110 cartas. Letras amarillas, verdes, azules y rojas. Varias opciones de turno y dos objetivos, de los que elegir uno. Así se resume Dinamita, un nuevo juego de cartas que acaba de ponerse a la venta. Su sencillez y sus partidas rápidas son sus elementos de presentación.
LIBERTAD PARA DECIDIR CÓMO GANAR
Dinamita es un juego de cartas de 2 a 8 jugadores, con partidas de 15 minutos de duración. Creado por Antoni M.R., ya se encuentra a la venta de la mano de Smiling Goblin. Su lanzamiento llega tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami en la que recaudó 4.141 euros, de los 3.500 marcados como objetivo inicial.
Esta apuesta destaca por su sencillez en cuanto a reglas y por la rapidez de sus partidas, pero también por la libertad que ofrece a los jugadores. Éstos cuentan con tres opciones dentro de su mismo turno, en función de la estrategia a seguir. Además, ofrece dos posibles formas de ganar.
La primera de ellas llega al deshacerse de todas las cartas. La segunda, al crear la palabra ‘Dinamita’ con las cartas de la mano. Ambas tienen sus inconvenientes, a lo que hay que sumar las inesperadas explosiones, que ponen las estrategias patas arriba en el peor momento. Y es que jugar con explosivos tiene sus riesgos…
UNA PARTIDA A DINAMITA
Cada jugador recibe seis cartas. El resto pasará a formar parte del mazo central, del que robar cartas a lo largo de toda la partida. Se descartará la primera, que deberá ser una letra. Tras decidir quién será el inicial, comienza el juego. Durante su turno, el jugador debe llevar a cabo una acción, a elegir entre tres.
La primera pasa por robar una carta del mazo. En la segunda, robaría una carta y, a continuación, descartaría una de su mano. La tercera opción pasa, simplemente, por el descarte de una. ¿Y qué significa descartar una carta? Esta acción implica dejar una carta de la mano encima de la mesa, atendiendo a unas condiciones.
Una carta solo puede colocarse encima de otra si coincide su color o su símbolo. Es decir, una ‘N’ verde podría colocarse sobre cualquier carta de ese color o sobre una ‘N’ roja, azul o amarilla. Además de cartas formadas por letras, Dinamita se compone de otras ocho diferentes.
Así, está presente la que cambia el sentido del turno (o el asiento entre jugadores), la que permite saltar al siguiente o a los dos siguientes y aquélla que deja intercambiar la mano o un determinado número de cartas con otro jugador. La carta señalada como ‘+-2’ obliga al siguiente jugador a robar dos nuevas cartas del mazo o a descartarse dos, siendo el jugador que la ha puesto en juego quien elige.
Todas ellas están representadas en los cuatro colores del juego, por lo que solo podrán descartarse atendiendo a las reglas de color y símbolo. Por su parte, el comodín funciona como cualquier otra carta, mientras que el detonador tiene la función que los jugadores escojan antes de comenzar la partida, atendiendo a su imaginación.
Por último, las cartas de Dina y Mita se conforman como el alma del juego. Antes de realizar cualquier otra acción, si el jugador posee la carta de Dina debe ponerla en juego. Empezando por su dueño, uno a uno extraen cartas del mazo. En el momento en que una carta coincida con el color de Dina, se producirá una explosión y ese jugador se llevará todas las cartas que se encuentren encima de ella, más una extra del mazo.
Imaginemos que un jugador acaba de obtener la carta de Dina de color rojo. La deja a un lado y extrae la primera carta del mazo, que resulta ser un cambio de sentido verde. La coloca encima de Dina y el siguiente jugador extrae una nueva carta. Se trata de una ‘D’ azul, así que la deja encima de la última colocada. El tercer participante saca una nueva carta, que resulta ser una ‘A’ roja. Como coincide con el color de Dina, este último se llevará las tres cartas más una del mazo.
La única forma de anular el efecto de Dina es con la carta Mita, independientemente de su color. Al utilizarla, la carta de Dina y las que estuviesen sobre ella pasan a formar parte del montón de descarte. Esta mecánica se repite hasta que un jugador se haya quedado sin cartas en la mano o hasta que haya formado la palabra ‘Dinamita’ con ellas.
En cualquier de estos dos casos, la partida finalizará y el jugador se proclamará vencedor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se pueden tener 14 cartas en la mano. Si alguien suma esta cantidad al final de su turno, se eliminará automáticamente del juego.
LO MEJOR Y LO PEOR DE DINAMITA
Quien ya se haya hecho con Dinamita estará de acuerdo en que rapidez y sencillez con los términos que mejor definen el juego. Las instrucciones se leen en menos de cinco minutos, por lo que tras recibir el juego solo habrá que esperar unos instantes para jugarlo.
La preparación de sus componentes tampoco llevará mucho tiempo (se barajan las cartas, se reparten seis a cada jugador y se coloca una en el centro). Esto facilitará que podamos jugar una partida detrás de otra sin la pereza que supone comenzar de nuevo. Algo muy común, ya que estamos ante un juego adictivo, ideal para jugarse en cualquier lugar. Su pequeño tamaño facilita su transporte.
Disputar solo una partida es casi imposible, sobre todo si no logramos hacernos con la victoria en el primer intento. ¿Por qué habré intentado quedarme sin cartas cuando solo me quedaba una letra para formar la palabra ‘Dinamita’? ¿Quién me manda a mi robar una nueva carta y tener que aplicar el efecto de Dina? ¿Por qué llevo varias rondas con una carta en la mano y no consigo ganar? ¿Y si hago que el siguiente robe dos cartas y completa la palabra? ¿Mejor que se descarte dos?
Dinamita está repleto de decisiones estratégicas, que cambian en función del azar. A simple vista puede parece una nueva versión del clásico UNO. Resulta obvio que comparte muchas semejanzas con él, pero puede considerarse un juego mucho más avanzado. Mientras que en el primero la única forma de ganar es deshacerse de todas las cartas, en éste hay dos posibles formas de alcanzar la victoria.
El límite de cartas en la mano también suma emoción a las partidas. En Dinamita también se juegan cartas atendiendo al color o al símbolo y aparecen aquéllas que cambian la dirección de turno o que obligan a robar nuevas. Sin embargo, el resto de cartas, junto a las de Dina y Mita modifican el juego. Especialmente estas dos últimas, principal atractivo del juego.
La explosiones son uno de los momentos más emocionantes del juego y cambian por completo el transcurso (y los planes) de la partida. Por último, destaca la idea de la carta del detonador, que ofrece libertad para idear una acción. En su manual de instrucciones se proponen ideas como no hablar durante tres rondas o hacer explorar al último que se levante de la silla.
Con todo ello, es una apuesta ideal para quienes buscan juegos rápidos, así como para niños y personas poco aficionadas a los juegos de mesa. A pesar de tratarse de un juego de colores, sus cartas incluyen símbolos para daltónicos, una propuesta que amplía el margen de futuros jugadores.
Sin embargo, no todo es positivo. Hay que tener en cuenta que las cartas son algo más finas de lo habitual y que si las enfundamos, la caja podría no cerrar muy bien. Como decíamos, se trata de una apuesta sencilla y divertida.
Aunque quizás, esa sencillez y su gran parecido con el UNO (es inevitable que más de uno grite ‘Uno’ cuando solo le queda una carta en la mano) podrían ser dos causas que lo alejen de los grandes aficionados a los juegos de mesa, que acostumbran a disfrutar de otro tipo de juegos.
COMPONENTES DE JUEGO
- 64 Cartas de Letra
- 32 Cartas de Actividad
- 4 Cartas de Dina
- 4 Cartas de Mita
- 4 Cartas de Comodín
- 2 Cartas de Detonador
- Instrucciones
2 thoughts on “Dinamita: la explosión que pone patas arriba el objetivo”
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