Recordarás que llevo meses dándote la lata con todo esto. Pues bien, a pocos minutos para el momento más importante de mi vida, todo es un desastre. ¿Hay culpables? ¡Por supuesto! Waf, el perro más torpe del mundo, ha vuelto a hacer de las suyas. Y, esta vez, es imperdonable. Reseñamos Poule Poule.
CONCENTRACIÓN Y RAPIDEZ MENTAL
Poule Poule es un juego de cartas de 2 a 8 participantes, con competiciones de 20 minutos, recomendadas desde los 8 años. Lo firma Charles Bossart, con ilustraciones a cargo de Pauline Berdal.
Su edición en castellano ya está disponible, de la mano de Cacahuete Games. La editorial cuenta con Cat Café en el mercado. Durante el pasado año, nos animó el confinamiento con los Print and Play gratuitos Bite & Write, Tetreats y Los Mapas del Reino.
En esta ocasión, nos acerca un reto de Oka Luda, marcado por la habilidad. Haciendo uso de la concentración y de la rapidez mental, nos trasladamos hasta el Festival de Cannes.
El estreno de la película Poule Poule es inminente, pero alguien ha mezclado los rollos. Para reorganizarlos, deberemos parar la proyección cada cinco huevos. Sería sencillo, de no ser porque las gallinas y los zorros, entre otros, se empeñan en complicarlo todo.
POULE POULE: UNA PARTIDA
El primer paso es escoger al Maestro Poule Poule. Será el encargado de sacar las cartas de la baraja a la velocidad que quiera, ya sea durante una ronda o en el transcurso de toda la partida. Las apilará en el centro.
En la modalidad normal, el mazo estará compuesto por quince huevos, diez gallinas y diez zorros. Cuando alguien crea que hay al menos cinco huevos, pondrá su mano encima de la pila. Deberá tenerse en cuenta que cada gallina incubará un huevo, por lo que dejará de estar disponible.
Por su parte, cada zorro espantará a una gallina que esté incubando. El huevo volverá a estar disponible para el recuento. Si todos creen que hay cinco huevos, como mínimo, no hay comprobaciones. El que ha detenido la película obtiene una parte de huevo. Se barajan de nuevo todas las cartas para empezar una nueva ronda.
Si alguien lo pone en duda, se comprobará carta a carta, sin desordenarlas. Al ser correcto, el que detuvo la película gana una parte de huevo y el que lo puso en duda la pierde. Si había algún error, es él quien se lleva el trozo de huevo, en lugar del que ha detenido la película.
Ganará el primero en reunir tres partes de huevo. Para incrementar la dificultad, pueden añadirse otros personajes, como el granjero, el perro, el zorro disfrazado de gallina o el pato. Cada uno cuenta con sus propios efectos, contribuyendo al despiste a la hora de contar.
POULE POULE: CONCLUSIONES
Cinco minutos son suficientes para que todo se derrumbe. Quizás cuatro, el tiempo que pedí para retirarme al baño. Ya sabes, el sueño de mi vida y un mar de nervios dan como resultado una nefasta combinación.
Mis compañeros y yo le hemos dedicado tres años a este proyecto. Escribimos guiones y grabamos. La fase de producción fue larga. Alguien vio que la película tenía potencial y ahí estábamos: dispuestos a brillar en el Festival de Cannes. No hay mayor reconocimiento a tanto esfuerzo.
Ahora, veo todos los rollos tirados por el suelo. Mezclados. Pisoteados. Me quedo paralizada de plumas para arriba. Sólo puedo pensar en la carita de Coin, el pato que reflejó toda su ilusión en cada escena. En las lágrimas de Tiger Worm, la lombriz a la que tanto le costó dejar a un lado la timidez.
¿Qué vamos a decirle a Rico Coco? Contar con una estrella en una primera película puede condenarte al éxito inmediato o, en nuestro caso, al fracaso. Imagino que jamás querrá volver a trabajar con nosotros. Ni ninguno de sus colegas.
No me olvido de Roger, el granjero. Removimos cielo y tierra para contar con el sello de «ningún humano fue dañado». ¿Sabes lo que cuesta eso? Casi tanto como los disfraces de gallina para los zorros. «¡Uy!». Es la única explicación del maldito perro, responsable de la situación.
Los sueños se rompen en mil pedazos. Se distorsionan, sin que puedas hacer nada por controlarlo. Nos miramos. Waf, el perro más torpe de la historia, está haciendo lo posible por reconstruirlo todo. Por Coin. Por Tiger Worm. También el chucho merece que lo intentemos. El maldito chucho. Nadie actúa como él.
Poule Poule es un juego de habilidad, donde las risas son las grandes protagonistas. No es exagerado decir que estamos ante uno de los títulos más divertidos de todo el 2020, por su excelente combinación entre una original temática, representada a las mil maravillas, y el control que exige de los nervios.
Nos introduce en un mundo de animales, deseosos de presentarse en el Festival de Cannes. Tras un accidente, tendremos que ayudarles a que su sueño no se trunque por completo. ¿Existe un mejor aliciente?
Cada uno cuenta con su propia personalidad (y efectos que rozan la locura, como veremos más adelante). Los conocemos mediante una lograda portada, con un diseño capaz de trasladarnos al cine clásico. El rojo, propio de cualquier alfombra que se precie, lo domina todo, acompañado de los tonos dorados.
El interior no se queda atrás. Descansando en una bonita cuna, encontramos cartas con reversos de muchos colores. Pueden enfundarse y seguir guardándose en la caja, algo que muchos jugadores agradecerán.
Llenan la mesa de alegría, a la vez que contribuyen al despiste del que tanta gala hace Poule Poule. Los puntos llegan mediante piezas de huevo, que encajan a la perfección.
Envueltas en su cuidada estética, aparecen unas reglas muy fáciles de asimilar. Alguien se encargará de mostrar cartas del mazo, una a una, para que paremos cuando haya, como mínimo, cinco huevos. El ritmo y la velocidad que emplee ya son una garantía de su rejugabilidad infinita.
No hay normas establecidas respecto a ello, por lo que los malvados podrán pasarlas a la velocidad de la luz. Si queremos locura máxima y nuestros jugadores están más que entrenados, puede ser buena idea hacerles sufrir más de la cuenta.
Poule Poule es precisamente eso: una suma de sufrimiento, caos y nervios. Cuando se juntan estos tres elementos, aparecen las situaciones disparatadas, con sus ataques de risa. ¿Por qué has parado con solo un huevo? ¿No van ya 3.715 huevos? La presión y la tensión harán de las suyas.
Contar cinco huevos no es fácil con gallinas y zorros de por medio, y más teniendo en cuenta que no es necesario que las cartas se muestren seguidas para actuar. Una gallina puede incubar un huevo aparecido hace mil años, al igual que un zorro corre tras esa gallina que ya ni recordábamos.
La memoria se convierte en un ingrediente esencial, pero no es la única. El riesgo también llama a la puerta. Dicen que el mundo es para los valientes, y Poule Poule lo demuestra. Rara vez estaremos seguros de que hay al menos cinco huevos, pero si no lo intentamos, jamás nos haremos con la victoria.
Para ganar la preciada parte del huevo, necesitamos que todos estén de acuerdo. Cuando no ocurre, se produce la comprobación (cámara lenta). Es tan divertida como la propia acción, puesto que será el repaso a todas las cifras que han pasado por nuestra mente. A los aciertos que acaban siendo fallos, como consecuencia de un despiste.
No todos los juegos lo permiten. Para evitar que todos recurramos a ella sólo por el mero hecho de fastidiar, existe penalización si realmente no ha habido error. No sirve con pedirla siempre, a menos que queramos perder las partes que tanto nos ha costado conseguir.
El azar de la disposición de las cartas y el cambio de Maestro Poule Poule ya ofrecen grandes dosis de rejugabilidad, pero aún hay más. Mucho más. Concretamente, siete nuevos elementos, a introducir poco a poco para no morir en el intento.
Habrá huevos de avestruz, que cuentan como dos, o un granjero acostumbrado a recoger todos los huevos disponibles. ¿No nos ha estallado la cabeza? El perro perseguirá al próximo zorro, por lo que además de atender al pasado, pondremos una mirada hacia el futuro.
Los zorros disfrazados de gallina y la lombriz continúan despistando, así como el pato, donde los «¡Cua!» entrarán de lleno. El gallo cambia las condiciones de final de ronda, aunque también se seguirá premiando al más rápido y astuto.
La experiencia se completa con cuatro cartas en blanco, con las que las mentes más imaginativas nos impregnarán con su creatividad. ¿Una gallina azul? ¿Un oso de peluche? ¿Por qué hay un oso de peluche en la granja? ¿Los dinosaurios y las gallinas no guardaban una estrecha relación? ¡Pues a por ellos!
Con todas estas opciones, tendremos Poule Poule para largo. Los jugadores no querrán esperar demasiado a introducirlas para disfrutar de sus locas posibilidades. Por si no fuera suficiente, aparecen las variantes, denominadas Estados de Ánimo.
Los patos comenzarán a comer lombrices y los granjeros sentirán repulsión por los huevos de avestruz. Tal vez, llegue el momento de contar exactamente cinco huevos, o de tener puntos negativos. Como bien se señala en el manual, una aspirina no vendrá mal.
Esta pequeña joya en caja pequeña es un acierto por parte de Cacahuete Games, la joven editorial que presenta su edición en castellano. No ha podido tener mejor ojo a la hora de ficharla, asegurándose de que todos se diviertan, sin importar la edad ni la experiencia en los juegos de mesa.
Los beneficios en los niños también están presentes, con un nivel de dificultad personalizado. Aprenderán a concentrarse y practicarán con el cálculo simple al sumar y restar con cada carta que aparezca. Identificarán formas, asociándolas con efectos. Socializarán. Se distraerán del mundo exterior, olvidando los problemas durante unas horas.
Decimos horas porque es prácticamente imposible dejar Poule Poule tras una partida. Todos querrán ser el Maestro, vengándose de sus rivales con ritmos cambiantes. El final no llegará cuando alguien complete su huevo, ya que querremos un nuevo intento para demostrar que un par de gallinas no son más inteligentes que nosotros. ¿O quizás sí?
Todos juegan a la vez, por lo que funciona muy bien entre grupos pequeños y grandes. Cuantas más personas haya, más complicado será ganar, puesto que más mentes habrá puestas sobre un escenario común. A dos jugadores sigue funcionando bien, aunque se pierde algo de dinamismo al no existir la figura de Maestro Poule Poule.
COMPONENTES DE POULE POULE
- 19 Cartas de Huevo
- 10 Cartas de Gallina
- 10 Cartas de Zorro
- 4 Cartas en Blanco
- 2 Cartas de Zorro Disfrazado
- 2 Cartas de Perro
- 2 Cartas de Pato
- 2 Cartas de Lombriz
- 2 Cartas de Huevo de Avestruz
- Carta de Gallo
- Carta de Granjero
- 24 Fichas de Huevo
- Instrucciones (castellano)