Bahamas, dinero y paracaídas en lo nuevo de Tranjis Games

Bahamas

Bolsas repletas de dinero y un vuelo hacia las Bahamas. ¿Qué podría salir mal? Al parecer, todo. Tras efectuar el golpe perfecto, era hora de abrocharse los cinturones, de disfrutar de las vistas y de relajarse. Era el plan, hasta que escuchamos como el motor de la avioneta empezó a fallar… Reseñamos Bahamas.

 

¿EL DINERO O EL PARACAÍDAS?

Bahamas es un juego de cartas y dados de 4 a 8 participantes, con retos de 30 minutos, indicados a partir de los 10 años. Tiene a Nicolas Normandon como autor, mientras que sus ilustraciones corren a cargo de Piero.

Publicado por Matagot en su edición original, su versión en castellano corre a cargo de Tranjis Games. La llegada a las tiendas está prevista para el lunes 2 de marzo.

Tras llevarnos a una isla de Venecia mediante Walking in Burano, su lanzamiento más reciente, la editorial vuelve a ofrecernos un viaje. En esta ocasión, con un fin muy distinto al de crear edificios de colores. Convertidos en ladrones, tendremos que sobrevivir a un accidente de avioneta.

No hay suficientes paracaídas para todos, puesto que se iniciará una competición por la propia supervivencia en la que todo es válido. No deben descuidarse las bolsas de dinero, ya que quienes resulten ilesos las necesitarán.

 

BAHAMAS: UNA PARTIDA

El número de jugadores determinará las cartas iniciales, las cartas de acción y el número de dados a utilizar. Tras localizar la carta de caída, se mezcla con las últimas cuatro cartas del mazo de acción. Se crea el mazo de botín.

Cada uno recibe una tarjeta de personaje, una carta inicial, una de acción y dos de botín. Comienza la partida. El jugador inicial toma los dados, los lanza y efectúa su turno, compuesto por tres fases.

Bahamas

1. Elegir un dado.

Selecciona uno de los dados lanzados para colocarlo encima de su tarjeta de personaje.

2. Realizar la acción del dado.

Efectúa la acción del dado escogido. En función de la cara mostrada, tomará una carta del mazo de acción o una del mazo de botín. Podrá robar una carta de acción o una de botín del jugador que elija o llevar a cabo la habilidad de su tarjeta de personaje.

Ésta permite obtener nuevas cartas, ya sean del mazo o de otros jugadores, o mirarles las cartas. Podremos comprar una a alguien, a cambio de una carta de botín, o elegir una cara del dado para realizar su acción.

3. Escoger a un jugador.

Elige a un jugador que no cuente con un dado sobre su tarjeta de personaje. Éste seleccionará un dado de los disponibles, repitiéndose las mismas fases. Cuando no queden dados, el que no cuente con ninguno sobre su personaje los lanzará todos, comenzando una nueva ronda.

En todo momento, podrán jugarse cartas de acción. Sirven para robar cartas a otros jugadores, para jugar la acción del dado de un rival, para ver las cartas ajenas o para cambiarle una cara del dado a alguien, además de para cancelar efectos de cartas.

También representan placas, esposas y teléfono del FBI y botes salvavidas. El jugador no podrá tener más de cuatro cartas de acción al final de su turno, por lo que estará obligado a descartar.

Bahamas reseña

Fin de la partida.

La partida llega a su fin cuando alguien reúna las tres cartas del FBI (placa, esposas y teléfono) al final de su turno, convirtiéndose en el ganador. También, al robarse la carta de caída.

En este caso, se comprueba qué jugadores tienen paracaídas o bote salvavidas, puesto que sólo ellos podrán optar a la victoria. Los que se han salvado cuentan sus cartas de botín. El más rico será el ganador de la partida.

 

BAHAMAS: CONCLUSIONES

Lo que se está viviendo en esta avioneta no es normal. Entre ladrones, no esperaba demasiada empatía, pero sí algo de humanidad. Desde que hemos sabido que nos vamos a estrellar, seguimos ejerciendo nuestra profesión: el robo.

Los escasos paracaídas vuelan de unas manos a otras. También, el valioso bote salvavidas. Hay tiempo para ejercer la fuerza física. Para reírnos cada vez que alguien se lleva uno de esos paracaídas falsos tan monos, pero inservibles, con la cara de un osito.

El tiempo se acaba y la avaricia entra en escena. No sabemos quiénes sobrevivirán y quiénes no, pero nadie parece dispuesto a dejar las bolsas de dinero atrás. Supongo que harán falta para empezar una nueva vida. Además, hay rumores de que existe una bolsa repleta de diamantes…

Y en ese instante en el que las preocupaciones llegan al máximo nivel todos se han quedado paralizados. Observan mi teléfono, mis esposas y mi placa. En efecto, pertenezco al FBI y estáis todos detenidos. Nadie va a morir, pero permaneceréis encerrados mucho tiempo. ¡Tú, deja de esconder la bolsa con los diamantes!

Tranjis Games

Las partidas a Bahamas contienen interacción máxima, gestión de cartas y riesgo. Sin embargo, no son los protagonistas. Podrían entenderse si alguno de estos elementos falla, pero no sin las risas y los momentos que se crean.

Conseguir que el jugador se traslade al interior de la avioneta es uno de sus grandes atractivos. Es más que un juego temático. Es inmersivo, poniéndonos en la piel de uno de sus protagonistas. Sufriremos con el tiempo que llega a su fin o intentaremos que el momento de la partida se acerque, en función de la situación en la que nos encontremos.

¿Tenemos paracaídas o bote salvavidas? Somos afortunados, pero quizás no por mucho tiempo. En una única ronda, nos habrán pasado un paracaídas falso para volver a recuperar uno de los buenos y perderlo después. ¿El resultado? Un pulso que va a mil.

Habremos robado cartas de acción para que la de caída se produzca lo antes posible. Nos arrepentiremos cuando sepamos que vamos a estrellarnos sin opción de seguir con vida. Y así hasta el final de los tiempos. Mientras tanto, no deberemos descuidar el dinero. Por si las moscas.

No sirve de nada contar con las bolsas con más dinero ni con los diamantes si no vamos a sobrevivir. Las ansias por el dinero se pagarán caras. Tampoco, sobrevivir y no ser el que más dinero tenga.

Bahamas castellano

En medio de los hurtos, las turbulencias, los atracos y las patadas, encontrar un equilibrio entre cartas de acción y de botín puede resultar fundamental. El problema llega con la dificultad para alcanzarlo.

Toda esta locura está marcada por las prisas y por las venganzas materializadas. ¿Me has robado mi paracaídas? ¿Te has reído cuando te he robado el falso? Pues iré a por ti. Es indudable que Bahamas es un rompeamistades, pero también que no todas nuestras acciones se moverán por esta sed.

Cuando vemos que todo el esfuerzo será en vano, por reducirse las opciones de supervivencia, cualquier opción será válida. Robaremos al jugador que jamás se ha metido por nuestro camino. Una y otra vez, sin importar nada más. La ética es la primera en morir.

El que es el juego del mal también puede definirse como el juego de las sorpresas, con sus incógnitas y sus preguntas. Nunca tendremos que dar nada por seguro, ya que no sabremos a ciencia cierta el momento exacto de la caída. La rabia se apoderará de quienes han perdido su paracaídas en los últimos segundos.

Estos finales inesperados son los que mueven las acciones más ambiciosas y con más mala leche. Hay que tener en cuenta que si alguien reúne los tres objetos del FBI, éste también ganará. ¿Y si somos nosotros? Cuando ya han aparecido un par de ellos, no es mala opción tratar de coleccionarlos todos.

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Estarán ocupando un espacio muy valioso en la mano, pero al ser una posibilidad de hacerse con la victoria nunca está de más intentar cumplir con esta condición. Las caras de los demás no tendrán desperdicio.

En medio del caos, el azar no es el elemento principal. Aparece con el lanzamiento de los dados y con la disposición de las cartas, pero poco más. Si queremos que nuestros malvados planes sean efectivos, más nos vale ejecutarlos con cabeza. Y es aquí donde los habituales a la estrategia tendrán cierta ventaja.

Observar las jugadas de los demás es uno de los caminos para el éxito. Habrá muchas situaciones en las que podamos mirar las cartas de los demás. Si la atención y la concentración no fallan, llegaremos a saber quién tiene alguna carta buena.

Pasarán de unas manos a otras, por lo que es fundamental no perderlas de vista. Todo ello mientras nos aprovisionamos con lo mejor y sacamos el máximo provecho a cada carta. Tener que descartarse por tener más de cuatro no saldrá a cuentas, de ahí que haya que intentar no perder nada sin haberlo utilizado.

Al igual que intentaremos no perder de vista a los demás, ellos tampoco lo harán. Nos tentarán con sus trampas y engaños. Nos analizarán. Si la situación lo permite, aplicaremos el arte del despiste. Si alguien nos ve con una sonrisa de oreja a oreja, intuirá que tenemos algo bueno entre manos. Habrá ataque a la vista en caso de no saber disimular la alegría.

Bahamas como jugar

Podemos ser de piedra ante cada situación, para no revelar nada, o jugar con la mentira. Un suspiro de más, una sonrisa en un momento clave o una mirada decepcionante servirán para alejar a los demás. O para acercarlos y que se lleven eso que no sirve para nada, obligándoles a perder el valioso tiempo.

Bahamas cuenta con una preparación de la partida muy rápida, en la que todo se equilibra en base al número de jugadores. No se incrementa la duración aunque el número de participantes sí lo haga, ya que los turnos continuarán siendo muy rápidos.

Seleccionaremos un dado, realizaremos su acción y escogeremos al siguiente. En este tercer punto, aparecerá la toma de decisiones, con sus consecuencias. Si quedan muy pocos dados, es buena idea escoger al que creemos que va un paso por delante. Dejarle que inicie una nueva ronda será la peor decisión, ya que tendrá un mar de posibilidades donde elegir.

En función de esos resultados, y siempre que seamos algo estrategas, también escogeremos a uno o a otro. Tener el destino de los oponentes en nuestras manos siempre es motivo de satisfacción. Las cartas de acción podrán jugarse en cualquier momento y, aunque las interrupciones no pueden sentar bien en determinados momentos, son geniales para dar la vuelta a las partidas.

Como conclusión, Bahamas es divertido a más no poder. Los dados y las cartas servirán para sacar lo peor del ser humano en situaciones límite. Es adictivo y, con una rejugabilidad infinita y unas reglas que potencian la rapidez y la sencillez, tendrá muchas posibilidades de salir a mesa con gran frecuencia.

Bahamas componentes

Se apoya en unas ilustraciones marcadas por el detalle, que ayudan aún más a ponernos en situación. Los personajes tienen vida propia y también las situaciones que vivimos.

Aunque las cartas de Bahamas cuentan con textos explicativos, llegaremos a omitirlos tras un par de partidas, gracias a su cuidado aspecto visual y a los elementos identificativos. Lo mismo ocurre con los dados. Sus símbolos son tan intuitivos que no habrá lugar a dudas.

Destacan las cartas con un tacto plastificado, los dados sin pegatinas y el interior de la caja, que podremos utilizar para los lanzamientos. No menos llamativo es el manual, que imita el folleto de seguridad que encontramos en los aviones. Supone un primer acercamiento a todo lo que se vivirá en la avioneta.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 40 Cartas de Botín
  • 27 Cartas de Acción
  • 8 Cartas Iniciales
  • Carta de Caída
  • 10 Tarjetas de Personaje
  • 7 Dados
  • Instrucciones (castellano)

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