MicroMacro: Crime City, ¿un dónde está Wally en un juego de mesa?

MicroMacro Crime City

¡Qué ganas tenía de que llegase este momento! El olor de los perritos calientes, sumado al del algodón de azúcar. Cerveza. Mucha cerveza. Tengo que confesar que, al principio, no me hacía demasiada gracia acudir a la fiesta de disfraces. ¿Pero qué podía tener de malo?

Iba a conocer a gente nueva y, por una tarde, me olvidaría de los continuos dolores de cabeza que me causa mi trabajo. Son unos cuantos, aunque a quienes me conocéis os cueste creerlo.

Mi disfraz no ha sido demasiado elaborado. Una americana, una camisa, unos pantalones ajustados y unas botas. El sombrero y el cinturón grandote me convierten en un auténtico vaquero. Al menos, a la bruja le ha impresionado. Y eso ya me sirve. Así es MicroMacro: Crime City.

 

ROBOS Y ASESINATOS EN LA CIUDAD DEL CRIMEN

MicroMacro: Crime City ya cuenta con edición en castellano, de la mano de SD Games. Esta novedad puede adquirirse a un precio de 29,95 euros.

Creada por Johannes Sich, el diseño, las ilustraciones y la maquetación corren a cargo del mismo autor, de Daniel Goll y de Tobias Jochinke, bajo el sello Hard Bolied Games. Puede disfrutarse entre 1 y 4 jugadores, en partidas de 15 a 45 minutos, recomendadas desde los 8 años.

Con la cooperación, la observación y la deducción como aliadas, nos convertimos en detectives. Los robos y los asesinatos son una realidad en la ciudad, aunque su apariencia resulte inocente. Basta un simple acercamiento para comprobar como la paz está lejos de producirse.

 

MICROMACRO: CRIME CITY, UNA PARTIDA

El primer paso es colocar el mapa en una superficie plana, ya sea en una mesa o en el suelo. Otra opción es colgarlo en la pared. Es necesario que el espacio esté iluminado y que los jugadores puedan ver todas las zonas.

Separamos las cartas por casos, para introducirlas en los sobres. Escogemos al Investigador Principal, quien tomará uno de los casos. Cuentan con diferentes niveles de dificultad y duración. El Sombrero de Copa servirá como introducción a las reglas.

Lee la carta inicial en voz alta y muestra sus ilustraciones. Continúa con la parte delantera de la segunda carta, que representa una primera tarea. Con ayuda de la lupa, tratarán de resolverla localizando una escena específica.

MicroMacro Crime City

No sirve con adivinar, sino que la escena deberá encontrarse. El Investigador comprueba si las coordenadas son correctas. De ser así, muestra la parte trasera de la carta a todos y lee el texto, para pasar a la siguiente tarea. Se repite la misma mecánica hasta que el caso se haya completado.

Si son incorrectas, la investigación deberá realizarse mejor. En este caso, el Investigador no podrá participar en esta misión, puesto que ya habrá visto la solución. A cambio, podrá dar pistas a sus compañeros. En ocasiones, deberemos resolver varias tareas de forma simultánea.

 

MICROMACRO: CRIME CITY, CONCLUSIONES

Sí, a la bruja le he caído bien. Creo que a ese grupito también. ¿No es ese Yoda? Hay un payaso, un mago, una Tortuga Ninja y un pirata. El disfraz de superhéroe está muy logrado. Y tendrías que haber visto el de Marsupilami.

Las miradas de complicidad están presentes durante toda la fiesta. Observas a alguien de arriba a abajo y le sonríes, mostrando lo maravillado que te sientes por su atuendo. Quizás no es el disfraz de tus sueños, pero te sientes feliz de formar parte de esta pequeña comunidad. Idioma universal.

Aunque intento centrarme en la interesante conversación con mi nueva amiga, presiento que algo no va bien. Un nativo, una guerrera y un Robin Hood me miran atentamente, mostrando todo el desprecio posible. Horas después, me doy cuenta de que tenía que haberles prestado una mayor atención.

De haberlo hecho, tal vez no sentiría el mayor dolor de toda mi vida. El pecho. La flecha. No puedo respirar. La escena, vista desde fuera, no debe quedar mal: un vaquero desangrado, tumbado a la orilla del río.

Me gustaría alcanzar el sombrero, a escasos centímetros de mi cabeza, pero no puedo moverme. Sé que es el fin y debería ver pasar toda mi vida por delante, pero no es así. Sólo veo los últimos acontecimientos. Un tropiezo desafortunado. Ventas de coches. A Gisela. La sonrisa de la bruja.

MicroMacro Crime City

MicroMacro: Crime City es la suma de la investigación, la deducción y de ¿Dónde está Wally?, que ha marcado las vidas de niños (y no tan niños) durante generaciones. La fórmula es original. Resulta nueva, entre tantos juegos de mesa que imitan la esencia de un ‘escape’.

Por tanto, aprovecha esta moda para introducirle puntos que marcan la diferencia. Lo hace aplicando la cooperación y funcionando como una actividad de grupo. De ésas que se recuerdan durante mucho tiempo.

Como tal, cada caso sólo puede resolverse una vez. Al menos, entre las mismas personas. Al conocer la solución, carecería de sentido volver a resolverlo. Sin embargo, su vida no termina, al contrario de lo que ha ocurrido con la de Chris Corvette.

Añade bastante rejugabilidad, ya que contiene un total de 16 casos. Si nos empleamos a fondo, darán para dos tardes. Los exprimiremos, sin presiones de tiempo. Una vez resuelto cada uno, podremos volver a realizar el recorrido para descubrir como todo encaja. Absolutamente todo.

MicroMacro: Crime City es precisamente eso: un recorrido. Nos movemos por un mapa enorme, repleto de sorpresas. Conoceremos a los peculiares habitantes de una enigmática ciudad y descubriremos cómo se relacionan entre ellos. Hay amistad y amor, pero sobre todo, maldad. Venganza.

MicroMacro Crime City

La experiencia es altamente absorbente, con la capacidad de aislarnos de la todavía más dura realidad exterior. Todas las situaciones están representadas mediante unos graciosos personajes. Hasta el más duro de los asesinatos adquiere ese toque desenfadado, lo que no causará traumas. ¿De verdad hacia falta matar por algo así?

Por ello, está recomendado para todas las edades, desde los 8 años. En una primera aproximación, con un par de casos, iremos localizando los principales puntos. El parque de los romances. El aparcamiento donde todo está permitido. El restaurante de moda. El encantador mercado central.

De forma automática, conoceremos también a sus personajes. Lo lógico sería no cogerles demasiado cariño, ya que la mayoría no acabará bien, pero resulta prácticamente imposible.

Al enfrentarnos a nuevos casos, volveremos a revivir los anteriores. Viajaremos en el tiempo. A ese momento en el que el superhéroe estaba vivo (toda ciudad debería tener uno). A esa discusión de pareja que pudo marcarlo todo. Unos caminos se cruzan con otros, de ahí que el escenario resulte magistral.

A la hora de investigar, deberemos saber que el mapa ofrece un recorrido exhaustivo para cada caso. Es decir, une varias líneas temporales. Sabremos qué han hecho los implicados y las víctimas antes del conflicto. Durante. Donde se encuentran los cadáveres o los culpables.

MicroMacro Crime City

Una buena ayuda siempre es buscar un punto de origen. Una casa desde la que se sale a la calle. Seguiremos a los personajes, ya sea con la mirada, con el dedo o con otros elementos, como garbanzos o botones. Ese recorrido se quedará grabado en nuestra mente.

La observación adquiere el máximo protagonismo, puesto que cada pequeño detalle nunca debe descartarse. Una mirada desde el balcón. Una parada en ese exquisito puesto. Una charla entre conocidos. Una sonrisa que ha dado paso a un ceño fruncido.

Una vez esté establecido el recorrido, la propia lógica nos dará las respuestas. No hace falta ser demasiado enrevesado en MicroMacro, al contrario que en otros compañeros del género. Todo está claro y el esfuerzo siempre dará sus frutos.

Si optamos por la forma de juego clásica, no habrá problemas. Responderemos a una pregunta, antes de pasar a la siguiente, y así sucesivamente. Aunque tengamos que movernos de un extremo de la ciudad a otro.

El propio Investigador Principal participará, menos cuando le demos una coordenada incorrecta, de tal forma que no habrá nadie de brazos cruzados. Con un error, se quedará sin jugar en esa tarea, pero no en las siguientes que constituyen el caso.

donde esta wally

Esos minutos de espera podrán aprovecharse para dar pistas, si el grupo se atasca. No deben verse como un fracaso. Al fin y al cabo, en MicroMacro no hay puntuaciones, victorias, ni derrotas. Lo importante es pasárselo bien y, preferiblemente, ir cambiando el rol de Investigador Principal.

El temido efecto líder llama a la puerta. De hecho, en su propio manual, se menciona. Sus responsables destacan la importancia de que todos tengan una participación igualitaria a la hora de resolver crímenes.

No todos tendremos ojos de lince. En ocasiones, puede deberse a que algunas posiciones no son las correctas. La solución pasa por jugar sin sillas, de tal forma que podamos movernos libremente alrededor del mapa. Hacia esa esquina. Hacia el centro.

Cuando localicemos un punto, lo mostraremos a los demás. Hasta que todos no lo hayan visto, conviene no pasar a la siguiente tarea. Es la forma para que todos puedan aportar sus teorías. Por muy disparatadas que sean, ninguna debería descartarse.

Las cartas de cada caso funcionan a modo de guía. En su modalidad avanzada, se invita a prescindir, en parte, de ellas. Leeremos la introducción del caso y, a continuación, investigaremos por nuestra cuenta. El nivel de dificultad creciente se notará.

juegos de mesa 2020

Tardaremos más tiempo en tener respuestas, que después contestaremos en un único intento. El desafío será más exigente, pero nos llenará de un orgullo mayor. Es recomendable pasar a este modo si el juego nos está resultando muy fácil.

Como ocurre en estos casos, no es mala idea compartir gastos entre quienes vayan a jugarlo. No será más caro que una tarde en el cine o de cervezas. Por descontado, puede disfrutarse en solitario.

La experiencia prescinde de las risas (más habituales de lo que parece), pero a cambio, todo se vuelve más exigente. Si optamos por esta forma de juego, la esencia de Wally estará todavía más presente.

Al completar todos los casos, ya sea en solitario o en grupo, conviene pasearse por el mapa. Recordar todo lo que hemos vivido. En el manual se proponen algunos interrogantes extra. Además, prometen ofrecer pronto nuevos acertijos.

Una de las posibilidades es colgar el mapa en la pared, para que los invitados se entretengan en las visitas mientras preparamos el té. ¿Podrías decirme por qué hay un cuerpo en la ferretería? ¿Quién ha tirado ese enorme piano? ¿Qué reivindican en esta protesta?

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Los misterios enganchan, de ahí que no resulte raro que acaben pidiendo más. Que acudan a casa más de lo normal. Por tanto, la rejugabilidad está presente, hasta cierto punto, en la idea.

MicroMacro: Crime City es originalidad y una reinvención de la investigación. Parte de su atractivo recae en esas ilustraciones de las que hablábamos antes. Por muy simples que parezcan, siempre hay una expresión en cada rostro. Los estados de ánimo se reflejan.

El mapa invita a colorearse. Tal vez, alguien en su sano juicio no lo haría, por la cantidad de días que tardaría, pero el resultado podría ser precioso. Eso sí, si nos animamos a ello, necesitaremos haber resuelto previamente cada caso, para utilizar los mismos colores en los mismos personajes.

Podría ser el principio de una nueva serie de juegos. Esperamos más casos para Crime City, pero también nuevos mapas que sigan respetando la fórmula de MicroMacro. Un enorme mundo medieval. La fusión de los cuentos de hadas. Las calles en el siglo XIX. Por soñar, que no sea.

 

COMPONENTES DE MICROMACRO: CRIME CITY

  • 120 Cartas de Caso
  • 16 Sobres
  • Mapa de la Ciudad
  • Lupa
  • Instrucciones (castellano)