gasolina para avanzar. Por si no hubiera suficiente con arriesgar en todos esos puntos, aparecen los eventos (cartas de crash).

Este mazo pone lo poco que quedaba del derecho patas arriba. Todos retrocedemos. Todos avanzamos. Uno retrocede. Uno avanza. Al igual que recomendamos no tener miedo de colocar trampas, tampoco hay que tenerlo de extraer estas cartas. Aunque el silencio se apodere de la sala cuando alguien vaya a descubrir una…

Los niños y principiantes se engancharán a sus reglas, sacando la «maldad» que llevan dentro. No tardarán en convertirse en expertos en la frustración de los planes de los demás. Estamos ante uno de los mejores juegos para estrenarse en esta práctica.

Quienes ya sean unos expertos en el tema, también disfrutarán al máximo de Solos en Casa. Serán unos buenos maestros del engaño y del despiste, transformando todo a su paso. Ellos sabrán combatir el azar, encontrando siempre posibilidades, a la par que enseñarán a los demás a hacerlo.

Como ocurre en los títulos de interacción entre jugadores, funciona mejor con grupos grandes. La locura será menor en los duelos, pero seguirán funcionando bien. Sobre todo, si seguimos apostando por la colocación de trampas, por el uso de rejillas y por el descarte estratégico de cartas.

Solos en Casa

Estamos ante una combinación entre ataque y defensa, en forma de carrera. La espera para competir ha sido larga, pero ha merecido la pena. Se ha dado forma a un juego con muchas opciones de salir a mesa, incluso meses después de su adquisición, por encajar muy bien con todo tipo de jugadores y por su rápido montaje.

Combina un objetivo clásico con turnos impredecibles, repletos de libertad para el jugador. Permitir que cree sus propias tácticas, sin perderse la sencillez, es uno de los grandes aciertos. El resultado es un juego divertido, emocionante y diferente. Su autor tiene muy presente que el entretenimiento siempre debe reinar en un juego de mesa.

Su adictiva jugabilidad, capaz de romper más de una amistad, se envuelve en una temática atractiva. Sus ilustraciones dan vida a una casa repleta de colorido y a unos protagonistas que derrochan amor (aunque en la práctica ocurra lo contrario). Sus caritas y accesorios les dotan de personalidad propia.

Es habitual que tengamos nuestro favorito para motivarnos aún más, ya sea por su aspecto o por el homenaje que rinde. Su estética se completa de unos iconos claros e intuitivos, a interiorizar desde la primera partida. Respecto a sus componentes, todos son resistentes, aunque recomendamos tener cuidado al introducir las fichas en las peanas y dejarlas ya montadas.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 56 Cartas de Acción
  • 14 Cartas de Crash
  • 18 Fichas de Puerta
  • 16 Fichas de Trampa (reversibles)
  • 6 Fichas de Personaje (con peana)
  • 6 Fichas de Identificación
  • Dado
  • Tablero
  • Instrucciones (castellano, inglés)

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