Sherlock: El mayordomo, una compleja historia en un nuevo reto

Sherlock El Mayordomo

El cuerpo de un mayordomo es encontrado sin vida. Se trata de Ben Simons, quien heredó la fortuna del magnate J. R. Smith. ¿Se trata de un suicidio? ¿Hay algo más? Así se presenta Sherlock: El mayordomo, nuevo juego de la serie Q System.

 

¿EN QUÉ CONSISTE SHERLOCK: EL MAYORDOMO?

Sherlock: El mayordomo es un juego de cartas de 1 a 8 participantes, de una duración de 60 minutos, indicado a partir de los 10 años. Ya está disponible como nuevo título de la serie Q System, junto a Sherlock: Entre Tumbas y Sherlock: ¿Quién es Vincent Leblanc?

GDM Games, su editorial, vuelve a apostar por el formato de caja pequeña y un precio de 8 euros. Sigue el sistema creado por Josep Izquierdo y Martí Lucas, mientras que su historia pertenece a Eugeni Castaño y a Dani Seguí. Sus ilustraciones son obra de Amelia Sales.

Como tal, estamos ante una propuesta de deducción independiente. Con la cooperación como elemento principal, puede disfrutarse una vez por grupo. Una vez resuelto el caso, carecería de sentido volver a intentarlo.

Sherlock El Mayordomo

Un nuevo misterio por resolver

3 de enero de 2016. Los periódicos se hacen eco de la muerte de Ben Simons, mayordomo de Milwaukee. No es la primera vez que se convierte en noticia, puesto que ocupó las portadas tras heredar la fortuna del magnate J. R. Smith.

Todo apunta a que se trata de un suicidio, propiciado por el alcohol y las drogas. ¿Pero qué le llevaría a quitarse la vida? Será tarea del grupo de detectives descubrir la verdad en torno al misterio. Contarán con pruebas, declaraciones, informes y fichas policiales.

Sherlock nuevo juego

El sistema a seguir

Sherlock: El mayordomo sigue el sistema tradicional de Q System. Así, el primer paso es leer la historia de su manual de instrucciones (o escucharla, escaneando el código). La carta marcada con el ‘1’ se deja en el centro de la mesa.

Se barajan las demás para repartir tres a cada jugador (dos si participan seis o más). Podrán compartir, durante toda la partida, la información mostrada en las cajas de texto y las palabras subrayadas. Durante su turno, cada participante selecciona una carta de su mano, ya sea para jugarla o para descartarla.

Con la primera opción, la lee en voz alta y la coloca en el centro de la mesa, como pista revelada. Con la segunda, se descarta boca abajo. El turno finaliza con el robo de una carta del mazo. Se repite la misma mecánica hasta quedarse sin cartas en la mano.

Es obligatorio que se hayan descartado, al menos, seis cartas. De no ser así, el reto termina con un fracaso. Será momento de revisar todas las pistas y de establecer una teoría conjunta. Podrá hablarse sobre las cartas descartadas.

A continuación, se resuelve el cuestionario, compuesto por diez preguntas. Se despliega el manual para acceder a la historia completa y a las soluciones. Cada respuesta correcta se traduce en dos puntos. Cada pista revelada no relevante para el caso, resta uno.

Se compara la puntuación final con la tabla de puntuación. Sabremos si necesitamos seguir practicando o si estamos a la altura del propio Sherlock Holmes.

 

SHERLOCK: EL MAYORDOMO – CONCLUSIONES

«Recuerda que en los Q System hay que pensar mal». «Sí, ¿pero tanto?». Estos sutiles comentarios han sido la pausa del reto. Laura descarta una carta tras otra, no sin antes compartir sus palabras clave. Quizás, no sean importantes para el caso. Tal vez, no lo sean para su teoría.

En el rostro de Sergio no se aprecia tanta seguridad. Parece envuelto en un mar de dudas, revelando pistas sin demasiada decisión. Paula se lo está tomando a risa. «¡La que se ha liado aquí dentro!». 

Sherlock Eugeni Castaño

No quedan cartas en la mano. Toca hacer balance de todas las pistas reveladas y hablar de lo que se ha descartado, siempre y cuando la memoria no falle. Por si fuese importante para el caso. El grupo decide recoger todas las cartas utilizadas y volver a leerlas, pasándolas de mano en mano.

Tras el análisis, vuelven a dejarlas visibles, en el centro. Las pistas esperan una conexión que siga la propia lógica. Una cronología. Una solución. La señora Decisión comparte sus teorías. Parece que tienen bastante lógica hasta que Sergio, quien empieza a encontrarse, añade un dato que da la vuelta a todo.

¿Y ahora qué? Lo que parecía válido podría ser un error. Al menos, Risitas se ha puesto algo más seria. La concentración se ha apoderado de ella, hasta el punto que se atisba cierta satisfacción en su mirada. «Creo que lo tengo, pero antes tengo que ir al servicio».

Sherlock: El mayordomo continúa con un exitoso sistema, que ya ha traspasado fronteras. La serie Q System ha gozado de críticas muy positivas por parte de los jugadores y de la crítica en un buen número de países. Su popularidad ha sido tan grande, que llegó a ser uno de los juegos recomendados en los Spiel des Jahres 2019.

Con la fórmula del éxito bajo el brazo, GDM Games sigue expandiendo la serie. Lo hace a través de tres nuevos títulos independientes, de dificultad media. No cambian la esencia ni las reglas, por suerte, pero sí la historia.

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Mientras que El mayordomo y Entre Tumbas cuentan con invitados de lujo, ¿Quién es Vincent Leblanc? vuelve a recurrir a sus autores originales. Volviendo al juego que nos ocupa, encontramos una trama adulta, donde las conspiraciones, las traiciones y las turbias situaciones son las que dan un sentido a todo.

Como bien sabrán quienes hayan disfrutado de algún juego Q System, las soluciones llegan a ser algo enrevesadas. Son de ésas que obligan a pensar, a percatarse de cada pequeño detalle y a poner un orden claro a todo lo sucedido para, después, atar cabos.

Se mantiene en el nuevo, de tal forma que las cosas no llegan a ser lo que parecen. La mejor parte vuelve a ser la elaboración de una hipótesis, fruto de las teorías y de los puntos de vista de todos los implicados. Es aquí donde la cooperación se convierte en la gran protagonista.

Podremos tener una idea clara, pero probablemente, quede reducida a poco al escuchar a los demás. Es de vital importancia hacerlo, puesto que cuantas más miradas haya, más sentido debería tener todo.

Las cartas que componen el juego habrán pasado por todas las manos, con el poder de descartalas. Así, no quedará otro remedio que fiarse del criterio de los compañeros. Si es que alguna vez podemos fiarnos del nuestro.

Sherlock 2020

Atender a todos los puntos de vista, por disparatados que sean, es tan importante como reservar unos minutos al silencio. Al pensamiento individual. No es mala idea volver a echar un ojo a las pistas mostradas, pasándolas de mano en mano si es necesario para no perdernos ninguna.

Los nervios por conocer qué ha ocurrido no son buenos compañeros a la hora de recordar las pistas descartadas. Es importante hacerlo con la mayor precisión posible, ya que muchas de las eliminadas constituirán la columna del misterio. La presión al saber que las cartas reveladas no importantes para el caso restarán puntos, llevará a descartar más de la cuenta.

Una vez que la memorización, la observación y la lógica conjunta hayan hecho su trabajo, procederemos a resolver el cuestionario. Empezando por la primera pregunta, tal vez veamos como todo empieza a cobrar sentido. O, quizás, incluso desde ella, empiece a perderlo.

Lo ideal es responder a las diez preguntas para, después, volver a dar una vuelta. Podremos cambiar las que consideremos oportunas, ya que muchas estarán relacionadas entre sí. Por suerte o por desgracia, siguen confundiendo tanto como siempre.

Al anotar las respuestas en un papel, llegará el momento más esperado. Uno de los jugadores leerá la parte trasera de las instrucciones, con una crónica de todo lo sucedido. Las caras de los participantes no tienen desperdicio. Sorpresas. Más sorpresas.

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Sumados los puntos por los aciertos y restados por las cartas no relevantes, obtendremos una puntuación final para comparar en una tabla. ¿Ha salido bien? Podremos dormir tranquilos esta noche. ¿No podía haberse obtenido una puntuación más baja? No hay nada por lo que preocuparse, ya que es más habitual de lo que parece.

Sherlock: El mayordomo sigue con sus reglas sencillas e intuitivas, sin esperas entre turnos, pero con esa historia compleja. El grupo no se irá con un mal sabor de boca, por muy malo que sea el resultado, ya que habrá disfrutado al máximo de la investigación. Y de la teoría correcta.

Tanto si ha ido bien como si ha ido mal, una cosa quedará clara: querremos enfrentarnos a otro reto. Los Sherlock enganchan, por lo que no se lanzan en solitario, sino acompañados de otros. El «esta vez daré con la respuesta» es uno de los puntos que llevan a querer descubrir otro.

Con ello, El mayordomo vuelve a estar a la altura de todos los lanzados hasta la fecha, tanto en mecánica como en temática e ilustraciones. Estas últimas acompañan la información de muchas de las cartas, de tal forma que todo resulte muy visual.

Mientras esperamos que la serie siga creciendo, comprobamos como las claves del éxito ya no son ningún secreto. El propio Pak Gallego, editor y responsable de GDM Games, nos hablaba de la serie en una entrevista que realizamos hace unos meses.

Su facilidad de transporte y su precio se acompañan de una jugabilidad apta para todo tipo de personas, sin importar su experiencia en los juegos de mesa. Como no existe dificultad en ella, todos los esfuerzos recaen en la deducción y en la investigación. En la observación y en la atención.

Q System

 

Funcionan tan bien a dos jugadores como a ocho, sin esperas entre turnos ni incomodidades. Sin embargo, es cierto que conforme aumenta el número, más impacientes estaremos por compartir la información que consideramos vital.

No podemos olvidarnos de su modalidad en solitario. La mano será de seis cartas, mientras que los descartes serán definitivos o provisionales, para una segunda vuelta. La emoción permanece intacta.

Como juego de un solo uso, debe compararse con una experiencia similar a un reto de escape. Puesto que sus cartas no se pintan ni se destruyen, no se verá como un punto negativo, sino todo lo contrario. Prestar la caja a otros grupos es tan satisfactorio como resolverla.

Comentar las impresiones y las anécdotas está bien, pero no hay nada como estar presentes mientras los demás lo resuelven. Es más, podemos ejercer de anfitriones, preparando una ambientación a la altura y leyendo la introducción.

Nos sentaremos sin participar, pero disfrutando al máximo de cada decisión tomada y de cada teoría. ¿De verdad mi grupo también ha sido así? ¿Por qué nosotros no hemos llegado a estas conclusiones? Les leeremos la historia para impregnarnos de sus maravillosas reacciones.