Tres golpes en la mesa y dos palmas puede traducirse en una carta con dos arañas. Un golpe en la mesa, una palmada y tres golpes más pueden hacer alusión a una carta marcada con una rata. Ésta es la mecánica de juego de Domadores de Bichos, la nueva apuesta de la colección Bichos, que llega a España de la mano de Devir.
UN NUEVO JUEGO PARA LA COLECCIÓN
La colección Bichos continúa en aumento y esta vez lo hace con Domadores de Bichos, cuyo título original es Assel Schlamassel. Publicado por Drei Magier Spiele, llega en castellano con Devir, ofreciendo partidas de 3 a 6 jugadores y de 15 minutos de duración.
Su llegada a las tiendas se producirá a lo largo de este mes de junio, dando lugar, una vez más, a una apuesta en la que predomina la rapidez, la agilidad mental y la atención. Los bichos vuelven a ser los protagonistas de las cartas de juego. En este caso, las arañas, las ratas, las cucarachas, los caracoles y las moscas están dispuestas a dejarse domesticar.
Los jugadores se ponen en la piel de domadores de peculiares animales, con la misión de conseguir más cartas que sus rivales para convertirse en los ganadores de la partida. Algo que solo será posible acertando qué cartas tienen los demás a base de descifrar códigos marcados por los golpes en la mesa y las palmadas.
¿CÓMO SE JUEGA A DOMADORES DE BICHOS?
En una partida básica a Domadores de Bichos, solo entran en juego cuatro de las cinco especies de animales. Tras elegir cuáles, se guardan dentro de la caja las que correspondan al animal rechazado (incluida su carta de secuencia). Antes de empezar, se colocan las cuatro cartas de secuencia una detrás de otra y boca arriba. El resto de cartas se barajan, y se reparten tres a cada jugador, que permanecerán boca abajo en su lado de la mesa.
Las cartas barajadas formarán un mazo, cuya cantidad variará en función del número de jugadores. En su turno, cada jugador robará una carta de ahí y, en el momento en que se agote, la partida finalizará. Es en su turno donde el jugador se convertirá en un domador de animales. Mirará la carta extraida y reproducirá el cógido para que sus rivales adivinen qué especie de animal contiene la carta y el número de animales que se muestran en ella.
Para representar la especie, el jugador dará tantos golpes en la mesa como indique su posición en la secuencia. Por su parte, para explicar cuántos animales aparecen en esa carta, dará tantas palmadas como su número. Así, si por ejemplo su carta representa tres moscas, y de acuerdo a la secuencia de cartas de la imagen superior, el jugador golpeará cuatro veces la mesa (la mosca se encuentra en la cuarta posición) y dará tres palmadas (hay tres moscas en la carta).
Para complicar aún más el código (el domador tiene que intentar que el resto no se lleve la carta), pueden alternarse los golpes con las palmadas. Así, en este mismo ejemplo, puede dar un golpe, dos palmadas, dos golpes, una palmada y un golpe para representar la carta con las tres moscas. A continuación, pueden ocurrir varias cosas.
En primer lugar, que un jugador adivine la especie y el número de animales de la carta. En ese caso, se guardará la carta en su montón. En segundo lugar, que un jugador diga una respuesta incorrecta. Si eso ocurre, dará una de sus cartas al domador. Por su parte, si es el domador quien se equivoca al crear la secuencia, perderá una de sus cartas y la dejará, junto con la carta actual, en el montón del centro de la mesa. Por último, si nadie acierta el código, el domador podrá quedarse con la carta.
El siguiente jugador se convertirá en el nuevo domador, robando una nueva carta de la pila central. En el momento en que todos los jugadores se hayan convertido en domadores una vez, se barajan las cartas de secuencia, creándose una nueva, y se sigue con la misma mecánica. El jugador con mayor número de cartas en el momento en que se agote el mazo central, se convertirá en el ganador de la partida.
MAYOR O MENOR DIFICULTAD
A lo largo de la partida, se puede optar por crear códigos más caóticos, que alternen las palmas con los golpes en la mesa. Además, dejando a un lado su modalidad básica, cuenta con otras tres en función de su dificultad. Para aquellos que buscan partidas más complicadas, pensadas para mentes más rápidas, se incluyen las cinco especies de animales, con sus correspondientes secuencias de cinco cartas.
Por el contrario, si lo que se quiere es jugar con niños o con personas que se inician en el mundo de los juegos de mesa, también pueden jugarse partidas únicamente con tres especies de animales. Y, para partidas aún más sencillas (que pueden servir para aproximarse al juego o para explicarlo), no se volverá a crear una nueva secuencia de cartas al final de cada ronda.
De esta forma, Domadores de Bichos ofrece partidas para todos los gustos, que continúan con la línea de la colección. La concentración, la rapidez y la atención son las claves para domar a pequeños animales que no acostumbran a dejarse controlar. Al menos, sí que aceptan ser transportados a distintos lugares, puesto que este juego es más que apto para incluirse en cualquier plan veraniego.
COMPONENTES DE JUEGO
- 50 Cartas de Animales (10 de cada especie, numeradas del 1 al 5)
- 5 Cartas de Secuencia (una para cada animal)
- Instrucciones
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