Con el paso de los años, BANG! se ha convertido en un clásico. A sus expansiones y ediciones, se les unió BANG! El Juego de Dados. En éste último, el número de participantes para poder disfrutarse pasaba a ser de tres a ocho, frente a los cuatro, cinco, seis y siete del original.
Pero el problema para muchos jugadores seguía siendo el mismo: se necesitaba reunir a un grupo para disfrutar al máximo de la experiencia. ¿Se hacía necesaria una versión para dos jugadores? Indudablemente sí.
Atendiendo a las numerosas peticiones o pensando en aquellas personas que prefieren disfrutar de los juegos en la intimidad, Emiliano Sciarra presentó BANG! The Duel el pasado año. Bajo el nombre BANG! El Duelo acaba de ponerse a la venta en castellano, de la mano de Edge.
LOS REPRESENTANTES DE LA LEY CONTRA LOS FORAJIDOS
BANG! El Duelo es un juego de cartas para dos jugadores, con partidas de 30 minutos de duración. Ya ha llegado a las tiendas a un precio de 19,95 euros, conformándose como un juego independiente, es decir, que no necesita del original para poder utilizarse.
En este enfrentamiento, un participante se pone en el lado de la ley, con pistoleros como Tex Killer, Wild Bill, Jango, Buffalo Bell o Annie Oakey. Será el otro quien compita en el bando de los forajidos, con Tom Thorn, Cattle Katie, Pearl Hat, Slimp Poet o West Harding como aliados.
El objetivo es simple: acabar con la vida de todos los pistoleros del contrario. Llevar a cabo esta tarea ya requerirá de una buena planificación y gestión de las cartas, así como de un equilibrio entre ataque y defensa.
Tras decidir qué papel tendrá cada uno en la batalla, se reparten los cuatro mazos. Cada jugador tendrá así su mazo de personaje y su mazo de cartas de juego. A lo largo de la partida, robarán cartas del propio, hasta que se agoten. Será en ese momento cuando tomen cartas de un mazo común, formado por los descartes de ambos bandos. Porque, «cuando las cosas se ponen feas, los tipos duros usan cualquier truco disponible».
De su mazo de personajes, cada jugador robará cuatro cartas y devolverá el resto a la caja. De estos cuatro pistoleros, dos permanecerán boca arriba. Los otros los sustituirán conforme vayan muriendo. A través de los marcadores de personaje activo, los participantes decidirán cuál de los dos pistoleros quieren que esté activo y cuál permanecerá en la retaguardia.
Por último, se colocan tantas vidas a cada pistolero, representadas con fichas de bala, como se indiquen en su carta. El bando de la ley robará cuatro cartas de su mazo; los forajidos cinco. En su turno, el jugador llevará a cabo tres acciones.
1. Robar dos cartas del mazo propio (o del común, creado por los descartes, cuando se haya agotado).
2. Jugar cartas y mover el indicador de personaje activo. El jugador pondrá en juego todas las cartas que quiera, tanto de acción como de equipo, mientras que las de BANG! estarán limitadas a una por turno, a menos que se indique lo contrario en las habilidades.
Las primeras se colocan junto al personaje en la retaguardia propio o al lado del personaje activo del rival. Se conforman como ventajas y desventajas permanentes, que permanecerán en juego hasta que el personaje que las posea pierda todas sus vidas. Permiten robar cartas extra del mazo, defenderse o actuar como una dinamita, a punto de explorar, con sus nefastas consecuencias.
Las de acción se descartan tras jugarse y son aquellas que permiten robar cartas, recuperar puntos de vida, realizar ataques colectivos o defenderse. No pueden jugarse sobre el pistolero en la retaguardia del rival. Las cartas de BANG! se juegan sobre el personaje activo del rival y representan escopetas, carabinas o pacificadores que le restarán puntos de vida si no puede defenderse.
Durante esta fase, el jugador puede cambiar una sola vez su marcador de personaje activo. El actual pasará a la retaguardia y viceversa.
3. Descarte de cartas. El jugador deberá finalizar el turno con tantas cartas en la mano como puntos de vida tenga su personaje activo.
Cada vez que un pistolero se quede sin vidas, se reemplazará por otro y su dueño robará dos cartas. Si fuera el último que le quedase, éste pasaría a ser su personaje activo. Aquel jugador que acabe con la vida de ese último pistolero, será el ganador de la partida.
PEQUEÑOS DETALLES QUE CREAN GRANDES EFECTOS
BANG! El Duelo cuenta con una esquemática mecánica de juego. Un jugador lleva a cabo tres acciones durante su turno para tratar de quitar puntos de vida a los dos pistoleros visibles del rival. Sin embargo, cuenta con más elementos de los que puede parecer a simple vista.
A las habilidades de los pistoleros propios se les suman los símbolos de algunas cartas, que indican si una habilidad es permanente o si pueden descartarse, en lugar de realizar su efecto, para obtener una nueva carta en los momentos más críticos de la partida. Son los cuatro símbolos de la esquina superior de las cartas los que se utilizan para desenfundar.
Este efecto, que aparece en algunas cartas, se traduce en robar una carta del mazo y ver qué símbolo contiene. Si coincide con el que se pide en la carta, habrá sido un éxito y proporcionará, por ejemplo, una buena defensa. Por su parte, en la dinamita, encontrar el símbolo que lleva su nombre supondrá la pérdida de tres vidas.
A esto, se le suman las cartas que se activan al principio del turno y las diferentes posibilidades de evitar un ataque. Es muy común que, en las primeras partidas, nos olvidemos de utilizar las habilidades de nuestros pistoleros, que no descartemos las cartas de equipo cuando éstos ya no están o que utilicemos una carta contra el que no toca.
En medio del orden, son varios elementos a tener en cuenta, que crearán partidas más intensas conforme aprendamos a aprovecharlos. El cambio de un personaje activo a otro, llevado a cabo de forma inteligente, será la mejor forma de aprovechar las habilidades. No es para menos, ya que las cartas de equipo y la habilidad de un pistolero sólo tendrán efecto si es el personaje activo.
BANG! El Duelo sigue creando una acción constante, a través de los ataques y de las cartas contra el rival utilizadas en cada turno. Comparte su misma estética y símbolos, así como personajes y armas. Sin embargo, ya no cuenta con las identidades y sus objetivos, uno de los grandes atractivos del juego original.
No tendría sentido haberlo mantenido en una competición para dos, pero tampoco habría estado de más incorporar algún elemento de peso para sustituirlo. Así, esta novedad gustará a quienes se inicien en el mundo de BANG! por primera vez, pero quizás sean los asiduos al juego y a sus expansiones quienes lo encuentren un poco pobre.
No es una simple variante para dos jugadores (y demos gracias de que no se incluya la figura del jugador fantasma), pero tampoco es una revolución en el género. Su principal punto a favor es que se moverá con gran frecuencia de la estantería, ya que cuanto más se juegue y se domine, más adictivos y atractivos serán los duelos.
Como curiosidad también se han puesto a la venta dos tapetes del juego, ideales para ambientar aún más las partidas y para colocar las cartas. Eso sí, para adquirirlos debemos pagar la misma cantidad por ellos que por el mismo juego: 19,95 euros.
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