Ciudad de Seis, la gestión de los dados en el mercado inmobiliario

Ciudad de Seis

Lanzamiento de dados, colocación de trabajadores y subastas. Estos tres elementos conforman Ciudad de Seis (Cd6), juego de mesa en fase de desarrollo que convierte a sus participantes en inversores inmobiliarios.

 

CONSTRUCCIÓN, COMERCIO, EDUCACIÓN Y FINANZAS

Ciudad de Seis es un juego de cartas y dados, de 2 a 4 jugadores. Creado por Pedro Jiménez Granero, está indicado a partir de los 7 años. Sus partidas tienen una duración de 30 a 60 minutos.

Presentado en forma de prototipo, nos lleva a formar parte del mercado inmobiliario. Convertidos en inversores, los participantes tienen un objetivo claro: edificar un distrito. Participarán en subastas, en las que adquirir trabajadores (dados) y edificios.

El primer paso es repartir los dados básicos a los jugadores, en base al número de participantes. Al representar a los trabajadores, sus caras hacen alusión a los distintos tipos de empleo. Así, la construcción, el comercio, la educación y las finanzas formarán parte de las posibilidades.

Ciudad de Seis

Será al comienzo de cada ronda donde se muestren seis cartas para subastar. A continuación, cada uno lanza sus dados. Podrá tirar de nuevo los que desee. Realizará una acción con los resultados finales, a escoger entre tres opciones: pujar, activar una habilidad o retirar dados.

Con la puja, añade dados de su reserva a una carta de la subasta, cubriendo los símbolos de puja mínima mostrados en la carta y sumando los símbolos adicionales que desee (las finanzas funcionan a modo de comodín). Colocará los dados en su lado de la carta más próximo.

A lo largo de la ronda, las subastas serán superadas por los oponentes mediante el «pago» de esa puja mínima y de símbolos extra. Tendrán la posibilidad de realizar nuevas pujas o de aumentar los símbolos que ya tuvieran para superar a la puja ganadora.

Al activar una habilidad de uno de sus edificios, gastando los símbolos marcados, obtiene ventajas especiales. Por último, una vez por ronda podrá retirar dados de pujas perdedoras. Sólo se quitará uno de cada puja.

Se repite la misma mecánica hasta que todos pasen, al no poder realizar más acciones. Se resuelven las subastas. El que tenga la puja más alta, se lleva la carta correspondiente. Todos recuperan sus dados, teniendo en cuenta los que pudieran ganarse en ese momento. Las cartas por las que nadie haya pujado se descartan.

Se comprueban los puntos de victoria, ya que la partida finaliza cuando alguien alcanza o supera los 20 puntos. El ganador será quien tenga la mayor puntuación. Si nadie ha alcanzado esta cantidad, comienza una nueva ronda.

 

CIUDAD DE SEIS: PRIMERAS IMPRESIONES

Apostar por la colocación de trabajadores mediante los dados es una de las mejores formas que existen para garantizar la rejugabilidad máxima. Las partidas diferentes. La emoción en cada encuentro.

Ciudad de Seis opta por esta mecánica como eje central, por lo que la fecha de caducidad no es un problema. Ahora bien, ¿qué hay de los demás elementos? Su temática es sinónimo de acierto. Su autor nos lleva a formar parte de los entresijos del mercado inmobiliario, que no son pocos.

Ciudad de Seis

La competición constante y la superación que dominan el sector se plasman en una jugabilidad de reglas sencillas. Cualquier tipo de jugador, sin importar su experiencia, puede formar parte de la pelea entre leones. Necesitará menos de una partida para conocer las opciones ofrecidas.

Su diseño ayuda, y mucho, a la accesibilidad. A pesar de tratarse de un prototipo, con un diseño cambiante y no definitivo, hay puntos que ya parecen totalmente perfilados, como si de un juego final se tratase. Son detalles como los colores alrededor de las cartas o los propios símbolos de los dados, creando un juego intuitivo y claro.

Su rejugabilidad infinita y su atrayente temática se envuelven en la libertad de actuación. Unas reglas sencillas pueden ir de la mano de un mar de posibilidades. Al no existir las distracciones propias de un diseño mal testeado, queda mucho espacio para las opciones. Para que el participante tome sus propias decisiones y actúe en consecuencia.

Cada ronda se iniciará con el lanzamiento de dados, con una primera elección. ¿Qué dados me sirven y cuáles no? Las combinaciones aparecen en las mentes, en base a los planes estratégicos. No sólo utilizaremos los resultados para tratar de obtener las mejores cartas, sino para aprovechar los valiosos efectos de las que ya tenemos.

La parte más divertida llega al realizar las pujas. Nos creeremos los reyes del mundo hasta que el de la derecha aparezca con su combinación de dados aún mejor. Tal vez, el único motivo por el que se haya metido donde no le llamaban haya sido el fastidio al contrario.

Ciudad de Seis

Ciudad de Seis es un juego repleto de interacción. Llega en forma de guerras abiertas por las cartas más valiosas (o por aquéllas que vendrán mejor a los demás) y de venganzas que durarán más de una partida. Todos comparten objetivo, por lo que sacar las uñas es más que necesario.

Como su prototipo nos ha permitido comprobar, una de las claves para la victoria reside en la capacidad para improvisar sobre la marcha. La buena gestión es fundamental. El azar está presente mediante el lanzamiento de los dados y la aparición de las cartas, pero puede controlarse. Y mucho.

Así, no espantará a los alérgicos al factor suerte. Las cartas que hayamos ganado a lo largo de la competición nos salvarán de más de un apuro o nos guiarán por el camino a seguir. Afortunadamente, en 72 cartas y 38 dados hay muchas estrategias posibles y ninguna es mejor que otra.

Protos y Tipos 2019 contó con una simulación del sector inmobiliario a través de Ciudad de Seis. El resultado fue un juego que sorprendió por sus pulidas mecánicas y por la sensación de querer más de una partida. Es de esperar que cambien algunos detalles, como ocurre con todos los prototipos durante el testeo, pero la base es más que correcta.

Es tarea de su creador seguir mostrando el juego en jornadas y eventos, hasta llegar a su publicación. Será ahí donde todos podamos disfrutar de una idea convertida en realidad, que bien podría encajar en el catálogo de cualquier editorial que busque propuestas desenfadadas, tan divertidas como fáciles de producir.

 

Las imágenes pertenecen a su prototipo, por lo que su diseño no es definitivo.