Bote. Dentro. Bote. Dentro. Bote. Dentro. Esto no puede ser tan complicado. Bote. Dentro. La teoría la tengo más que estudiada. ¿La práctica? Ahí está. Antes de empezar la competición, hemos entrenado un poco. No ha sido un éxito absoluto, pero tampoco esperaba que, a la hora de la verdad, fuese a ocurrir algo así. ¿Qué está pasando? Reseñamos Bounce Battle.
LO NUEVO DE SD GAMES
Bounce Battle ya está disponible en una edición con instrucciones en castellano, como parte del catálogo de SD Games. Llega fruto del acuerdo entre la editorial y Battle Games.
El resultado es un juego atípico en su catálogo, de 2 a 4 participantes (en función de si se juega por equipos), e indicado desde los 9 años. Los desafíos tienen una duración mínima de un minuto y un máximo de cinco, a menos que la torpeza se cuele en el salón.
Siguiendo unas reglas muy sencillas, nos veremos las caras en distintos minijuegos. La habilidad, la precisión y la puntería resultan fundamentales para colar el mayor número de bolas en el cubo central. O, al menos, para ocupar las posiciones correctas.
BOUNCE BATTLE: UNA PARTIDA
El primer paso es colocar el cubo en el centro de la mesa o en el suelo. Cada jugador (o equipo) toma las bolas de su color. Si cuenta con un cuenco para dejarlas, la experiencia resultará más cómoda. Ocuparán el lado contrario al oponente.
A continuación, escogemos un reto. Puede tratarse de cualquiera de los indicados en la caja o de uno que hayamos inventado. El objetivo y la forma de juego no cambian: colar nuestras bolas en el cubo. Los lanzamientos se ejecutarán tirando cada bola sobre la mesa, de manera que den un bote antes de colarse en el cubo.
No hay restricciones a la hora de botar más o menos cerca del cubo. Cuanto más cerca estemos del centro del escenario, más fácil será controlar la bola. Tras el lanzamiento, independientemente de que se haya colado o no, pasamos el turno al rival.
Cuando alguien complete los requisitos para la victoria, la partida termina. Encontramos diez combates distintos, con sus propias especificaciones. Podemos jugarlos siguiendo las reglas básicas o en sus variantes, basadas en turnos simultáneos o en dobles rebotes, entre otras opciones.
3-en-raya 3D
El vencedor será el que consiga alinear tres bolas, tres veces, en cualquier dirección.
3-en-raya a ojo de pájaro
Gana quien coloque tres bolas en línea. Deben verse desde arriba.
Afortunado 13
Se lleva la victoria el primero en encajar las 13 bolas de su color.
Gran muralla
La misión es colar nueve bolas en el lado más próximo. Las que no entren en las posiciones correctas se recuperan.
El 21
El objetivo es reunir 21 puntos. Lanzamos tres bolas por turno, teniendo en cuenta que la fila más cercana tiene un valor de un punto, la intermedia de dos y la lejana de tres.
Caja fuerte
La tarea pasa por colar todas las bolas en el menor tiempo posible o con los mínimos lanzamientos.
Sopa de letras
Gana quien dé vida a una letra o a una forma, prefijada previamente.
La copa nueve
Reclama la victoria el que consiga encajar una bola en cada uno de los nueve espacios (sin importar la altura). Lanzamos dos por turno, recuperando las que ocupen zonas repetidas.
Niveles
El objetivo es colar más bolas que el oponente en dos niveles horizontales. En los niveles inferiores necesitaremos cinco o más. En el superior, más que él cuando alguien agote todas sus bolas.
B-U-R-R-O
Se asigna la figura de líder, quien inventará un lanzamiento. Dejará de serlo si la bola no entra. Si los oponentes no igualan el logro, obtienen una letra. Los que completen la palabra ‘burro’ serán eliminados, por lo que la victoria será para el último que siga en pie cuando los demás ya no lo hagan.
BOUNCE BATTLE: CONCLUSIONES
¿Primera partida? Desastre. ¿Segunda? Regular. ¿Tercera? Desastre más absoluto de la historia. Este chisme es el claro ejemplo de como una idea perfecta en la cabeza se transforma en la mayor de las derrotas.
No es por falta de concentración. Quizás en el primer encuentro sí, pero desde el segundo aprendí cómo iba la cosa. Tendrías que verme. Dicen que mi expresión estaba a medio camino entre viaje intergaláctico y asesinato a sangre fría a tres ardillas. Todo desapareció alrededor, menos el cubo. Y las bolas, por supuesto.
Ni con ésas. ¿Sabes cuántas conseguí colar en el tercer reto? Ninguna. ¿Y mi rival? Trece y porque no había más. Y ella no es precisamente la reina de la puntería.
No soy supersticiosa, así que me resigno a creer que un cambio de color de bolas va a funcionar. Tal vez resulte un cambio en el modo de juego. Cuarto intento. Fracaso estrepitoso. Creo que ya sé donde está mi error. Con permiso de mi torpeza, los nervios me superan. Cada vez que veo como mi oponente cuela una de sus bolas, me siento más bajita. Todo mi cuerpo está rígido, por la tensión. No me rindo, esto no va a poder conmigo. Quinto intento…
Bounce Battle es uno de los títulos de SD Games de este verano. Constituye uno de los productos más frescos de su catálogo, con un formato a medio camino entre juego de mesa y juguete. Se presenta como un reto diferente a los lanzamientos tradicionales, con el que desestresarnos. O, al menos, ése es el plan…
Personas de todas las edades, sin importar su experiencia en los juegos de mesa, se ven las caras en desafíos de habilidad. Recurre a un cubo de madera y a pelotas de ping-pong. La base no es nueva, ya que no es la primera vez que vemos 3 en raya en tres dimensiones, con pelotas de ping pong.
De hecho, muchas noches de fiesta han estado acompañadas de estas bolas (que también comparten color), poniendo a prueba la puntería en vasos llenos. Por tanto, ¿dónde reside la novedad? Merece la pena rescatar una fórmula cuando es capaz de aportar más de lo que ya conocemos. Bounce Battle lo hace.
La «revolución» llega mediante sus diez minijuegos, que van más allá de esas 3 en raya (aunque no las olvida). Nos convertimos en constructores de murallas. Participamos en sopas de letras. Creamos cajas fuertes. Las posibilidades dan para más que una tarde de entretenimiento.
Sirven para adaptarse a todos los gustos y niveles. Se disfrutan en pareja, mediante intensos duelos. Por equipos, ya sea contando con un juego o con dos. Incluso suponen desafíos en solitario. Aunque no se indique en las propias reglas, completar algunos de estos retos de forma individual es maravilla pura a la hora de alejar problemas.
Por si no hubiera suficiente, siempre podemos idear los nuestros. No hacen falta mentes especialmente creativas para dar vida a retos en los que alternar los colores de las bolas o jugar a ciegas. ¿Queremos cooperación? La tenemos. Buena parte de los minijuegos pueden adaptarse a experiencias en las que unir fuerzas, superando marcas propias.
Sin ir más lejos, acompañar la experiencia del cronómetro del móvil es una buena invitación a la rejugabilidad, tanto en solitario como en compañía. No será fácil superar los logros de aquella tarde tan satisfactoria.
Bounce Battle es más que apto para torneos y campeonatos caseros. Podemos disputar varios encuentros a un determinado juego, anotando las victorias, o una ronda a los diez. Si somos muchos, los torneos clasificatorios brillan con luz propia. Al llegar la gran final, no sólo los implicados mostrarán esos nervios.
Se palpan en el ambiente, junto a la tensión. De hecho, son los responsables de darle un sentido a todo. De que esa teoría sencilla no termine de cuajar. Si practicamos con calma, todo saldrá más o menos bien. En plena competición, las bolas saldrán disparadas en todas direcciones, menos hacia la base. El progreso del oponente será el encargado de incrementar nuestra impaciencia y, con ella, de alejarnos de la victoria.
Al igual que Bounce Battle está abierto a más minijuegos, también lo está a combinar las variantes a nuestro antojo. A crear más. La locura y el caos crecen al sustituir los turnos por lanzamientos simultáneos, dignos de ver como espectador. Los dobles rebotes crean nuevas posibilidad, mientras que el nivel de dificultad crece cuando se eleva la altura de la base.
Con ello, las combinaciones son infinitas. Una sopa de letras con doble rebote y turnos simultáneos. Una gran muralla con un castillo que se eleva sobre un par de libros. Un B-U-R-R-O con la base en el suelo y triple rebote obligatorio.
Puede adaptarse sin problemas a cualquier nivel, en función de si vamos a jugarlo con niños, con nuestros mayores o en una fiesta, con unas copas de más. Nos acercaremos más. Nos alejaremos. Porque este título es precisamente eso: una excusa para pasar un buen rato entre familias y amigos, sin límite de edad. Eso sí, con los cuidados que conlleva la pandemia.
A pesar de estar indicado a partir de los 9 años, funciona igual si bajamos la edad. Pequeños y mayores ponen a prueba la coordinación, mientras se empapan de la esencia de clásicos como el Burro. Mientras golpean las bolas con zapatillas. La versatilidad hecha realidad.
Parte de una idea muy sencilla que, aunque no sea nueva, es capaz de seguir sorprendiendo. No se limita a encestar las bolas, sino a que encajen en la posición correcta.
Toma la forma de una base de madera resistente a los golpes y de unas bolas que parecen tener vida propia. Se incluye una extra, por si las moscas. En caso de haber perdido más, siempre podemos sustituirlas por pelotas de ping-pong. Eso sí, mejor mirar antes debajo del sofá.
COMPONENTES DE BOUNCE BATTLE
- Cubo de Juego
- 14 Bolas Naranjas
- 13 Bolas Blancas
- Caja con instrucciones (castellano)