Sevilla 1503: el resultado final de la honestidad y de la valentía

Sevilla 1503

No prescindiré del aceite, ni tampoco del vino. Por tanto, necesito dejar espacio en el barco para bodegueros y frailes. Tal vez, también deba incluir un cocinero. Para sacarle el máximo provecho, añadiré algo de ganado y armamento. Por tanto, tampoco estaría de más un carnicero. ¿Y un soldado?

Si se unen, me conviene pensar en un ganadero y en un gobernador. Con este grupo a bordo, necesito un teniente y un maestre. ¿O quizás dos? Ya que estamos, póngame un almirante. Siendo sinceros, mi lista se alargaría hasta el infinito. Con la presencia de unos, necesito a otros, y así hasta el final de los tiempos. El problema llega al saber que el espacio en mi barco es limitado. Muy limitado. Reseñamos Sevilla 1503.

 

RUMBO A LAS AMÉRICAS

Sevilla 1503 es un juego de mesa de 3 a 5 jugadores (con modalidad para 2 participantes). Sus competiciones, recomendadas a partir de los 10 años, tienen una duración de 30 a 50 minutos.

Creado por Jose A. Ramírez y Christian V. Tunn, Talia Ramírez es la responsable de sus ilustraciones. El que es el primer juego de mesa de Delirium Games llegará a las tiendas en el mes de septiembre, en una edición con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano.

Como su propio nombre indica, nos traslada a Sevilla. Es el año 1503 y, como el puerto más importante de Europa, da la bienvenida a miles de viajeros que buscan hacer fortuna. A bordo de modernos navíos, surcarán el océano repletos de exóticas mercancías.

Sevilla 1503

Con la misión de convertirse en el navegante más famoso del Mediterráneo, los jugadores tendrán que planificar una expedición atendiendo a un equilibrio entre mercancías, tripulación y espacio del barco. Recurrirán a las mecánicas de ‘set collection’ y subastas.

 

SEVILLA 1503: UNA PARTIDA

Antes de empezar, se separan las cartas por tipos. Las de subasta se dejan boca abajo. Las de barco, boca arriba y en orden ascendente, tras haber seleccionado las equivalentes al número de participantes. Las pequeñas, cuyo número también dependerá de los jugadores, también se dejan visibles.

Tras crear la reserva de monedas, cada jugador recibe cinco falsas y tantas como correspondan a los participantes en juego. Obtiene un tablero de subastas por su cara principal, las cartas de realeza, clero y nobleza y una pantalla para las monedas.

Se entrega la ficha de timón al jugador inicial.  La partida consta de ocho rondas (marcadas por las ocho cartas de barco), con sus cuatro fases.

1. Revelación de nuevos lotes.

Se extraen cartas del mazo de subasta para colocarlas por lotes de dos cartas cada uno. Habrá tantos como número de jugadores haya, más uno. El último contendrá una carta de subasta y una de barco. Cada vez que un lote esté compuesto por dos cartas del mismo color, se añade una de minibarco.

2. Puja secreta.

De forma simultánea, todos colocan monedas en su tablero para cada lote, boca abajo. Las monedas falsas servirán para despistar a los rivales, de tal forma que sea más complicado intuir el número de monedas que quieren pagar por cada lote.

Sevilla 1503

3. Repuja.

Se desvelan las monedas pujadas para el primer lote. Una vez completado, se hace lo propio con el segundo, y así sucesivamente. Sólo los jugadores que hayan pujado con al menos una moneda, sin contar las falsas, podrán participar en la repuja.

El jugador con la ficha de timón decidirá si será el primero o el último. Para repujar, se selecciona una carta de mecenas (realeza, clero o nobleza). Las monedas que aporta se suman a la puja, de tal forma que siempre se supere la más alta. No es obligatorio repujar, a la vez que sólo puede recurrirse a un mecenas por ronda.

Aquél que haya pujado la mayor cantidad de monedas (ya sea con o sin mecenas) se lleva el lote. Las cartas de subasta se guardan en un mazo boca abajo, aunque podrá consultarlo siempre que desee. Las de barco se dejan boca arriba. En caso de empate, el lote se descarta.

Sólo pierde las monedas el que se haya llevado el lote, a la vez que gira la posible carta de mecenas utilizada. Los demás las recuperan y vuelven a tener a su mecenas disponible. Las falsas siempre se devuelven detrás de la pantalla.

4. Cobro.

Al asignar el último lote, se inicia esta fase. Cada jugador recibe tanto dinero como se indique en sus cartas de mecenas no utilizadas. Para la siguiente ronda, tendrá todas disponibles de nuevo. La ficha de timón será para el jugador que se haya llevado la última carta de barco.

Fin de la partida

Al completarse la octava ronda, la partida finaliza. Será momento de contar la capacidad de la que dispone el barco, para embarcar mercancías y tripulación, atendiendo a las plazas que ocupen. Todo aquello que no quepa, se pierde.

A continuación, se cuentan los puntos proporcionados por las cartas embarcadas, ya sea mostrados en las propias cartas o como resultado de los combos. Cada cuatro monedas equivalen a un punto. El vencedor será quien posea la mayor puntuación.

 

SEVILLA 1503: CONCLUSIONES

Una campaña en Kickstarter suele cancelarse por muchos motivos. Uno de los más habituales es por no conseguirse el objetivo inicial marcado durante los primeros días, siendo ya muy difícil superarlo en los siguientes. Sevilla 1503 alcanzó su meta muy pronto. Sin embargo, sus responsables decidieron no seguir adelante con la campaña.

Sevilla 1503

No fue una decisión fácil, pero Delirium Games dio una lección de honestidad y valentía. La editorial ya iba a contar con el dinero necesario para producir su primer juego de mesa, pero al no estar ofreciendo el juego con el que siempre habían soñado, se despidieron de los mecenas con un «hasta pronto».

Lo fácil era aprovechar ese dinero para publicarlo. El juego hubiese sido el mismo, aunque sin algunos puntos que ahora lo acercan a la perfección. Con el producto final en nuestras manos, queda claro como la decisión fue más que acertada. Los creadores cumplirían su sueño y el jugador sería el gran beneficiado.

Sevilla 1503 es un ejemplo de como el disfrute del jugador puede pesar más que cualquier otro aspecto. De como ofrecer un juego completo compensa cualquier larga espera. De como la ilusión y los sueños están por encima de cualquier valor seguro. 

La caja es maravillosa, tanto por fuera como por dentro. Los materiales son de calidad, tanto en cuestión de cartas como de fichas. Los tableros y pantallas, aunque finos, cumplen su función. Respecto a la jugabilidad, ahora se añade una modalidad para dos, más que necesaria hoy en día, cuando los juegos llegan a salir a mesa, en su mayor parte, en pareja.

Incluye también los componentes de su mini expansión Rebeldes y el modo Palacios, que se sirve del reverso de los tableros. Tenemos juego para rato, con una resistencia de los componentes apropiada para su infinita rejugabilidad.

Sevilla 1503

A priori, Sevilla 1503 no revoluciona géneros. Toma prestada la esencia de un ‘set collection’, con sus maravillosos combos entre cartas. Demuestra que no es necesario inventar nada si se sabe exprimir. Sus autores la combinan con un sistema de subastas y un exhaustivo testeo da como resultado un juego sin fallos.

La preparación es rápida y el análisis parálisis inexistente. Para que todo encaje a la perfección, el número de jugadores determinará la preparación. La estructura de las rondas permite que incluso los novatos se familiaricen con las reglas sin problemas (el claro manual también ayuda).

Tras mostrarse los lotes, se inicia una de las partes más divertidas de cada ronda. Se trata de las pujas secretas, haciendo uso de la observación, de la concentración y de la mente fría. Debemos buscar la respuesta a la pregunta de «¿qué quiero realmente?». Las posibilidades son enormes y no será lo mismo especializarse en carpintería que en mercancías.

Como ocurre en el género, encontrar el equilibrio es fundamental. Tener un poco de cada puede funcionar, pero el verdadero éxito está en poder relacionar las cartas entre sí. Si he recogido mucho ganado, es lógico que necesite al carnicero para ganar más puntos por las vacas y que, ya de paso, no me ocupen espacio.

Es fundamental que los demás no descubran nuestras intenciones, aplicando el despiste. Y he aquí la importancia de las monedas falsas. Si pongo cinco sobre un lote que me interesa poco, quizás el contrario crea que lo necesito y se anime a pujar por él. Las estrategias a emplear son muchas, mientras aplicamos la deducción y la intuición. ¿Por qué ha puesto ése tantas monedas en el tercer lote?

Una vez descubiertas, es común que se inicien los piques. Conviene, una vez más, actuar con cabeza. Es muy común que queramos un lote por el simple hecho de que otro lo quiere, más que por su utilidad. Los más avispados podrían hacernos caer en su trampa, con el correspondiente gasto del mecenas más poderoso.

Aunque no hay técnicas infalibles para la victoria, es esencial no dejar espacios vacíos en las pujas y no gastar todas las monedas por ronda. Tener cierto margen puede suponer una gran ventaja en las rondas siguientes y, por supuesto, sacarnos de más de un apuro. Porque, por si acaso no había suficiente con atender a las combinaciones de cartas, es preciso mirar el espacio.

Tener cartas valiosísimas no nos servirá de nada si no tenemos capacidad en el barco. Se quedarán fuera para el recuento. De esta manera, conviene asegurar y mirar en perspectiva. Tampoco está de más pasarse de la capacidad, no sólo para ir seguros, sino para que los otros tengan que renunciar a embarcar.

Estamos ante uno de esos juegos cuyo final de partida llega a ser incluso más interesante que el resto del juego. Será momento de decidir qué cartas entran y cuáles salen. De atender a las bonificaciones para saber qué cartas nos salen gratis y cuáles no. Haremos cálculos rápidos antes de tomar una decisión, teniendo en cuenta que todo tiene su función. Es decir, realizaremos una selección sobre una selección.

El peso de las cartas se representa de una forma intuitiva y lógica, al igual que la utilidad de cada una. El recuento es, por tanto, muy rápido. Las hojas, con sus apartados organizados por colores, facilita la tarea. Recomendamos que, en las primeras partidas, coloquemos las cartas bajo los barcos para organizarnos mucho mejor.

El resultado es un juego de reglas sencillas, cuya dificultad a la hora de dominarlo dependerá de las decisiones tomadas y de la forma de jugar de los demás. Como hemos visto, es rejugable. Incluye muchísimas cartas, de tal forma que nunca se combinarán igual. Las querremos todas, pero el dinero y el espacio limitado nos echarán el freno.

Se incluye una modalidad para dos. Tras una primera decepción, al comprobar como incluye la figura del jugador fantasma, llega la calma. Éste no tendrá cartas de mecenas, por lo que no repujará ni perderemos demasiado tiempo en él. Sólo tendremos que repartirle cuatro monedas por ronda y barajarlas, para colocar una sobre cada espacio de su tablero.

No cuesta trabajo jugar con él y, de hecho, se llevará buena parte de los insultos. Cuando creemos que un lote será nuestro, descubre su puja y comprobamos como tenemos que superarla. Este rol está tan bien creado que es capaz de fastidiar a los jugadores más que si fuese de carne y hueso.

Aunque se disfruta más a partir de los tres participantes, también podemos hacernos con él si sólo pensamos jugarlo a dos. No echaremos nada en falta y la emoción seguirá siempre presente. A cualquier número de jugadores podemos renunciar a las pantallas, utilizando los puños como arma secreta.

Una vez que estemos familiarizados con las reglas, podemos añadir las cartas de Rebeldes. Dan la vuelta por completo a las partidas (si aparecen), al poder pasarlas a otro o al ser obligatorias de embarcar. Crece la interacción entre participantes y, ya de paso, rompen alguna que otra amistad.

Delirium Games

El modo Palacios recurre al reverso de los tableros para proporcionar una habilidad a cada jugador. De esta manera, tendremos más capacidad en los barcos o podremos renunciar a cartas a cambio de otras o de monedas. Con este añadido, ya sacaremos el mayor provecho a cada lote. Permite aprovechar las cartas que no queremos de los lotes por los que hemos pujado, simplemente, porque una de sus dos cartas nos hacía falta.

A esta jugabilidad se le suma una temática muy atractiva, recreada en su totalidad. Con unas ilustraciones tan bonitas como funcionales, no nos costará trabajo viajar siglos atrás. Los reversos de los tableros nos llevarán a conocer algunas de las localizaciones más importante de Sevilla durante el siglo XVI.

Sevilla 1503 es adicción en estado puro, tanto para principiantes como para expertos. Tiene la capacidad para enganchar a jugadores a esta afición, así como para sorprender a los mayores amantes de los ‘set collection’. Por sus numerosas posibilidades y por su forma de ejecutarse, además de por su atractiva temática, es totalmente compatible en una estantería repleta de ellos.

Delirium Games se inicia en el sector con un juego cuidado en todos los aspectos, sorprendente y que supera las altas expectativas creadas. Es fruto de un trabajo excepcional, que debería ser el camino a seguir por las editoriales.

En un momento en que el se publican numerosos juegos por semana, saber diferenciarse es esencial para la supervivencia. Sevilla 1503 lo consigue no por reinventar géneros, sino por encajar a la perfección los ya existentes, transformándose en un producto final que brilla con luz propia.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 88 Cartas de Subasta
  • 15 Cartas de Mecenas
  • 12 Cartas de Barco
  • 10 Mini Cartas de Barco
  • 85 Fichas de Moneda
  • Ficha de Timón (jugador inicial)
  • 5 Tableros de Puja (reversibles)
  • 5 Pantallas
  • Libreta de Puntuación
  • Instrucciones (castellano)

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