¿Cuánto tiempo pensáis seguir con esta absurda tradición? Si fuésemos canguros lo entendería, pero somos pandas. ¡Pandas rechonchos de piernas cortas! El chiquitín de la familia, de apenas unos meses, se lo pasa en grande. Pero ya veréis como os recrimina, en un futuro, haberle hecho competir en pañal.
Antes de que me lleguen las acusaciones de egoísmo y de no querer a mi familia, ya aviso: éste será el último año en el que participe. Llevo días hinchando globos para atarlos en mi barriga. Ya veremos si funciona… Reseñamos Poc!, el nuevo juego de Tranjis Games.
ZORROS, GECOS, PANDAS Y PINGÜINOS
Poc! es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 10 minutos, recomendadas a partir de los 6 años. Es una creación de Alexandre Droit, Nicolas Bourgoin y Florent Toscano, ilustrada por Tony Rochon.
Publicado por Jeux Opla en su edición original, su versión en castellano ya está llegando a las tiendas. Lo hace de la mano de Tranjis Games, con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano.
En esta novedad, cuatro familias de animales se dan cita para protagonizar un torneo anual de salto. Los zorros, los gecos, los pandas y los pingüinos no son los mejores en esta disciplina, aunque eso no va suponer el fin de su tradición. El objetivo es colar a nuestros animales dentro de la caja, mientras capturamos a los de los demás.
POC!: UNA PARTIDA
Antes de empezar, se reparte una familia de animales a cada uno, compuesta por cinco fichas. A continuación, se escoge una de las tres modalidades de juego.
¡Poc en stock!
La caja, sin la tapa, se coloca en el centro de la mesa. Los puños de cada jugador se sitúan a unos 20 centímetros de ella. Será en cada turno donde seleccione una de sus fichas para dejarla encima del puño. Con la otra mano, y haciendo uso de un dedo, la golpeará por abajo para hacerla saltar.
Su turno finaliza tras el lanzamiento. Si no ha entrado en la caja, se comprueba si la ficha está encima de otras. Si se trata de animales propios, se recuperan para volver a lanzarlos en próximos turnos. Si son animales contrarios, se colocan debajo del puño. El animal propio podrá volver a utilizarse en un turno siguiente.
La competición llega a su fin cuando sólo quede un jugador con animales. Tras un último lanzamiento, se cuentan los puntos obtenidos. Suman el valor de los animales capturados a los propios que han colado dentro de la caja. Los segundos duplican su valor. El vencedor será quien tenga la mayor puntuación.
¡Poc on the box!
Las reglas son las mismas, aunque en este caso, se juega con la tapa puesta sobre la caja. Los animales que permanezcan sobre ella también otorgarán el doble de puntos.
¡Poc! ¡Poc! ¡Poc!
La caja es sustituida por la ficha de trampolín. Cada vez que un animal caiga sobre ella, se recupera. Así, sólo se obtendrán puntos por los animales capturados.
En los tres modos puede aplicarse una regla especial de captura. Con ella, sólo podremos quedarnos con los animales rivales cuyo valor sea igual o inferior al del capturador.
POC!: CONCLUSIONES
Apenas tengo fuerzas para levantarme de la cama. Mientras la comunidad se prepara para disfrutar de uno de los días más importantes del año, me hundo entre las sábanas. Saber que será mi última competición me anima, dentro de lo que cabe, a poner un pie en el suelo.
De camino, y ya con los globos preparados, me cruzo con algunos competidores. Unos rebosan felicidad y nerviosismo, mientras que otros parecen estar tan descontentos como yo. Ni los pandas, los zorros, los gecos, ni mucho menos los pingüinos, hemos nacido para realizar grandes saltos.
Para paliar nuestras limitaciones, todo está permitido. Hay quienes traen de casa un cohete gigante. También están los que se han atado muelles en las patas y los que forman parte de un tirachinas gigante. ¡Hasta hay un valiente dispuesto a tragar helio para hincharse como una bola! Sí, quizás eche de menos estas ocurrencias…
He pensado que será al final de la competición cuando haga pública mi propuesta. Llevo meses planeando mi discurso, aprovechando el desánimo que caerá sobre los perdedores. Quiero que se organicen torneos consistentes en diferentes pruebas, basadas en la velocidad, en la fuerza y en la natación. Para que cada uno pueda mostrar sus habilidades sin sufrir.
Suena el silbato. Empieza la competición. Presencio algunos éxitos, pero también un par de golpes. De los que duelen. Mi turno. Los globos me elevan del suelo y contemplo la escena más bonita del mundo. Veo montañas y lagos desde las alturas y descubro especies que no sabía que existían. ¿Y esas flores tan bonitas?
Mi asombro me hace huir de este mundo y, antes de que me dé cuenta, estoy dentro de la caja. Oigo aplausos, acompañados de mi nombre. ¡Lo he conseguido! Parece que el discurso puede esperar un año más.
Poc! es un juego protagonizado por la habilidad, la precisión y la puntería. Lo primero que llama la atención son sus componentes. Aunque se presentan como fichas, sus animales llegan en forma de posavasos. Además de aportar originalidad y frescura, se apuesta por garantizar su duración.
No es para menos, puesto que volarán por los aires. Chocarán. Harán espectaculares piruetas. Este formato también confiere el grosor y el peso necesarios para un lanzamiento exitoso. Ni costará elevarlos ni cruzarán la habitación de punta a punta.
Antes de escoger una modalidad, es preciso practicar. Sin presiones. Colocaremos el puño en la mesa y nos familiarizaremos con el golpe. No tardaremos en escoger una mano para el lanzamiento. Tampoco en conocer cuál debe ser la intensidad.
Recomendamos empezar con el primer modo, con la caja abierta. Será entretenido invertir los primeros turnos en encestar al animalejo, pero los siguientes serán aún más interesantes. No es para menos, puesto que la mesa ya estará lleno de fichas. Será momento de valorar si es mejor encajar una ficha en la caja o tratar de capturar a una del rival.
La puntería debe estar presente en cualquiera de los dos casos. Si queremos introducir al animal en la caja, y nos armamos de confianza, es preferible utilizar al más valioso (recordemos que los que estén dentro puntuarán el doble). Si lo que queremos es capturar, siempre es mejor utilizar a uno con un valor bajo. Así, si la cosa sale mal, no será un claro objetivo para los demás.
En mitad de esas valoraciones, también podremos invertir lanzamientos para recuperar fichas propias. Al quedar encima, volverán a nuestra zona para protagonizar futuros lanzamientos. Saber cuantas les quedan a los demás es clave para apostar por ello o para tratar de finalizar la partida lo antes posible.
El recuento será tan emocionante como la propia acción. Independientemente de quien se lleve la victoria, todos querrán disfrutar de una nueva partida. Quizás sea buen momento para poner la tapa o para colocar el trampolín.
Entre jugadores expertos, es más que recomendable aplicar la regla especial, con la que sólo podemos capturar animales de un valor igual o inferior al capturador. Los planes cambiarán por completo, junto a los ángulos de lanzamiento. Será ahí donde los animales más valiosos tengan que practicar la captura y no centrarse únicamente en colarse en la caja.
Aplicada a las tres modalidades, da como resultado seis variantes distintas. Se garantiza así la rejugabilidad, que puede aumentar al aplicar reglas caseras. Su simplicidad lleva a inventar normas, sin importar lo absurdas que parezcan. Por ejemplo, podríamos colocar las fichas de un jugador neutral sobre la mesa para no perder los primeros turnos.
A dos jugadores podría hacerse necesaria una regla similar, evitando que la mesa esté vacía en determinados momentos de la partida. Los duelos siguen funcionando bien, pero al haber menos fichas, las capturas no tendrán tanto peso.
Poc! brilla a tres y deslumbra a cuatro. Será en estos retos donde muestre una interacción máxima. Nos divertiremos fastidiando al jugador que lleve más puntos, en medio de la locura y del caos. El colorido sobre la mesa se traduce en sorpresas inesperadas, sobre todo de cara al final.
Al estar ante un juego de habilidad, se crearán momentos inolvidables. Llegarán al protagonizar jugadas aparentemente imposibles, de esas que sólo se repiten una vez en la vida. ¿Has visto esa pirueta del zorro? ¿Cómo has podido colar a ese pingüino con un lanzamiento tan malo? ¿De verdad has empujado al geco fuera de la caja para que ya no puntúe?
Al acercarnos al juego, descubrimos como el humor está presente en las mismas instrucciones. Es sólo el preludio de lo que está por venir: risas, risas y más risas. La tensión se moverá por las partidas, como parte de la emoción, pero no quitará peso a las carcajadas, provocadas no sólo por las grandes jugadas, sino por los lanzamientos penosos.
Da igual que las reglas sean sencillas. En ocasiones (quizás más de las que imaginemos), protagonizaremos jugadas ridículas. Y he aquí el aspecto más interesante de Poc! Se trata de un juego familiar, donde lo realmente importante será alegrarnos la tarde.
Lo consigue por completo, aunque el ambiente influirá mucho. No es lo mismo jugarlo en el salón de casa que sobre la toalla de la piscina. Estamos ante uno de esos títulos que parecen haber sido creados para el verano. Para las tardes y noches al aire libre. Tranjis Games no podía haber escogido un mejor momento para ponerlo a la venta.
No necesitaremos, necesariamente, una superficie plana. De hecho, las condiciones del terreno o el viento añadirán un toque extra de dificultad que seguirá potenciando la rejugabilidad. Parques, plazas, playas o piscinas pueden ser testigos de como la habilidad continúa siendo una perfecta compañera del calor.
Como hemos visto, sus componentes son resistentes (siempre que no los utilicemos como posavasos reales), por lo que darán para más de un verano intenso. No hay que tener miedo de su desgaste, puesto que limitaría la diversión.
Poc! se acompaña de unas ilustraciones que reflejan, de la forma más fiel posible, la temática. Combinan un adorable aspecto con situaciones surrealistas. No sólo sirven para llenar todo de vida, sino para despertar la imaginación de los más pequeños.
Serán estos quienes, además de practicar con la precisión, podrán crear increíbles historias con los protagonistas. Sólo tendremos que preguntarles el nombre de un determinado animal para que empiecen a desarrollar una aventura. No es el único beneficio: la práctica del cálculo simple está a la orden del día, así como la memorización al tratar de recordar cuántos puntos lleva cada uno.
Por descontado, también enganchará a los adultos que busquen desconectar de juegos más largos o de su propia rutina. Los torneos completos, donde aplicar las tres modalidades, son un acierto independientemente de la edad. Sobre todo, si hay un jugoso premio (o castigo) en juego.
COMPONENTES DE JUEGO
- 5 Fichas de Zorro
- 5 Fichas de Geco
- 5 Fichas de Panda
- 5 Fichas de Pingüino
- Ficha de Trampolín
- Instrucciones (castellano)
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