ScandalOh!: los secretos que deben salir a la luz

Scandaloh!

Lo sabía. Mira que lo sabía. Los vasos de café de mi escritorio son testigos de las horas que llevo investigando a este sinvergüenza. Te tenía, querido Owen. Qué fácil hubiese sido seguir a la Dra. Unwin, con sus hallazgos tan poco científicos. No me he olvidado de ella, pero sabes que eres mi ojito derecho. Mi presa.

Sin esas pequeñas ayudas antes de cada partido no serías nada. El mundo te considera una estrella, aunque no eres más que una rata y muy pronto, todos lo sabrán. La pena es que, por ahora, te libras. Me he mareado siguiendo tu sucia red de contactos, que parecía no tener fin. ¿De verdad Leslie Lawson era tu mayor socia? Reseñamos ScandalOh!

 

UNA CAMPAÑA EN KICKSTARTER

«Periodismo es buscar la verdad para contarla. No hay más». Esta premisa de Ben Bradlee da forma a ScandalOh!, juego de mesa que llegará en unas horas a Kickstarter. Lleva el sello de Megacorpin Games, responsables del exitoso Incómodos Invitados.

De hecho, esta novedad toma prestada su mecánica de mazo inteligente. El resultado son competiciones de 1 a 6 jugadores, de 45 a 75 minutos de duración, indicadas desde los 12 años.

ScandalOh!

Ron Gonzalo García, como autor, y Samuel Gonzalo García y Laura Medina Solera, como ilustradores, nos introducen en una auténtica carrera periodística. Necesitamos destapar un escándalo, capaz de dejar a todos con la boca abierta. Para ello, aplicaremos nuestras mejores dotes de deducción.

Cada famoso tiene una poderosa red de contactos detrás, lo que supone un exhaustivo trabajo. Una vez conocido el escándalo, será momento de encontrar el periódico que esté dispuesto a dar la noticia. Al fin y al cabo, no todos quieren manchar la reputación de las personalidades a las que deben ciertos favores…

 

SCANDALOH!: UNA PARTIDA

Dar con la trama del escándalo, con la persona implicada y con el periódico que pueda publicarla. Son los tres puntos a resolver en ScandalOh!, que comienza con el reparto de una hoja de seguimiento y de un lápiz para cada jugador. La taparán con la pantalla. Tomarán, también, una ficha de resolución.

En el centro dejaremos las fichas de oferta y de consulta y el dispensador de periódicos. Elegimos una partida, en función del nivel de dificultad, para crear el mazo. Atenderemos a los colores de los reversos para encontrar las cartas que lo conforman. Se barajan para repartir siete por participante.

Todos anotarán la información de las cartas recibidas en su hoja de seguimiento. Las conservarán en la mano. Comienza la partida, entregando el marcador de jugador inicial. El turno de cada uno consta de tres fases. Cuando todos hayan jugado, se da por finalizada la ronda con las fases de resolución y descartes.

ScandalOh!

Consulta

El jugador activo anuncia las tres referencias que necesita (o que pedirá para despistar). Podrá tratarse de iniciales (las vocales para los famosos y las consonantes para los contactos), de periódicos y de localizaciones de la ciudad.

Cualquier combinación es válida. Así, podría pedir tres localizaciones o un personaje y dos periódicos, por ejemplo. El tablero y las fichas de consulta ayudan a recordar a los demás esas referencias.

Ofertas

El de la derecha del inicial busca cartas de su mano que contengan alguna de las referencias, siempre que esté dispuesto a intercambiar (no es obligatorio). Baja las cartas a su zona, boca abajo, junto a una ficha de oferta correspondiente al valor de esas cartas. Los siguientes, en sentido antihorario hacen lo mismo.

Intercambios

El activo escoge al jugador o jugadores con los que quiere realizar el intercambio. No hay límite, siempre que tenga cartas de su mano. Para aceptar un intercambio, tendrá que entregar al otro jugador cartas con un valor igual o superior al de las ofrecidas.

No es posible entregar cartas recibidas en la misma ronda. Los que hayan participado anotan la información procedente de las cartas recibidas y las conservan en la mano. El de la derecha pasa a ser el nuevo jugador activo.

ScandalOh!

Fase de resolución

Tiene lugar al completarse la ronda, es decir, cuando todos hayan sido el jugador inicial. Toman sus fichas de resolución en secreto para revelarlas de forma simultánea. Indicarán, así, si tienen la respuesta al escandalo o si, por el contrario, quieren seguir investigando.

Quienes deseen resolver, rodean en su hoja la trama del escándalo, el famoso que lo protagoniza y el periódico que puede publicar la noticia. Uno por uno, consultarán si el resultado es correcto. Los que hayan acertado ganan la partida.

Por contra, un fallo implica quedar eliminado del juego y revelar las cartas que se tengan para que los demás anoten la información. Es importante no desvelar ni nuestro resultado ni la solución a nadie. En caso de que sólo quede un jugador en pie, éste se convierte en el vencedor.

Si utilizamos la aplicación para móviles, no quedarán eliminados, puesto que no verán la solución. Como penalización, no podrán participar en la siguiente fase de resolución.

Fase de descartes

Se desarrolla sólo si la partida continúa. Todos descartan cartas de la mano, sobre el dispensador y boca abajo, hasta quedarse con tres. El marcador de jugador inicial pasa al de la izquierda.

Éste repartirá cartas de la pila, una a una, hasta que todos vuelvan a tener siete en la mano, como en la preparación inicial. Si el mazo se agota, mezclamos los descartes y revelamos las tres primeras cartas antes de constituir una nueva pila. Se inicia una nueva ronda.

 

SCANDALOH!: CONCLUSIONES

Lo de Owen Orlowski ya es historia. Una cosa es no rendirme y otra, luchar contra los imposibles. Mi método de trabajo ha cambiado. Sigo pasando horas frente al ordenador, pero lo que ahora me va es recorrerme cada rincón de la ciudad.

La zona industrial me ha resultado muy útil en esta nueva investigación. Y eso por no hablar del distrito financiero. Acostumbramos a pensar que el puerto y los bajos fondos están llenos de crimen, pero nada como un buen paseo por aquí para flipar en colores.

No puedo decir que esto haya sido una sorpresa. Algo sospechaba. Si algo he aprendido es que no importa que alguien pague por sus crímenes, si es otro el que destapa la noticia. La satisfacción llegará si soy yo la que tiene la primicia.

Por lo que empiezo a ver, diferentes ramas me llevan hasta Amy Albright. Como suponía, no está dispuesta a hablar. Todo indica que está envuelta en una trama personal. ¿Una tapadera? Tiene toda la pinta. Por suerte, sé qué periódico puede publicar la noticia: el Global Sentinel.

Una última visita al distrito será suficiente para confirmar todas mis hipótesis. Un pequeño error me dejaría en evidencia, por lo que necesito estar totalmente segura. Mi carrera peligra. De camino, compro un ejemplar del Global Sentinel, mientras sueño con esa preciosa portada. Paradojas del destino, Amy Albright ya está en portada, con el escándalo. Rabia. Sólo puedo sentir rabia. ¿Otra vez he perdido tanto tiempo?

ScandalOh!

ScandalOh! podría definirse como una unión entre una temática muy poco habitual en juegos de mesa y el sistema de mazo inteligente. Cuando probamos Incómodos Invitados, una cosa quedaba clara: todo parecía cuadrar, como por arte de magia. ¿Por qué limitar esos revolucionarios algoritmos a un único juego?

Su autor, Ron Gonzalo, hacía su incursión en el sector a lo grande. Un puñado de cartas fue capaz de esconder miles de casos diferentes, como si de un espectáculo de magia se tratase. La originalidad y el elemento sorpresa acompañaban las caras de asombro de los jugadores.

Una genialidad así no merecía perderse, por lo que se ha aplicado en un nuevo proyecto. Ahora bien, ¿estamos ante un Incómodos Invitados con una temática diferente? Es innegable que las semejanzas entre ambos títulos son grandes, pero las diferencias también.

Comenzamos por lo más obvio: la temática. En esta ocasión, nos convertimos en periodistas, dispuestos a encontrar la noticia del siglo. Perseguimos a personalidades, tratando de desvelar su más sucio secreto. Seguiremos sus redes de contacto y visitaremos diferentes puntos de la ciudad.

El ‘qué’ y el ‘quién’ no son las únicas respuestas que buscar. Tendremos que encontrar el periódico que pueda permitirse publicar el escándalo. Los trapos sucios de Ed Enfield estarían vetados en el Global Sentinel, mientras que el Patriot Daily quizás aplique una severa censura en todo lo que a Ike Intelmann respecta. Real como la vida misma.

ScandalOh!

El equilibrio entre temática y mecánica fluye por sí mismo, retroalimentándose el uno al otro. Así, investigaremos en tiempo real. Aplicaremos la deducción y, tal vez, nuestro sexto sentido, pero sobre todo la lógica. ¿No ocurría igual en Incómodos Invitados?

En este caso, aunque se mantienen hasta las secuencias de turno, todo aumenta de tamaño. Siguiendo nuestra hoja de seguimiento, tendremos 16 tramas posibles, de las que extraer un solo escándalo. Vuelve a dar para miles de partidas distintas, por lo que la rejugabilidad es prácticamente infinita.

En el hipotético caso de que llegásemos a jugarlas todas, resultaría imposible recordar todas y cada una de las soluciones. Siguiendo con esas 16 tramas, vemos como se da un salto importante en relación al anterior título.

Si observásemos una partida desde fuera, veríamos locura. Una hoja con líneas, tachones y círculos. Una vez dentro, el caos se transforma en orden. Tanto si ya conocemos el sistema como si somos nuevos, no viene mal una primera partida de reconocimiento, en nivel fácil. Aprenderemos a movernos, a traducir información y a pedirla. A seguir indicios.

Desde la segunda, descubriremos puntos interesantes. Sabremos que intercambiar mucha información siempre es beneficioso. Si todos nos negamos a compartir, el juego carecería de ese brillo que lo caracteriza. Sin embargo, esto no significa que podamos dar cualquier información.

ScandalOh!

La experiencia nos enseñará a gestionar una mano variada, que nos permita participar en todas las fases de oferta posibles. Requerirá de una constante toma de decisiones, no sólo al elegir qué intercambiar, sino qué descartar. Serán cartas que nunca verán los demás, a menos que el mazo se agote.

Cuanto más activos seamos, más fácil nos será resolver el caso. Partiendo de esta idea, necesitaremos tener claro qué es lo que los rivales piden y cuál es el motivo detrás de cada demanda. Ahí tendremos la respuesta a qué cartas entregar.

El valor de cada una nos indicará si puede ser más o menos valiosa, por lo que sin salirnos de las reglas básicas, podremos jugar con ello. No menos importante es el despiste. Si el periódico Liberty Gazette entra en todas nuestras demandas, tal vez sea porque busquemos un indicio clave en él. Por consiguiente, estaríamos revelando a los demás una posible solución.

¿Pero y si pedimos información del periódico por el mero hecho de liar a los oponentes? Tenemos tres referencias que demandar, por lo que alimentar las confusiones, para que otros sigan el camino que queremos (por supuesto, trampa), nunca está de más. Será algo con lo que los expertos practiquen.

Por lo pronto, ya tendremos suficiente con avanzar. Preguntar por los protagonistas es importante, pero nunca deberemos olvidarnos de los periódicos, de los contactos ni de los lugares. Hay más información de la que parece en estos dos últimos puntos, con frecuencia infravalorados. Querer ir directos no siempre funciona.

Incómodos Invitados nuevo juego

Lo que en un principio puede parecernos una tarea imposible, empezará a fluir al cabo de unos cuantos turnos. Los cabos sueltos empezarán a unirse. ¡Parece que las líneas ya tienen sentido! Puesto que ScandalOh! es una carrera a contrarreloj, el riesgo también hace acto de presencia.

Será el que determine cuándo seguir y cuándo dar una solución. La tensión a la hora de descubrir las fichas de resolución resulta magnífica. No hay nada que dé más rabia que descubrir como alguien se ha adelantado cuando sólo necesitábamos un turno más. O, tal vez, sí: ver como sus respuestas son correctas.

Si los jugadores tienen el mismo nivel de experiencia, es normal que todo esté muy igualado. Con ello, cuando creamos tenerlo casi todo, no está de más pedir unos minutos para la reflexión. Volveremos a perdernos en nuestra hoja en busca de algo que hayamos pasado por alto.

Puede ser que haya que arriesgar al no estar seguros al cien por cien de algo. De hecho, si buscamos esa seguridad total, es más que probable que otro se vaya a adelantar. ¿No dicen que el mundo es para los valientes? Esa capacidad de decisión estará influenciada por la aplicación para móviles.

Si jugamos sin ella, el castigo por equivocarse será la eliminación total, ya que conoceremos la solución al consultarla en el manual. Sin embargo, si recurrimos a la aplicación, la penalización no será tan grande. No podremos participar en una siguiente fase de resolución, quizás definitiva, pero a cambio no estaremos «muertos».

Esta misma aplicación será la que permita disfrutar de su modo en solitario. Si no tenemos rivales a mano, también podremos aplicar la lógica y la deducción. Es una buena forma de quitarse el gusanillo para cuando no hay periodistas cerca.

Incómodos Invitados nuevo juego

Si vamos a jugarlo en pareja, deberemos saber que existe una variante específica. Contiene algunas variaciones de reglas en lo que respecta al intercambio de información y a los descartes, aunque la esencia se mantiene. Siempre que seamos activos compartiendo (por supuesto, estratégicamente), la cosa fluirá.

Con todo ello, debemos tener claro que Incómodos Invitados y ScandalOh! son dos títulos independientes. No necesitaremos haber jugado al primero para disfrutar del segundo, ni a la inversa, cuando éste llegue a las tiendas. Teniendo el cuenta el enorme éxito del primer juego y el amplio número de seguidores de esta campaña en Kickstarter, es de esperar que se alcance la meta en cuestión de segundos.

A pocas horas de ese éxito a gritos, la expectación generada es grande. Es una adquisición obligada para los mayores amantes de Incómodos Invitados, quienes encontrarán cambios más allá del tema. Se moverán por esas 16 tramas posibles, con sus miles de combinaciones.

Todo parece haberse complicado y, aunque la mecánica se mantiene, la forma de deducir cambia. Buscaremos el nombre del famoso, que a su vez, pueda ser enlace de otro famoso. No hay que olvidar que para que alguien protagonice un escándalo, necesita contactos que le proporcionen los tres recursos que la trama requiere. Y esto da mucho juego.

El ajuste en la dificultad, tan alabado en Incómodos Invitados, se mantiene. Podemos pasar desde casos sencillos hasta una red enrevesada, en un nivel alto.

El autor ha sabido quedarse con lo mejor del primer juego, mejorándolo para ofrecer una experiencia aún más satisfactoria. Deja claro como también ha escuchado las críticas, no siempre positivas. A la hora de averiguar el crimen cometido, la preparación de la partida no era un punto fuerte.

Incómodos Invitados nuevo juego

Si bien es cierto que en ScandalOh! necesitaremos de unos minutos para preparar el escenario, el proceso se agiliza. La ayuda la aportan los reversos de las cartas, con su organización por colores. Basta con recurrir a bolsas de plástico para tenerlas separadas. Cada color comprende una determinada cantidad de números.

La hoja de seguimiento también se vuelve más intuitiva, con esa incorporación del color. Aunque en un primer encuentro todo parezca algo lioso, no tardaremos en ver las partes diferenciadas: tramas, relaciones y periódicos. Las secciones permiten sentirse cómodo.

No menos importante serán las pantallas, con las que tapar nuestra información. En el interior, están repletas de datos que facilitan la investigación. Sabremos qué zonas nos convendrá visitar en determinados momentos y serán la solución a determinadas dudas.

Es de admirar el trabajo impecable de los ilustradores. Recurren a un estilo caricaturesco para presentarnos a unos oscuros personajes, con personalidad propia. También son responsables de dar un sentido a todas las ideas mediante una estructura lógica para las hojas y cartas. No es algo sencillo, tratándose de un juego independiente del idioma.

Con todo ello, ¿ScandalOh! merece la pena si ya tenemos Incómodos Invitados? A menos que no nos guste contar con dos títulos que compartan mecánica y estructura de turno en la estantería, merecerá la pena. Es más que una actualización, adaptando ese destacable mazo inteligente a una trama que le sienta como anillo al dedo.

Recoge lo mejor del primero para ponernos al frente de nuevos misterios por descubrir. La alta inmersión se encuentra en perfecta sintonía con unos quebraderos de cabeza interesantes. La mecánica se repetirá, y podrá hacerlo en futuros juegos, pero mientras sepa renovarse y seguir sorprendiendo, contará con el apoyo de la comunidad.

 

COMPONENTES DE SCANDALOH!

  • 250 Cartas de Juego
  • 12 Fichas de Oferta
  • 6 Fichas de Resolución
  • 3 Fichas de Consulta
  • 6 Pantallas
  • Dispensador de Periódicos (descartes)
  • Marcador de Jugador Inicial
  • Cuaderno con Hojas de Seguimiento
  • Tablero de Consulta
  • Instrucciones (castellano, inglés)

 

Las fotografías tomadas para esta reseña pertenecen a su prototipo, por lo que no se corresponden con un diseño final.