En ocasiones, escapar de un laberinto puede llegar a ser incluso más difícil que huir de una prisión. Y más todavía si las paredes de este laberinto son mecánicas y los rivales utilizan su inteligencia para moverlas. Así es Sector 6, un nuevo juego de mesa que podría ponerse a la venta este año.

ESTRATEGIA EN EL INTERIOR DEL LABERINTO

Sector 6 es un juego de mesa de 2 a 6 jugadores, con partidas de 60 minutos de duración e indicado para mayores de 10 años. Esta apuesta, creada por Jaime González García, ya ha terminado sus fases de diseño y de testeo, por lo que se encuentra buscando financiación para empezar a editarse y a distribuirse.

A la espera de que su creador encuentre la manera de ponerlo a la venta, se han confirmado numerosos detalles del juego. En primer lugar, que está basado solo en la estrategia. De esta forma, se renuncia al azar, dejando la victoria en las manos de los jugadores.

Cada uno de ellos se convierte en un preso con la misión de recorrer un laberinto mecánico en busca de puntos de victoria. El que más consiga será el ganador de la partida, aunque no resultará sencillo. El resto, a la vez que busca los puntos, moverá paredes para encerrar a sus rivales. Esto es posible gracias a su tablero modular, que permite crear miles de posibilidades de juego y, con ellas, planes diferentes para cada partida.

Desde su web oficial, se ha explicado también su mecánica de juego. Antes de empezar la partida, cada jugador obtiene las dos fichas de su color, así como una pila de losetas, idénticas a las de sus rivales. Estas losetas deberán permanecer en una pila boca abajo. A continuación, y de uno en uno, irán colocando sobre la mesa todas las losetas, haciendo coincidir sus pasillos. Entre ellas, se colocará también la loseta con el punto de inserción de cada jugador, que indica en qué lugar se situarán los peones de cada uno.

Una vez que estén todas sobre la mesa, comienza la verdadera competición por recoger los puntos esparcidos por el tablero. En su turno, cada jugador puede mover uno de sus presos hacia una loseta adyacente, siempre y cuando la disposición de las paredes lo permita. Por su parte, también puede girar otras losetas, con la intención de atrapar a sus rivales o de abrir nuevos caminos. Esta rutina se repetirá hasta que no queden puntos sobre el tablero.

En ese momento comenzará el recuento, siendo el ganador (y merecedor de la libertad) aquel que haya sumado más puntos. Como adelanto, su creador ha confesado que las partidas tienden a estar muy igualadas, por lo que cada punto será decisivo para alcanzar la ansiada libertad.