No todos los juegos de mesa tienen ‘meeples’. No todos recurren al uso de un tablero convencional. A los dados. De vez en cuando, llegan al mercado propuestas que reinventan los componentes tradicionales, con su toque diferenciador. Es el caso de City Blox, preparado para recibir su edición en castellano.
VIVIENDAS, ESCUELAS Y SUPERMERCADOS
City Blox es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 15 minutos, recomendado a partir de los 6 años. Lo firma Jacob Berg, mientras que sus ilustraciones corren a cargo de Carla Naude.
Será el viernes 26 de junio cuando TCG Factory ponga a la venta su edición en castellano, a un precio de 25 euros. Nos llevará a formar parte del negocio de la construcción, donde dar vida a una manzana con una vivienda, una escuela y un supermercado.
Como vimos en la galería de imágenes, los ladrillos son los grandes protagonistas. Se encajarán en los solares, atendiendo a las formas marcadas en las losetas de terreno. La experiencia se completa con las cartas de evento.
CITY BLOX: UNA PARTIDA
El primer paso es repartir tres solares a cada jugador y tres losetas de terreno, una de cada tipo. La caja se deja en el centro, con su reserva de ladrillos y su espacio para la pila de suministros. En ella, también colocamos las cartas de evento. Se designa al jugador inicial.
Éste tomará cuatro ladrillos de la reserva de colores diferentes, para dejarlos en la pila de suministros. En partidas a tres, hará lo propio con tres ladrillos. La ronda continúa con la colocación.
Empezando por él, y siguiendo el orden de turno, cada jugador escoge un ladrillo de la pila y lo añade a uno de sus solares. Lo hará atendiendo a los espacios de sus losetas. Si alguien no quiere colocar un ladrillo, se lo guarda. Con el segundo, intercambiará ambos por uno de la reserva para colocarlo en un solar.
Al agotarse los ladrillos de la pila, la ronda termina. El de la izquierda se convierte en el inicial, para completar la pila de suministros, y así sucesivamente.
Las losetas completadas
A lo largo de la partida, se completarán losetas de terreno. Cuando alguien crea que tiene los ladrillos necesarios para tapar los huecos, coloca la loseta encima del solar.
En caso de que encaje, con todo el hueco ocupado por ladrillos, habrá completado ese terreno. Roba una carta de evento. Aplica el resultado, que puede afectar a uno o a varios jugadores. Sus acciones nunca repercutirán en los terrenos completados.
Si la loseta no encajase o si quedase algún espacio libre, el jugador está obligado a devolver uno de los ladrillos de ese solar a la reserva. Podrá recolocar los demás como quiera. El ganador será quien construya su tercera loseta de terreno. No robará carta de evento con ese edificio.
CITY BLOX: CONCLUSIONES
Una base con un par de ladrillos grandes, capaz de llevar todo el peso de la construcción. Sobre ella, se apilan unos cuantos de menor tamaño, con sus esquinas. Los chiquitines conforman un torre que podría llegar hasta el techo. ¿Y si fuese el pilar de un rascacielos en horizontal?
«¿Empezamos?» Mi idea de revolución arquitectónica se difumina tras esta pregunta. He retrocedido veinte años en cuestión de segundos. He viajado hasta aquellas tardes en las que cualquier sueño era posible con unos cuantos bloques. Sillas y mesas de diseño. Enormes mansiones. Con piscina, por supuesto.
City Blox tiene la capacidad para despertar la imaginación, tanto en niños como en adultos. En los segundos, la nostalgia también entra en escena. No es algo que todos los juegos puedan conseguir, de ahí su utilidad más allá de la competición.
Serán muchos quienes, antes o después de la partida, dejen a un lado las reglas para sentir ese poder de construir en libertad. Independientemente de la edad. Por algo los ladrillos son el componente estrella.
Suponen la diferencia, tan necesaria cuando la cantidad de juegos de mesa que llegan al mercado crece por momentos. Son suficientes para llamar la atención de futuros jugadores, con sus comentarios. «¡Estos juegos ya son demasiado modernos para mí!». «¿Es un juego de mesa o un set de bloques?».
City Blox podría ser un set de bloques, pero por encima de todo es un juego de mesa. Tiene más vida que las propias partidas, sobre todo si la imaginación nos acompaña. Pero centrémonos en su mecánica.
Gira en torno a la construcción de ciudades, fácil de encontrar en muchísimos títulos. Construiremos nuestros edificios para lograr la victoria, siguiendo unas reglas que tampoco parecen revolucionarias. Sin ir más lejos, no distan demasiado de las de Tiny Towns.
Al repetirse en distintos juegos, está claro que funcionan. Y muy bien. Elegimos piezas en base a nuestros intereses y a lo que no queramos que tenga el rival. Las colocamos y vuelta a empezar. Son tan sencillas e intuitivas que jugadores de cualquier edad o sin experiencia podrán asimilarlas sin problemas.
Ya hemos visto que los ladrillos marcan la diferencia respecto a sus compañeros de género. Por suerte, no son los únicos. Aparecen diferentes detalles que rompen con la idea de que estamos ante lo mismo de siempre, pero con bloques que encajan entre sí.
El rey de esos detalles es el uso de la perspectiva. Y vuelta a la infancia. ¿Alguien recuerda aquellas clases de tecnología donde dibujábamos un objeto desde diferentes ángulos? A partir de una forma, plasmábamos sobre el papel sus vistas laterales y la de arriba, siguiendo unas líneas, de tal forma que las proporciones encajasen.
Pues bien, algo parecido ocurre en City Blox. La dificultad no sólo radica en conseguir los mejores ladrillos (y en evitar que el rival se los quede), sino en encajar piezas en su posición correcta. El exceso de confianza puede jugar malas pasadas. Un ladrillo en un pivote incorrecto echará abajo hasta las mejores estrategias.
La capacidad de atención y de observación son, por tanto, esenciales para la victoria. Se vuelven aún más vitales en las diferentes modalidades de juego. A medida que suba la edad o la experiencia, podremos pasar por ellas.
Se propone no tomar una loseta de cada tipo. El hecho de sustituir una de vivienda por otra de supermercado ya estará incrementando la dificultad. ¿No es suficiente? Los edificios de varias plantas aparecen en su Nivel 2.
Para completar uno, será necesario que haya, al menos, una pieza en un segundo nivel. Además, tendrá que haberse dejado un pivote blanco al descubierto, como mínimo, en la planta baja. Sólo podrá verse por los lados. Nunca desde arriba.
En el Nivel 3, el número de pivotes blancos al descubierto depende del tipo de edificio: uno para la vivienda, dos para la escuela y tres en el supermercado. De nuevo, sólo pueden verse desde un lateral. ¿Esperaba que esas lecciones sobre el papel tuvieran, por fin, su utilidad? Quizás, no ahora.
Estas posibilidades permiten que City Box gane rejugabilidad y sea perfectamente adaptable al tipo de jugadores. Si somos unos expertos en perspectivas, tal vez no convenga perder demasiado tiempo en los modos más básicos.
Por contra, si vamos a jugar con niños pequeños, mejor empezar desde cero. Antes de lo que esperamos, exigirán aumentar la dificultad, en busca de los preciosos edificios de varias plantas. En un primer acercamiento, deberíamos dejar que comprueben que van por buen camino. Al final de cada ronda, colocarán las losetas encima de los solares.
Siguiendo con los detalles, los eventos no son menos importantes. Su aparición tampoco es innovadora, pero son capaces de transformarlo todo a su paso. Y eso es algo que viene bien para evitar que siempre se utilice la misma estrategia.
Al igual que escogemos los ladrillos que mejor se adapten a nuestros planes, muchos eventos nos llevarán a tomar decisiones importantes. Son los que nos llevan a interaccionar con otros jugadores, tanto a modo de regalo como para perjudicar. De ahí que jamás tengamos que descuidar sus zonas. A nadie la gusta regalar la victoria por un descuido.
Las cartas de evento recurren a una simbología compartida. Sólo aparecen cuando alguien completa una loseta, por lo que necesitaremos un par de partidas para familiarizarnos con ella. Su robo es emoción pura, aunque implique improvisar sobre la marcha.
City Blox es un juego familiar, capaz de sorprender a niños y también a adultos. De engancharnos, gracias a sus componentes y a sus opciones de personalización. La rejugabilidad está asegurada y también la interacción entre participantes, tanto al escoger piezas como con los eventos.
No sólo divierte (la construcción nunca pasa de moda), sino que también enseña. Cada color está asociado a una forma, por lo que los más pequeños no tardarán en aprovechar esta relación. Las partidas son ágiles y no hay esperas entre turnos. Las distracciones no forman parte de la experiencia.
Aprenderán (y aprenderemos) a mirar en perspectiva. A optimizar espacios. A tomar decisiones mientras se anticipan a las jugadas de los demás. A descubrir como el esfuerzo, por lo general, trae sus frutos. Por supuesto, practica con la imaginación, la herramienta más poderosa del mundo.
Los ladrillos son un acierto, puesto que toda innovación en los juegos de mesa es bienvenida (siempre y cuando tenga sentido). Son más que un mero aporte estético. Se acompañan de de unas losetas plastificadas y de unos solares con pivotes, donde, como los expertos en construcción sabrán, es preferible no colocar con fuerza los bloques.
La caja se conforma como el perfecto organizador con el que también se agilizan las partidas. Jugabilidad y estética están más unidas que nunca para transportarnos a un escenario donde todo encaja. Pieza a pieza. Ladrillo a ladrillo.
COMPONENTES DE JUEGO
- 77 Ladrillos
- 12 Solares de Construcción
- 12 Losetas de Vivienda
- 12 Losetas de Escuela
- 12 Losetas de Supermercado
- 12 Cartas de Evento
- Instrucciones (castellano)
One thought on “City Blox, la construcción de ciudades mediante ladrillos”
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