En octubre, Ludonova lanzará Flatiron, lo nuevo de Shei S. e Isra C. Los autores detrás de juegos como The Red Cathedral, The White Castle, Smoothies y 1987 Channel Tunnel nos trasladan, ahora, a la Gran Manzana para participar en la construcción de un histórico rascacielos.
UN REPASO POR FLATIRON
Flatiron es un juego de mesa para 1 y 2 participantes, de 45 minutos de duración, indicado a partir de los 12 años. Creado por Shei S. e Isra C., cuenta con ilustraciones de Weberson Santiago.
Para amenizar la espera hasta su lanzamiento (octubre), Ludonova comparte el manual. Está disponible para su consulta y descarga en castellano. Nos permite familiarizarnos con sus reglas para ahorrar tiempo una vez que el juego llegue a las tiendas.
Como su propio nombre anticipa, gira en torno a la construcción del edificio Flatiron, anteriormente conocido como Fuller. Considerado un símbolo de Nueva York y uno de los rascacielos más emblemáticos del mundo, tiene una forma triangular que recuerda a una antigua plancha, de ahí su nombre.
Este icono del paisaje neoyorquino fue levantado en 1902. Viajamos hasta esa época y a la Gran Manzana para participar en su construcción. A lo largo de la partida, desarrollaremos nuestras empresas. Añadiremos cartas a nuestro tablero personal para realizar mejores acciones, y en mayor número, en las calles colindantes.
Durante el turno, tendremos dos pasos obligatorios: movimiento de nuestro arquitecto a un lugar vacío y ejecución de la acción correspondiente a su espacio. Así, al visitar una localización, escogeremos entre comprar una carta de esa localización, activar las acciones de la localización o recibir dos dólares.
Ganará quien consiga más puntos de victoria. Llegarán mediante las tareas de construcción, siguiendo los decretos del ayuntamiento y cuidando la imagen pública. Una vez que se haya colocado el tejado, todo estará listo para la inauguración. Será momento de contar los puntos.
Como vemos en las imágenes, incluirá dos originales meeples de arquitecto. El edificio se ha recreado a la perfección. Crearemos una estructura en tres dimensiones con la misma forma de plancha que la original. O, quizás, de un mísero trozo de pastel, como describiría el New York Tribune.