Si te hablamos del Solitario, seguro que lo conoces. Ya sabes, ese clásico que nos ha acompañado durante generaciones, tanto con una simple baraja como frente al ordenador. ¿Y si te decimos que Carta Blanca es una de sus variantes más interesantes? En cartablanca.es lo encontrarás en distintas formas. Aviso: engancha, y mucho.
El objetivo es colocar todas las cartas en orden ascendente, comenzando por el as. Hasta aquí nada fuera de lo normal. Sin embargo, todas las cartas son visibles en mesa. Tu tarea es liberar las necesarias en cada momento hasta completar el puzle. Originalidad máxima.
ASÍ SE JUEGA A CARTA BLANCA
No necesitas experiencia previa en ningún juego para disfrutar de Carta Blanca. Cuenta con unas reglas muy sencillas que interiorizaremos en un par de minutos. De hecho, lo recomendable es iniciar una partida para que el propio sistema nos guíe.
Te encontrarás con una mesa compuesta por 52 cartas, organizadas aleatoriamente en ocho columnas. En la parte superior izquierda tienes cuatro huecos libres para poder colocar las cartas que, llegado el momento, te estorben. En el lado superior derecho aparece el espacio reservado para ordenar las cartas. También son cuatro casillas.
Como ya hemos visto, tu tarea es ordenar todas las cartas en cuatro montones, desde el valor más bajo (as) hasta el más alto (K). Lo harás enviando cartas de la zona de juego a los cuatro espacios de la derecha. Todos empezarán con el as. Sobre cada uno, se envían las cartas consecutivas de su mismo palo.
Con ello, podrás mover las cartas de la zona de juego para que se sitúen encima de otras, y así liberar las que necesitas. Deberás cumplir una regla fundamental: una carta sólo podrá colocarse sobre la de un valor superior en un punto y que sea del color contrario. Es decir, un cuatro rojo podrá dejarse sobre un cinco negro.
No tardarás en percatarte de que las cartas generadas no cumplen esta regla. Por tanto, tendrás un escenario que no sigue la regla de oro al comenzar. Serás tú quien lo construya. No olvides las casillas libres, donde enviar las cartas que puedan hacer que las de debajo se liberen. No se quedan ahí para siempre, ya que puedes devolverlas cuando lo desees. Eso sí, respetando la norma. Si una de las columnas se queda sin cartas también puedes aprovecharla como casilla libre.
¿Cómo puedo ganar?
Es una alegría encontrarse un par de ases abiertos nada más comenzar la partida. Sin embargo, no es sinónimo de éxito. Debemos saber que tendremos que estrujarnos la cabeza, incluso en aquellos retos que parezcan sencillos a simple vista.
Para ganar, quizás debas echar un par de partidas antes. No importa que generes una nueva cada pocos minutos. Lo esencial es que te familiarices con las mecánicas. Una vez que las tengas, empieza una nueva partida. Ésa en la que arrasarás.
Te aconsejamos que analices la situación. Que no te precipites. Es probable que veas varias situaciones claras, ¿pero realmente son las correctas? Es tan importante actuar en base al presente como al futuro. Jamás dejes de establecer las posibles situaciones que desencadenarán tus actos.
Las casillas libres estarán ahí hasta que las ocupes. Ya hemos visto que las cartas pueden volver a las columnas, pero sólo cuando cumplan con las condiciones (recuerda, un valor inferior en un número que la anterior y un color diferente). Por ello, es recomendable no llevar cartas a lo loco. Tal vez, se queden ahí mucho tiempo, ya que no podrás recuperarlas.
La lógica te dirá que intentes liberar antes los números bajos. En definitiva, cuantas menos cartas queden en las columnas, mejor. Menos molestias y más posibilidades de ganar. Por tanto, fíjate en cuáles son las que toca enviar a la parte superior derecha. No dejes de mirar al futuro, pero líbrate de las cartas cuanto antes.
Si las cartas que necesitas quedan lejos, no es mala idea intentar liberar doses, treses e incluso cuatros. Los necesitarás más pronto que tarde, por lo que conviene no encerrarlos demasiado. Por su parte, si consigues vaciar alguna columna, habrás ganado útiles espacios libres.