Guantini Manoplof, creador de El Tesorero, define su juego de cartas como una apuesta «que trata con humor, ironía y crítica la corrupción en España». Inspirado en Monopoly, Deal y Palé, acaba de iniciar una campaña de búsqueda de financiación.
PAGAR Y COBRAR EN SOBRES
El Tesorero no es el primer juego de mesa que toma la corrupción española como tema principal. Directa o indirectamente, antes ya lo hicieron D€mocaria, ¡Que viene la Troika!, Lord of the P.I.G.S. o Corruptopolis.
En esta ocasión, con partidas de 2 a 5 jugadores y de 20 minutos de duración, los participantes competirán por acumular propiedades y sacar provecho económico de ellas. Ya sea a través de partidas breves o largas, recomendadas por su autor para los aficionados a los juegos de mesa, el objetivo pasa por arruinar al resto.
A 14 días para que finalice la campaña en Verkami, es posible apoyar el proyecto. Por 25 euros, recibiremos un ejemplar del juego; por 35 se añadirá la película B o una camiseta; aportando 40, recibiremos el juego y una suscripción anual y digital a La Marea; por 60 euros recibiremos todos los productos, así como una lámina en formato A3.
En caso de que supere su objetivo inicial, marcado en 5.000 euros, los mecenas recibirán sus recompensas entre finales de mayo y principios de junio. Ya es un proyecto testeado y finalizado (sus ilustraciones corren a cargo de Miguel Rejas).
Inaugurar un aeropuerto, abrir un casino o crear una estación de alta velocidad son algunas de sus opciones. No importa que el aeropuerto no tenga aviones, que el casino se ubique en Europelas o que el tren pase por un pueblo con muy pocos habitantes.
Siempre que se pueda cobrar por ello será completamente válido. Así, los clubes de fútbol, los campos de golf, las rotondas, los canales de TDT y los circuitos de Fórmula 1 completarán las cartas de propiedades. Su adquisición permite obtener riqueza para guardarse en lugares completamente seguros, ya sea Suiza o Andorra.
El proceso de obtener beneficios se basa en las que tengamos de un determinado tipo, así como en el aprovechamiento para construir nuevas.
El proceso podría ser más lento de lo esperado, por lo que, si conseguimos que un alcalde lo acelere, a modo de comodín, tendremos una gran ventaja frente al resto. La figura de El Tesorero será clave para cobrar por las propiedades, en el momento preciso. Esta carta de acción se jugará en el centro de la mesa.
Con el fin de que Hacienda no fruste ningún plan, los jugadores realizarán negocios entre ellos, pagándose y cobrando en sobres. ¿Pero estamos confiando en la persona correcta?
Dado que todos miran por su propio interés económico, no resultará extraño que alguien usurpe propiedades, que pongan a nuestro nombre otras o que den un chivatazo. También a través de cartas de acción. Si esta última opción aparece, lo mejor será echar mano de un juez amigo o de un plan de privatización.