Probablemente, existan pocas personas en este mundo que no hayan probado, alguna vez en su vida, un juego para vestir, peinar o maquillar a una modelo. Ya sea porque hayamos tenido a una niña cerca (y nos haya picado la curiosidad) o como pasatiempo en las horas interminables.
Existen multitud de opciones hoy en día que permiten probar técnicas de maquillaje sobre una joven y que, siempre, acababan suponiendo el fin de su carrera. Eso por no hablar de los juegos que dejan peinar a alguien y que, también, significarían el final ¿de sus días?
Cansadas de que jugadores aburridos creen auténticos desastres en ellas, llegan las princesas, dispuestas a hacerse respetar. Lo hacen a través de Princess Fashion: Dress Up, un juego gratuito que ya puede jugarse online en Pais de los Juegos.
PERSONA IMPORTANTE = PERSONA CON CAPA
Princess Fashion: Dress Up se conforma como un juego sencillo, muy intuitivo, recomendado para los más pequeños de la casa (y nuevamente para quienes buscan un entretenimiento, para amantes de la moda y, por supuesto, para soñadores). Éstos se introducirán en el armario de una princesa. Una vez iniciado, encontramos a la chica en cuestión.
Nos recibe en su habitación, sobre una suave alfombra y con un enorme cuadro de su castillo. También lo hace en ropa interior, preparada para abrir su armario y confiar en nuestro criterio. En él, existen un total de siete compartimentos, con los que vestir y complementar a la chica desde la cabeza a los pies.
El peinado es el primer paso, seguido por los complementos para el pelo, las joyas, las capas y cuellos, los complementos de mano y los vestidos. Los zapatos ponen el punto final a la personalización. Una belleza real que se precie, a excepción de Cenicienta, tiene que llevar unos buenos zapatos.
En el mismo resumen del juego también se remarca la importancia de finalizar el atuendo con unos brillantes zapatos. Algo lógico si no fuera porque con ningún vestido quedan a la vista. ¡Paradojas de la vida!
A diferencia de otros simuladores, Princess Fashion: Dress Up permite pasar de un apartado a otro con un solo click, sin necesidad de tener que retroceder o de llevar cada cosa de un color por un cambio de idea. Porque, ¿acaso una princesa no merece unos pendientes a juego con el bolso?
Dentro de cada apartado, y a su vez en cada peinado u objeto, aparece la posibilidad de elegir un color, más concretamente, entre doce disponibles. Mientras que los peinados están disponibles en tonos castaños, rubios, azules o incluso blancos (ideales para quienes buscan crear su versión princesa), el resto de complementos llegan en colores brillantes y llamativos: verdes, rosas, amarillos y rojos.
Pero antes de pasar a lo más importante, esto es, el vestido, conviene detenerse en las capas. ¿Acaso vosotros no tenéis una para pasearos con elegancia por vuestro salón? Quizás, el padre de la princesa, un rey que defiende su castillo desde su trono, ya le inculcase a su pequeña la importancia de vestir una buena capa y la elegancia que aporta. Se lleve lo que se lleve. Aunque no combine con absolutamente nada.
SONRÍE, ¡POR FAVOR!
Una princesa no será recordada por su enorme lazo, ni por su abanico. Lo hará por su vestido. Conscientes de ello, los desarrolladores de Princess Fashion: Dress Up han creado diez vestidos largos, símbolo de la elegancia.
Los hay más amplios, más ceñidos, con distinto tipo de escote, con más o menos purpurina y de distinta textura. La seda y esos polvos mágicos que parecen emerger de las prendas, junto a la posibilidad de cambiar su color, conforman el principal atractivo del juego. Sí, seda y purpurina junta. ¿No os hemos convencido con ello para jugar?
Una vez puestos los zapatos (recordad su importancia) y modificado cualquier otro detalle, ya podemos finalizar el trabajo. La ricachona chica posará en un nuevo escenario: el balcón de su habitación de palacio, con vistas a otro mismo palacio. ¿Eing? La atenta mirada de un dragón, con más purpurina entre sus escamas, casi robará el protagonismo de la princesa en la foto.
Porque para ser recordada necesita un recuerdo para siempre, o al menos hasta que hagamos limpieza en el ordenador, en forma de fotografía descargable. ¡Y vuelta a empezar! Si ya hemos creado nuestro álter ego en princesa con pose artificial, siempre podemos hacer lo mismo con María y Paula o con la vecina del quinto.
Puede utilizarse para decidir qué vestido llevaremos a la boda de nuestro primo, y tratar de conseguir uno igual en todas las tiendas del mundo, o para crear princesas y tratar de vendérselas a Disney, en busca de una compra multimillonaria. Como suele ocurrir en el resto de juegos del mismo género, también es válido para arruinar un poco la reputación de la princesa. Como muestra, la imagen que encontraréis sobre estas líneas. ¡Rosa y rojo, piojo!