Mi Tierra: Nueva Era (segunda edición) acaba de finalizar su campaña en Kickstarter con éxito absoluto: 45.975 euros recaudados a través de 974 personas. Ahora, con la intención de llegar a un mayor número de jugadores y de seguir desbloqueando mejoras, prueba suerte en Verkami.
¿Y SI YA APOYÉ EL JUEGO EN KICKSTARTER?
Mi Tierra: Nueva Era es un juego de mesa de 2 a 6 jugadores, creado por Alberto Abudinen y Diego Benavente de la mano de Aldebarán Games. Con este nuevo nombre se presenta la segunda edición de Mi Tierra (2010), juego de tablero basado en la gestión de recursos y en la colocación de trabajadores.
¿Qué diferencias encontramos entre ambas? En esta segunda edición se apuesta por una mejora de los componentes. Los cubos y las semillas son reemplazados por meeples personalizados, mientras que el tablero es de mayor calidad.
Para aumentar el número de participantes (en Mi Tierra podían jugar de 2 a 4), se han introducido dos nuevos tableros individuales. Respecto a su jugabilidad, se añaden «eventos, el rodeo, el agua, caballos y nuevas mejoras industriales», en palabras de sus creadores. La partidas son más rápidas y el libro de instrucciones es más conciso.
Ahora bien, ¿qué ocurre si ya hemos comprado esta segunda edición en la campaña de Kickstarter? La idea de sus autores, junto al sello JcK, es que ambas campañas estén unidas. Es decir, los jugadores que adquiriesen su juego en Kickstarter verán como, en caso de desbloquarse nuevas mejoras, también estarían incluidas.
Por su parte, los mecenas que compren su juego en Verkami, también se aprovecharán de los extras desbloqueados en Kickstarter. Entre las desbloqueadas en esta primera campaña aparecen tres nuevas expansiones, instrucciones en más idiomas, nuevas reglas para dos jugadores o más cartas de evento.
Las nuevas metas a desbloquear pasan por cartas de mercado y de recursos adicionales, cartas de referencia y expansión de objetivos de fin de juego.
En esta ocasión, con la unión de la editorial española GDM Games, el juego tiene un precio de 41 euros, con gastos de envío a España gratuitos. También aparece la posibilidad de comprar varias copias o de ponerle un nombre a uno de los mercados.
En caso de que supere su meta inicial, marcada en 2.000 euros, los mecenas recibirán sus recompensas en octubre de este año. Esta segunda edición se conforma como un juego de edición limitada.
EN LAS GRANJAS DE CHILE
En Mi Tierra: Nueva Era, los jugadores se ponen en la piel de granjeros, que compiten por ser los más ricos de la zona. Ambientado en los campos de Chile, se basa en la producción de bienes y en el propio comercio.
A lo largo de distintas rondas, cada jugador enviará a sus trabajadores al tablero en busca de animales y semillas y asistirá a diferentes eventos. A través de sus tableros individuales, los participantes plantarán semillas y criarán animales.
En función de los avances tecnológicos disponibles, los recursos presentarán una evolución. Las uvas podrían utilizarse para crear vino, mientras que las vacas se ocuparían de dar leche. Así, las fábricas serán clave para manufacturar recursos y para combinarlos, dando lugar a nuevos productos para vender.
No todos tendrán el mismo valor en el mercado. Es por ello que existen múltiples estrategias. Podremos centrarnos en la producción de leche, de chaquetas de lana o en el entrenamiento de caballos. La toma de decisiones es constante a lo largo de todas las variantes que ofrece y que aportan distintos niveles de dificultad.
Inspirado en Los Pilares de la Tierra y en Agrícola, Mi Tierra: Nueva Era destaca por la libertad a la hora de realizar acciones, por la gran diversidad y detalles en ellas y por su sencillez con rondas estructuradas. En cuanto a su estética, sus ilustraciones aportan ternura y colorido.
Como juego de gestión de recursos y de colocación de trabajadores, los planes premeditados podrían acercarnos a la victoria. El azar aparece a través de los dados y de los eventos, para simular los contratiempos que también tienen lugar en la vida real. Sus instrucciones en castellano ya están disponibles.