Adopta’m, el amor a los animales en un juego de mesa
Nadie me había mirado jamás con esos ojitos tan tristes. Nadie. Con Sopa fue distinto. Algo en su interior le decía que tenía que dar […]
Nadie me había mirado jamás con esos ojitos tan tristes. Nadie. Con Sopa fue distinto. Algo en su interior le decía que tenía que dar […]