¡Extinción!: el viaje de los dinosaurios al Nuevo Mundo

Extinción

El paraíso. Una pequeña playa, de aguas cristalinas y arena fina. Muy fina. Las puestas de sol son fabulosas. El mar refleja toda la belleza del que es el mejor momento del día. Los tonos naranjas inundan el lugar, custodiado por pequeños arbustos y rocas. Una enorme palmera es testigo del escenario.

El que sería el destino ideal para unas vacaciones de ensueño espera con los brazos abiertos la llegada de los dinosaurios. ¿O es que ellos no tienen derecho a disfrutar de un espacio así? Forma parte del Nuevo Mundo, la única esperanza para la supervivencia de estas criaturas. Así es ¡Extinción!

 

LA DESTRUCCIÓN DEL MUNDO PERDIDO

¡Extinción! es la carta de presentación de Gnomosaurus, nuevo sello dedicado a los juegos de mesa. Se lanza bajo el formato de caja pequeña, con cartas independientes del idioma e instrucciones en castellano e inglés.

¡Extinción! juego

Ya disponible, a un precio que ronda los 15 euros, puede disfrutarse entre 2 y 6 jugadores. Indicado a partir de los 8 años, sus partidas tienen una duración de 15 minutos. David GJ, conocido por ser el ilustrador de Virus! y Pug You!, es su autor e ilustrador.

Su acción nos sumerge en el Mundo Perdido, hogar de los dinosaurios que se ha mantenido en secreto durante siglos. Ahora, está a punto de desaparecer, debido a su intensa actividad volcánica. Embarcados en una operación de rescate, trasladaremos a las criaturas hasta el Nuevo Mundo para asegurar su supervivencia.

 

¡EXTINCIÓN!: UNA PARTIDA

El primer paso es localizar los Protoceratops para dejar uno en el terreno de cada jugador. Los sobrantes conformarán los descartes. Se reparten tres cartas de Mundo Perdido por persona, mientras que el mazo se sitúa junto a los descartes, boca abajo.

Se hace lo mismo con el de Nuevo Mundo, aunque colocando al lado las dos primeras cartas. En todo momento, habrá tres entornos visibles. Las cartas de extinción ordenadas, con la de cero boca arriba, completan el escenario.

El turno de un jugador se compone de dos fases. Se sigue el sentido de las agujas del reloj hasta que la partida finalice, al mostrarse la carta de extinción equivalente al número de jugadores. Gana el que haya rescatado a más dinosaurios. Con un empate, el que tenga más variedad de entornos.

Extinción juego

1. Fase obligatoria.

Se escoge una opción, entre tres. Es posible bajar un animal de la mano al terreno propio, realizando sus acciones de alimentación y habilidad. También, descartar cartas de la mano para robar el mismo número del Mundo Perdido o robar cartas del Mundo Perdido hasta tener tres en la mano.

A la hora de bajar un animal, es obligatorio que pueda realizarse su acción de alimentación. De lo contrario, no podrá jugarse, salvo que su habilidad lo permita.

Su icono de alimentación muestra el entorno en el que podrá refugiarse, pero también cómo actúa al bajar. Supone eliminar un dinosaurio del terreno de un rival, robar una carta del Mundo Perdido, la última de los descartes o una de la mano de un oponente.

También, robar un dinosaurio de un terreno para incorporarlo a la mano. Algunos cuentan con habilidades especiales para robar cartas del Mundo Perdido o para defenderse de los ataques, desde la mano. Las habilidades básicas protegen y permiten bajar un herbívoro adicional (sin su acción de alimentación).

Los dinosaurios no son los únicos animales. Aparecen los cebos para carnívoros, piscívoros y carroñeros. Al entrar en juego, atraen a un dinosaurio del tipo indicado del terreno de otro jugador. El cebo se descarta tras realizar su acción de alimentación.

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2. Fase opcional.

El jugador puede, si así lo desea, tomar una carta de Nuevo Mundo de la que cumpla los requisitos con los dinosaurios de su terreno. Los gira, pasando a ser los rescatados (los ladrones de huevos son comodines). Hace lo mismo con la carta de Nuevo Mundo, de tal forma que se desencadene un efecto mariposa.

Con él, habrá intercambio de manos, sacrificios de dinosaurios y avances en el contador de extinción. Tras realizarlo, se guarda la carta en su zona y descubre una nueva, si hiciera falta. Siempre habrá tres entornos disponibles.

 

¡EXTINCIÓN!: CONCLUSIONES

Ya había asimilado que la playa no iba a ser para mí, pero lo que no esperaba es que para mis dinosaurios tampoco. Un contratiempo de última hora ha supuesto que tenga que conformarme con un desierto para mis pequeños. O con un bosque. Ya veremos.

Un Tyrannosaurus rex se zampó a mi pequeño Stegosaurus. Era el encargado de proteger a todo el grupo, así que la cosa se puso fea. Para colmo, alguien atrajo a mi Spinosaurus a su zona con un pez. Un simple pez. ¿Dónde ha quedado la lealtad? No volveré a confiar en estos bichos.

Para colmo, mi Giganotosaurus también fue devorado. De poco importa que uno sea un titán cuando otro aparece en escena. Llegados a este punto, tengo que admitir que yo también he jugado sucio. He utilizado el truco de los cebos mediante suculentas cabras. Por supuesto, he robado.

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He reunido un grupo muy majo de animalejos, dispuestos a abandonar su viejo hogar para trasladarse hasta la preciosa playa. O, al menos, ése era el plan. El maravilloso lugar ha desaparecido delante de mis ojos, obligándome a cambiar de estrategia.

Mientras trato de decidirme entre un desierto y un bosque, se oye un estruendo, es más fuerte de lo normal. El volcán, finalmente, ha acabado con el Mundo Perdido. No habrá playa, pero tampoco desierto ni bosque. Todo ha llegado a su fin. ¡Ojalá no me hubiera obsesionado tanto con la playa!

¡Extinción!, a simple vista, ya tiene mucho ganado. ¿A quién no le gustan los dinosaurios? ¿Puede ser malo algo que los incluya? Aunque su temática ya es atrayente, su autor no se limita a incluir a unas pocas criaturas. Les otorga un trasfondo, a la vez que las envuelve de unas cuidadas mecánicas.

David GJ consigue transportarnos hasta los peligros del Mundo Perdido. El lugar soñado por muchos cobra vida ante nuestras manos. Vemos como se apaga y como las prisas hacen acto de presencia, en conjunción con su jugabilidad. Ambientación y temática se conectan bajo un mar de sensaciones.

Nos aislamos por completo de la realidad para salvar al mayor número de dinosaurios, a ser posible, en entornos diferentes (por si las moscas). El objetivo queda claro con su manual, estructurado y repleto de ejemplos. Sin embargo, una primera partida será suficiente para comprobar como no es sencillo completarlo.

Extinción dinos

¡Extinción! es interacción máxima entre jugadores, guiados por el egoísmo y el interés individual o por el simple y maravilloso hecho de fastidiar a los demás. Los dinosaurios se moverán de un terreno a otro en cuestión de segundos, para bien o para mal.

Nuestro panorama, al final del turno, no será el mismo que al principio del siguiente. Los mejores dinosaurios habrán sido devorados o, peor aún, movidos a la zona de un rival. Si no completamos un entorno a tiempo, es probable que ya no tengamos los dinosaurios correctos cuando queramos hacerlo. O, tal vez, sea el entorno el que ya no esté.

Llegados a este punto, que conforma la fase opcional de cada turno, la gestión del riesgo se convierte en la gran protagonista. ¿Completo ese entorno que sólo me exige dos dinosaurios o me espero para completar el grande? A la hora de tomar una decisión, debemos tener en cuenta esa enorme interacción que señalábamos.

No será lo único. Querer tener entornos diferentes, necesarios para resolver empates, podrá tener la última palabra. Los mayores estrategas se quedarán con los que el rival quiere y, además, jugarán con la probabilidad.

Son muchos los jugadores que recurren a la estadística, por lo que querrán analizar todos los detalles del juego. Recordemos que cada entorno tiene, detrás, un efecto mariposa. Si los miramos todos antes de empezar y los organizamos, veremos como en unos hay más efectos de extinción que en otros.

juegos de mesa dinosaurios

¿Qué significa? Pues que, por ejemplo, el contador de extinción no avanzará nunca al completar una pradera. Habrá muchas posibilidades de lo que haga, por contra, con un bosque. Al avanzar, también se cargará a los dinosaurios de la mano y del terreno.

Los jugadores contarán con el poder de influir en el fin de la partida, por lo que, sumado a los otros efectos, es algo a tener en cuenta. Quizás no nos convenga demasiado terminar con todo. Por el contrario, si vamos ganando, será mejor que la competición termine.

Un análisis exhaustivo y constante a las zonas de los demás será determinante para el éxito y para evitar sorpresas desagradables. Lo mismo ocurre con el resto de efectos mariposas. Será el propio jugador el que analice si le merece la pena rescatar dinosaurios a cambio de perder una valiosa mano o de beneficiar al oponente.

Sus reglas son sencillas, aptas para todo tipo de jugadores, sin importar la experiencia. Permite reunir a principiantes y a veteranos en torno a una misma mesa. Aparecen muchas posibilidades para lucirse, sin renunciar a esa sencillez.

Funciona muy bien a cualquier número de jugadores, sin que la interacción desaparezca. La duración se equilibra con el contador de extinción, de tal forma que los duelos requieren de un menor avance. Ese equilibrio también aparece con el tipo de dinosaurios por salvar y su proporción en el mazo. Los herbívoros son los grandes beneficiados.

Las competiciones son muy distintas unas de otras, por lo que no es raro que unas se alarguen y otras se acorten. Las partidas en las que se han salvado a tres únicos dinosaurios, por los entornos elegidos o la aparición de comodines, son más habituales de lo que parece.

Extinción

Al igual que los efectos mariposas constituyen uno de los puntos más interesantes, tanto en ambientación como en la jugabilidad, los cebos también lo hacen. ¿Su utilidad? Seguir fastidiando al resto.

Con ello, cabe preguntarse si existe algún momento en ¡Extinción! en el que no estemos frustrando los planes del rival. Al bajar un animal, es normal que se robe a otro o que se elimine uno de sus dinosaurios. Los herbívoros y carroñeros interactúan con el mazo y los descartes.

Además de jugar los que encajen mejor con los entornos, también lo haremos en base a esa preciada acción de alimentación. Tener una colección de carnívoros puede no resultar muy útil para la salvación, pero sí para no dejar avanzar al oponente en su tarea. Un nuevo punto a valorar.

Las habilidades muestran la esencia de la relación entre ataque y defensa, también necesaria para acercarnos al éxito. Una chica lista o un armado pueden salvarle la vida a nuestro dinosaurio más querido.

La rápida preparación de la partida contribuye a que ¡Extinción! sea aún más adictivo. Nunca jugaremos sólo una partida. El resultado es un juego muy sencillo de comprender, pero difícil de dominar, que exige un esfuerzo en cuanto a atención, análisis y estrategia.

No se entendería sin la temática, ni a la inversa. Todo lo que hacemos está más que justificado, como muestra del enorme trabajo e ilusión que este proyecto lleva detrás.

juegos de mesa dinosaurios

La rejugabilidad es máxima, dada la disposición aleatoria de las cartas. Se acentúa con la carta en blanco que incluye. Siguiendo el modelo de Virus!, juego en el que se hicieron tan populares estas cartas, los más imaginativos podrán crear al dinosaurio que echen en falta.

¿Un Mosasaurus? ¿Un Pterodactylus? Si añaden nuevas habilidades, la experiencia cambiará. Añade una modalidad para introducir a los más pequeños y otra en la que la preparación inicial se desequilibra.

La experiencia está acompañada de unas ilustraciones muy divertidas que, lejos de reflejar la espectacularidad de enormes bestias, muestran a animales en su forma más tierna. Las expresiones en sus rostros hablan por sí mismas y si no, que se lo digan al adorable Protoceratops.

Se presentan con sus atributos más característicos para que sean fácilmente reconocibles. Para completar el trabajo, en el manual se incluye una guía con las dimensiones y el peso de cada dinosaurio y con el período al que perteneció.

Un total de 23 especies distintas equivale a diversidad máxima, algo que los amantes de estos animales extintos (o no extintos) agradecerán. Los tonos utilizados en las cartas hacen alusión al tipo al que representan, facilitando el dinamismo y la identificación con un solo vistazo.

No podemos olvidarnos de la iconografía. Las acciones de alimentación y las habilidades no se explican en ella, al contrario que los efectos mariposa, pero quedan asimiladas en un par de encuentros gracias a las cartas de ayuda.

David GJ

Un solo símbolo nos informará de la acción de alimentación, pero también de la carta de Nuevo Mundo con la que se relaciona. Nuevamente, un solo vistazo será suficiente para establecer la relación, por lo que el esfuerzo puede ir enfocado, únicamente, a encontrar el camino hacia la victoria.

La maquetación y el diseño, a cargo de Yoli Prieto, han servido para que todo quede a las mil maravillas. Gnomosaurus se estrena por todo lo alto. Opta por una temática con un gran número de adeptos, lo que es un gran reto. Exige de una jugabilidad a la altura.

No poder imaginar cómo sería ¡Extinción! con otra ambientación es la prueba de una fusión espectacular. Los dinosaurios no son una excusa para vender el juego, sino una llamada de atención hacia una competición intensa donde los nervios, la presión, las alegrías y la rabia conviven en el paso hacia el Nuevo Mundo.

La ilusión al abrir la caja continúa partida tras partida, aunque ya hayamos perdido la cuenta. Dentro, hay espacio para un enorme trabajo de documentación y una apuesta hacia la inmersión. El tesoro que tenemos entre manos es una nueva muestra del talento que hay en el país, a la altura de los superventas internacionales. 

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 73 Cartas de Mundo Perdido
  • 22 Cartas de Nuevo Mundo
  • 3 Cartas de Contador de Extinción
  • 7 Cartas de Ayuda
  • Carta en Blanco
  • Instrucciones (castellano, inglés)

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