Dos criaturas avanzan por distintos escenarios. Resuelven juntas varios rompecabezas y se ayudan en los momentos más complicados. Esta historia no se alejaría de cualquier otro juego de plataformas, de no ser por una particularidad.
Cada vez que una de las dos quiere reducir su tamaño, con el fin de alcanzar lugares más altos, puede hacerlo. También puede aumentar su peso, para coger pesadas cajas o activar trampolines. Sin embargo, cambiar la forma implica modificar, inevitablemente, la del compañero. Así es Shift Happens, una original apuesta en la que las discusiones están aseguradas.
SHIFT HAPPENS EN STEAM, XBOX ONE Y PS4
Shift Happens es un juego de plataformas y puzles, desarrollado por Klonk Games y editado por Deck13. El pasado mes de febrero se puso a la venta en Steam, en su versión para Windows, y en Xbox One. Desde hace unos días, también forma parte del catálogo de PS4.
Disponible únicamente en formato digital, su precio es de 14,99 euros en las tres plataformas. Con textos e interfaz en castellano, se compone de 40 escenarios, divididos en cuatro mundos: el laboratorio, el bosque, el cañón y la gruta.
Aunque puede disfrutarse de forma individual (ya entraremos en detalles más adelante), se conforma como una apuesta para dos jugadores, en modo local y online. Ambos cooperan para completar cada nivel y, a ser posible, hacerlo con tres estrellas y con todos los extras. Este clásico sistema de estrellas fomenta la rejugabilidad en el género y Shift Happens no es la excepción.
¿POR QUÉ ME HACES ESTO JUSTO AHORA?
Bismo y Plom son los protagonistas de la aventura. Diferenciados por su color, son dos masas gelatinosas, creadas en un laboratorio. Todo marcha sobre ruedas. Pueden moverse y saltar a su antojo y ayudarse en los momentos difíciles. Hasta que todo cambia.
Ambos descubrirán que han perdido la mayor de las libertades. Siguen desplazándose a su antojo, pero ya no pueden cambiar de forma siempre que quieran. O, al menos, sin fastidiar a su compañero. Cada vez que uno decida reducir su tamaño, aumentará el peso del otro, y viceversa. La cooperación adquiere aquí el mayor de los sentidos.
Lo ideal es optar por una buena comunicación. «Te haces grande para traerme esa caja y, mientras, yo me cuelo por ese rincón para alcanzar las monedas». «Grandullón, lánzame hacia arriba y recuerda que me haré grande a medio camino para empujar el puente». Comentar los planes ayuda, pero para nuestra desgracia, no siempre facilita la existencia.
Es muy común que nos cambiemos de forma sin darnos cuenta de que otro debe mantener la suya si no quiere morir. Las broncas llegan a partir de ese momento y no hay nada peor que no ponerse de acuerdo. Todos los puzles requerirán de una actuación conjunta y compenetrada. De lo contrario, veremos como la muerte nos acecha una y otra vez.
LA «VERDADERA» COOPERACIÓN
Cada vez que un personaje sea aplastado, se pinche o se caiga al agua, morirá. Podrá volver a la vida casi en el lugar exacto en el que había desaparecido, pero tendrá que ser el compañero quien le haga regresar. Si mueren los dos a la vez y no quedan vidas, no quedará otro remedio que volver a empezar el nivel. Con todas sus consecuencias.
A través de unos controles sencillos e intuitivos, Bismo y Plom correrán, saltarán o activarán palancas. El grande podrá utilizar su peso en los trampolines, coger cajas o lanzarlas por los aires, así como a su compañero, para hacerle llegar a los rincones imposibles. El pequeñín tendrá una mayor destreza para el salto y una agilidad sin límites.
Las posibilidades de cada uno deben tenerse en cuenta a la hora de resolver cada rompecabezas. En ocasiones, se hará necesario que los dos cooperen en una misma actividad, ya sea para empujar una caja pesada o para pulsar un interruptor. Si los dos llegan hasta la meta sanos y salvos, el nivel quedará completado.
Ahora bien, ¿realmente es un juego cooperativo? Queda claro que si los dos no llegan, no se podrá acceder al siguiente reto, pero es interesante comprobar como no todo es tan maravilloso como aparece. En toda la aventura, se sabrá cuántas monedas y bonificadores ha cogido cada uno. Al final de cada nivel, se hace balance para ver quién ha conseguido más.
Independientemente de quién tome cada elemento, el éxito será común. Sin embargo, siempre resulta más divertido superar al compañero. De ahí que, cada vez que uno muera, el otro recoja todas las monedas que se le han caído, antes de devolverle a la vida… Suerte que sus creadores fueron conscientes de todas las amistades que romperían e intentaron frenar las discusiones con las situaciones humorísticas y los bailes protagonizados por sus personajes.
¿Y SI QUIERO JUGARLO SÓLO YO?
Ya sea porque nos hayamos cabreado con nuestro compañero o porque prefiramos enfrentarnos a los retos de forma independiente, Shift Happens cuenta con la posibilidad de jugarse individualmente, a través de 30 niveles. Sin embargo, si ya hemos probado antes el multijugador, echaremos de menos más de la cuenta a nuestro compañero.
En ella, la dificultad aumenta, no por los puzles, sino por su manejo. El jugador controlará a uno de los personajes y, si decide cambiar de forma, se pondrá en la piel del otro. Así, uno quedará siempre inactivo, esperando a que decida utilizarlo. Los rompecabezas siguen estando diseñados para dos, aunque se anuncie lo contrario, por lo que se hará necesario cambiar de protagonista cada pocos segundos.
La rapidez mental y los reflejos se vuelven más importantes que nunca. Sobre todo, si queremos seguir recogiendo todas las monedas y bonificadores. Suerte que, al menos, tenemos todo el tiempo del mundo, excepto en alguna que otra ocasión…
SHIFT HAPPENS: CONCLUSIONES
No se puede negar que Shift Happens parte de una mecánica clásica para convertirse en una apuesta original. A través de una colorida estética y sin grandes lujos, todo el protagonismo recae en una jugabilidad pensada para dos personas.
Su rejugabilidad, así como la enorme dificultad en algunos momentos, son sus mejores armas, junto al humor que se desprende en sus situaciones y en el texto como solución a los problemas. Por norma general, sus niveles son cortos y sencillos. Sin embargo, conseguir todos los elementos, con sus correspondientes tres estrellas, resulta más complicado de lo que parece.
Shift Happens cuenta con varios niveles extra, que pueden llegar a ser mucho más interesantes que los demás. En ellos, prima la rapidez y una coordinación máxima, y no hay tiempo para errores. Sus sencillos controles y esa competición que se crea dentro de la cooperación, completan sus puntos a favor.
Por desgracia, esta apuesta también cuenta con elementos negativos. Todos los retos son muy parecidos entre sí, y se echa de menos esa dificultad propia de los niveles extra. Aunque cambia el escenario de fondo, pueden llegar a resultar bastante monótonos. Por su parte, los jugadores habituales del género no encontrarán ninguna dificultad en sus puzles.
Quienes buscan gráficos realistas o espectaculares, tampoco encontrarán en Shift Happens su juego perfecto. Sus 40 niveles pueden entretenernos durante un par de tardes, pero dejarán de suponer un reto antes de tiempo. Tal vez, hubiera sido preferible introducir menos desafíos, pero con más diferencias entre sí.
En definitiva, estamos ante un divertido juego con el que echar unas risas (o perder amigos), que sirve para descansar entre partida y partida. Se necesita paciencia y empatía para poder disfrutar de él.
Análisis realizado en la versión de PS4.