Tao Long: el silencio y la concentración en un intenso duelo

Tao Long

Vencer en una partida a Tao Long no es moco de pavo. Requiere de altas dosis de concentración, de una mirada en perspectiva y de una gran capacidad de reacción para adaptarse a los imprevistos. No es para menos, ya que la victoria otorgará cien años de influencia sobre la humanidad.

Tao Long ya es una realidad en castellano, de la mano de TCG Factory. Reseñamos esta esperada novedad, presentada como un duelo estratégico que poco o nada tiene que envidiar a los clásicos del género. Ni en componentes ni en mecánicas.

 

TAO LONG Y LA LUCHA ENTRE DRAGONES

Tao Long es un juego de mesa para 2 jugadores, con partidas de 20 minutos. Recomendado para mayores de 14 años, es una creación de Fuxi, Pedro Latro y Dox Lucchin. Sus ilustraciones corren a cargo de este último.

Financiado mediante una campaña en Kickstarter, se convirtió en una realidad de la mano de ThunderGryph Games. En un acuerdo con la editorial, que le permitirá publicar otros juegos, la distribuidora TCG Factory es la responsable de su edición en castellano.

Tao Long
Componentes de juego.

Ya a la venta desde principio de marzo, a un precio de 24,95 euros, llena las mesas de planes estratégicos. Sus participantes se ponen en la piel de Tianlong y Dilong, el dragón del cielo y de la tierra, respectivamente.

Cada cien años, protagonizan una lucha para dirigir a la humanidad en el nuevo siglo. Están unidos por el Tao, considerado la madre del universo y, a su vez, por el Ba Gua, la rueda de los ocho signos, con los opuestos de los que se compone el mundo.

 

TAO LONG: UNA PARTIDA

El primer paso es escoger un dragón y un escenario, colocando los elementos en sus lugares del tablero de la humanidad. La otra parte, representa el tablero del Ba Gua, donde se situarán las piedras blancas y negras y las de fuego. Cada participante comienza con cuatro de agua.

El dragón blanco empieza la partida. Durante su turno, llevará a cabo dos fases: Espíritu y Materia. Le seguirá el dragón negro y así sucesivamente. Esta mecánica se repite hasta que un dragón pierde sus tres segmentos. Se girará su pieza de cabeza para indicar la derrota.

1. Fase de Espíritu.

El jugador escoge uno de los ocho espacios del Ba Gua para mover todas las piezas que hubiera en él. El movimiento se efectúa en el sentido contrario a las agujas del reloj, y colocando una por casilla. La acción correspondiente a la casilla en la que caiga la última piedra, se efectúa en la fase de Materia.

Preparación de la partida.

2. Fase de Materia.

Se realiza la acción correspondiente a la última piedra movida. Existen ocho posibilidades, representadas gráficamente en el mismo tablero de Ba Gua.

Para realizarlas, es preciso que la cabeza del dragón esté orientada en la dirección que se indica en cada casilla. Tras mover la cabeza, el resto del cuerpo del dragón avanzará en esa dirección, siguiendo la misma lógica. Las casillas de portales o de obstáculo deben tenerse en cuenta.

Si al final de la fase la cabeza del dragón activo acaba adyacente a cualquier parte del dragón rival, éste recibe un mordisco. Devuelve una piedra de agua al centro del Ba Gua.

– Cielo y Tierra. Permiten mover al dragón una o dos casillas, ya sea en vertical (cielo) o en horizontal (tierra).

– Viento y Trueno. Permiten girar la cabeza del dragón de vertical a horizontal (viento) y avanzar un espacio y de horizontal a vertical (trueno) y avanzar un espacio. A continuación, el jugador podrá realizar una nueva fase de Espíritu y Materia.

Tao Long
Fase de Espíritu.

– Lago y Montaña. Permiten mover al dragón un espacio, en cualquier dirección, siempre que la cabeza estuviera orientada en vertical (lago) o en horizontal (montaña).

– Fuego y Agua. Ambos elementos sirven para mover un dragón un espacio, en cualquier dirección, sin importar la orientación. El fuego permite elegir entre tomar una piedra de fuego del centro de Ba Gua, para incorporarla a su lado del tablero, o expulsar.

Esta segunda opción funciona como ataque a distancia. Tras colocar la regla, de tal forma que coincida la boca del dragón, se comprueba en qué punto se daña al rival. Éste recibe tanto daño como indique el punto de la regla, más tantas piedras de fuego como tenga el atacante, devolviéndolas después a la reserva.

El atacado devuelve a la reserva tantas piedras de agua como correspondan a ese número. Tras perder cuatro, vuelve a recuperarlas, pero tendrá que eliminarse la parte de su dragón más alejada de la cabeza.

El agua funciona igual, salvo que el jugador toma una piedra de agua de la reserva o expulsa. La bonificación de esta segunda opción está determinada por la cantidad de piedras de agua que haya en la reserva del Ba Gua.

 

LAS OTRAS OPCIONES DE JUEGO

Siguiendo las reglas básicas, Tao Long cuenta con distintas modalidades de juego, a aplicar una vez que se domine el juego básico. En Monje, se tiene en cuenta el color de las piedras del Ba Gua.

Tao Long
Fase de Materia.

Así, cuando cuatro coinciden en una misma casilla, el dragón de ese color realizará la acción correspondiente a ella. Cuando haya cuatro de un mismo color en el cielo, la tierra, el fuego y el agua, quien tenga ese color ajustará sus piedras de fuego y agua al número que tenga el rival.

En Maestro, entra en juego la moneda de cambio para marcar la dirección en la que se mueven las piedras, atendiendo a al color de la mayoría de piedras que se tomen. En El Elegido, se elimina el tablero de la humanidad, para llevar la cuenta de los movimientos de memoria. Cuenta también con modalidad en solitario.

Respecto a los escenarios, aparecen aquéllos protagonizados por los portales o por las piedras, para romper o delimitar espacios. En el llamado Pueblo, un dragón defiende esa loseta, causando daños al rival si se acerca, mientras que el otro trata de destruirlo.

 

TAO LONG: CONCLUSIONES

No hay duda. Tao Long es uno de los juegos de mesa más bonitos de los últimos tiempos. Este perfecto homenaje a la filosofía china puede presumir de su precioso diseño, en el que resulta muy sencillo perderse. Las cuidadas ilustraciones van de la mano de unos componentes de calidad, a través de fichas muy gruesas y resistentes, difíciles de encontrar hoy en día.

Se complementan con unas detalladas y esquemáticas instrucciones, donde también se incluyen leyendas y símbolos. Sus creadores parecen querer dejar claro que se disfruta más metiéndose en el papel. Y están en lo cierto.

Tao Long
Un ataque en plena ejecución.

Ahora bien, ¿qué hay de su jugabilidad? Estamos ante un duelo estratégico que parte de mecánicas revolucionarias e innovadoras. Empiezan con su mismo tablero, dividido en dos partes: una para la planificación y otra para la acción.

Es en la primera donde se suceden todos los quebraderos de cabeza. Mover las piedras para escoger una acción es el menor de los problemas, ya que hay otras muchas preocupaciones. En ocasiones, es preciso centrarse en preparar el escenario de cara al siguiente jugador. Dejarle sin demasiadas opciones puede ser tan útil como escoger la mejor acción.

Si ya hemos dejado atrás el modo básico, comprobaremos como cada piedra es clave. Unir unas o trasladar otras a una determinada casilla puede proporcionarnos alguna ventaja. O, mejor aún, una desventaja para el contrario. Y eso por no hablar de los cambios de dirección.

Con tantas opciones ante nuestros ojos, la concentración y la capacidad para mirar en perspectiva se vuelven más que necesarias. Adelantarse a los movimientos del rival es un buen paso en el camino hasta la victoria. Por contra, un pequeño error puede alejarnos a pasos de gigante.

No tardaremos en comprender que el equilibrio entre un buen ataque y una buena defensa puede ofrecernos grandes resultados. Esquivar al dragón contrario, haciendo uso de los portales, puede darnos un tiempo extra para recargar nuestra reserva de agua (vida) o de fuego y para apostar por pocos ataques, pero muy eficaces.

Tao Long
El dragón blanco ha perdido la partida.

Respecto a esa segunda parte del tablero, lugar donde se aplican las elecciones de la fase anterior, es en él donde se potencia la rejugabilidad y la interacción máxima. Teniendo en cuenta que Tao Long incluye distintas modalidades y escenarios, las combinaciones son muy numerosas.

Una partida nunca será igual que la anterior. Aunque compitamos contra el mismo rival. De todas sus posibilidades, el Pueblo es una de las que más se disfruta, así como el modo Monje. La defensa y derrota de todo un pueblo, atendiendo al tipo de piedras, no tiene precio.

Con elementos que recuerdan a los clásicos estratégicos para dos jugadores, estamos ante un juego fácil de entender, pero difícil de dominar. Si bien es cierto que la dificultad la marca el nivel del contrario, hay que admitir que estamos ante un juego que no regala victorias.

Explicar y comprender sus reglas no nos llevará demasiado tiempo. Su útil regla de los ataques, propia de los ‘wargames’, resulta tan útil como los símbolos de su tablero (permitiéndonos huir de las clásicas hojas de ayuda). La misma lógica será la que nos indique cómo desplazar la cola del dragón para seguir el movimiento iniciado por la cabeza.

Sin embargo, es habitual que en las primeras partidas a cada modo olvidemos varias cosas. ¿El viento no me daba un turno extra? ¿Cómo me he podido dejar la bonificación otorgada por el ataque con agua? ¿Había mayoría de piedras negras para ir en sentido contrario? ¿Me he saltado el equilibrio? Conviene tener paciencia. En el siguiente intento, todo irá bien.

Tao Long
Los distintos modos y escenarios potencian su rejugablidad.

Siguiendo con las mecánicas revolucionarias, destacan las elecciones de las acciones y los mismos ataques. El hecho de tener controladas hasta las piedras de agua de la reserva general es algo que no acostumbra a verse por ahí. Son estos pequeños detalles los que permiten que el jugador se siga sorprendiendo, partida tras partida.

Con ello, antes de adquirir esta novedad, es preciso saber que está indicada a los jugadores más estratégicos. A quienes disfrutan de los minutos de silencio, donde cada pausa es aprovechada para pensar. A los que les gusta tenerlo todo controlado y poder presumir de una mente ágil en un complicado reto. A los que valoran los bonitos diseños.

Por contra, podría alejar a los más impacientes y a quienes lo abstracto se queda fuera de su rango. Como es habitual en este tipo de juegos, existen momentos de análisis parálisis. Sin embargo, los esquemas de la zona del Ba Gua harán que no duren demasiado.

Con todo ello, esta preciosa novedad de reglas originales cumple al máximo las expectativas generadas desde su presentación. Además, incluye un modo en solitario que no debe pasar desapercibido.

Si se sabe disfrutar de cada uno de sus elementos sorprendentes, sin ninguna prisa, llegaremos a la conclusión de que sus mecánicas podrían marcar un antes y un después en el género. Al fin y al cabo, podrían influir en los acontecimientos de los próximos cien años, fruto del duro trabajo de sus dragones.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 8 Fichas de Ba Gua
  • 8 Fichas de Fuego
  • 8 Fichas de Agua
  • 8 Losetas de Dragón
  • 8 Losetas de Roca
  • 8 Losetas de Portal
  • Ficha de Pueblo/Gran Roca
  • Regla de Daño
  • Moneda de Cambio
  • Tablero de Juego
  • Instrucciones

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