La lógica me dice que un cubo marrón es madera, uno amarillo es trigo y uno gris es piedra. O me lo decía, si no fuera porque en ese otro juego, los cubos marrones son animales, los amarillos personas y los grises casas. ¿O los rosas eran los trabajadores?
Los amantes de la gestión de recursos y de la colocación de trabajadores se ven obligados, con gran frecuencia, a consultar los manuales de instrucciones en busca de explicaciones a los dichosos cubitos. En otras, son objeto de burla por parte de espectadores que parecen no entender nada entre tanto elemento abstracto. ¿Por qué un cubo blanco es una oveja?
En Mi Tierra: Nueva Era, las ovejas son ovejas, las manzanas son manzanas, los caballos son caballos y hasta las gallinas son gallinas. Estos elementos se convierten en uno de sus principales atractivos en cuanto al apartado visual, combinados con unas preciosas ilustraciones que muestran la parte más tierna de la gestión de recursos.
LA ADMINISTRACIÓN DE LA GRANJA EN BUSCA DE RIQUEZA
Mi Tierra: Nueva Era es un juego de mesa de 2 a 6 jugadores, con partidas de 60 minutos de duración, recomendado para mayores de 12 años. Se trata de una creación de Alberto Abudinen y Diego Benavente, bajo el sello Aldebaran Games, con la colaboración de Ketty Galleguillos.
Se trata de una versión revisada que en España ha visto la luz de la mano de GDM Games, tras una campaña de búsqueda de financiación. Esta segunda edición, que ya está llegando a los mecenas, es de carácter limitado, estando disponible únicamente en las tiendas que apoyaron el proyecto.
En ella, los jugadores se ponen en la piel de granjeros, con el objetivo de obtener más riqueza que sus rivales. A través de granjas individuales, tendrán que construir establos para incorporar animales, así como apostar por plantaciones con un eficaz sistema de regadío.
Podrán hacer uso de las fábricas para sacar provecho a sus recursos o venderlos en el mercado de campo. La interacción en el mercado negro y las competiciones del rodeo con los mejores caballos, completan las posibilidades de juego. Esta edición cuenta con cuatro expansiones, a incorporar a las partidas, así como con distintas variantes.
UNA PARTIDA A MI TIERRA: NUEVA ERA
Tras colocar el tablero en el centro de la mesa, con sus correspondientes componentes sobre él, se reparte una granja a cada jugador, con sus respectivos trabajadores y dos recursos iniciales. El contador de dinero determinará los beneficios obtenidos, mientras que el de orden de turno marcará el ritmo en cada ronda.
Una partida se compone de siete rondas. Las cuatro primeras las marcarán los componentes señalados con la letra A, mientras que las tres últimas estarán protagonizados por los B. Cada una de ellas se compone de tres fases.
1. Fase de Mantenimiento. El contador de ronda avanza un espacio y se revela una nueva carta de evento, con consecuencias para toda la ronda. Si se pasase a una señalada como B, los componentes se sustituirían por los de esta letra.
El participante con menos dinero (situado más atrás en el marcador), será el nuevo jugador inicial. Se revelan nuevas cartas de mercado y de mejora industrial.
2. Fase de Colocación de Trabajadores. Por orden, cada jugador colocará uno de sus trabajadores en cualquier casilla vacía del tablero o en el suyo personal. La fase termina cuando hayan situado al último.
3. Fase de Activación de Trabajadores. Siguiendo el orden señalado en el tablero, los trabajadores comienzan a realizar sus acciones para trasladarse, después, a la reserva.
En el apartado de campo, podrán adquirir establos para colocarlos en su granja personal, así como semillas de manzana, trigo y uvas. El dado determinará la cantidad de vacas, ovejas y gallinas a incorporar. Debe tenerse en cuenta que sólo los animales de la misma especie pueden compartir establo y que en caso de no querer o no poder adquirirlos, se recibirá carne. También es posible contratar a un último trabajador.
En el apartado de ciudad, se puede visitar el molino para obtener gotas con las que regar las plantaciones (con sus respectivos períodos de sequía), adquirir mejoras industriales, a modo de habilidades permanentes o conseguir caballos. Las fábricas permiten transformar recursos en productos de origen vegetal y animal de segundo nivel (harina, barricas, leche, lana y huevos) o en productos terciarios (tartas, jerséis, bebidas o dinero).
En la granja personal, los trabajadores reciben recursos procedentes de sus plantaciones irrigadas, ya sean manzanas, uvas o trigo. Es posible subir de nivel un caballo, siempre que cuente con agua, a cambio de una manzana, sin necesidad de invertir un trabajador. Éstos se utilizan en las rondas que finalizan con rodeo y aportan recompensas económicas a los dueños de los caballos más rápidos.
En los mercados, es posible vender recursos o productos a cambio de dinero. Si se visita el mercado negro, pueden comprarse o venderse tres del mismo tipo. Buena parte de las cartas del mercado se sustituyen conforme se realizan las ventas.
La partida finaliza tras terminar el rodeo de la séptima ronda. Cada jugador suma el dinero obtenido por los conjuntos de bienes de nivel terciario, por sus mejoras industriales con beneficios al final de la partida y por la venta de los bienes sobrantes en el mercado negro. Se añade al dinero conseguido durante toda la partida. El ganador será quien posea la mayor cantidad.
CONCLUSIONES DE MI TIERRA: NUEVA ERA
Las novedades de la segunda edición de Mi Tierra son las que crean la distinción respecto a los juegos del género de colocación de trabajadores y de gestión de recursos. Además de incorporar un tablero de más calidad, los cubos y los peones se sustituyen por piezas con la forma de lo que realmente son, tanto para las semillas, como para los animales y granjeros.
El número de jugadores asciende hasta seis, mientras que se añaden los eventos, el rodeo, los caballos, el agua y nuevas mejoras industriales. Todas estas mejoras crean un juego completo y repleto de detalles, que encantará a los amantes del género. Si ya contamos con la edición anterior, encontraremos varios cambios significativos, pero quizás no los suficientes para pagar de nuevo por él.
A través de una colorida estética, con personajes que presentan su mejor cara, tenemos en esos meeples personalizados a sus principales protagonistas. Abrir el juego y dejarse sorprender por todos ellos es una experiencia casi tan satisfactoria como una partida, puesto que, sin duda, es uno de los juegos más bonitos que tendremos en la estantería. Ahora bien, el diseño no lo es todo.
Aquéllos que aborrezcan el género no disfrutarán lo más mínimo de Mi Tierra: Nueva Era. No sólo posee todas las características propias de él, sino que las potencia. Esta evolución, sin embargo, será el principal aliciente para los que buscan nuevas posibilidades dentro de la gestión.
Comparte con otros títulos la elección de los recursos, que pasan a transformarse para venderse al mejor precio en los mercados. Pero no se queda ahí. Incluye la construcción de establos y el regadío, sin el cual, las semillas nunca darían sus frutos. Los períodos de sequía se convierten, además, en eventos por sí mismos.
Las mejoras industriales, la creación de productos secundarios y terciarios y el rodeo son otros de sus elementos revolucionarios. Subir de nivel a un caballo a base de agua y manzanas puede traer tantos beneficios como apostar por una buena mejora. Dado que cuenta con un buen número de posibilidades, es común que las siete rondas se nos queden cortas.
Será casi imposible haber recurrido a todas las acciones disponibles. Eso sin contar con que, en las primeras partidas, es común que nos olvidemos de más de una. Sus instrucciones son sencillas de comprender y estructuradas (alejaos de ellas los que sufráis con los errores y las faltas ortográficas), pero es frecuente que nos olvidemos de utilizar los eventos o de cambiar algunas cartas.
Mi Tierra: Nueva Era contiene un par de minicartas aclaratorias, pero se echan en falta tarjetas resumen como tales. No supondrá un problema recordar la secuencia de juego, pero sí cuántas vacas se obtenían con un cuatro en el dado, cuántas ovejas con un dos o cuántas monedas se pagaban por las mejoras industriales.
En definitiva, esta novedad es el reflejo de un largo período de testeo y de atender a la opinión de los jugadores. Se crea un juego divertido, emocionante y con el tiempo justo para optar por las mejores elecciones. Un pequeño fallo, sobre todo al no tener en cuenta el orden de las acciones, puede traducirse en quedarse muy lejos de la victoria.
Lo que está claro es que resulta imprescindible apostar por los productos terciarios para ganar. Ya hemos visto como cuenta con pequeños fallos que, a la espera de que puedan ser revisados en una futura edición, lo alejan de ser un juego perfecto. Eso sí, no puede desprenderse de la etiqueta de «juego revolucionario».
Debe tenerse en cuenta que, como juego de gestión de recursos, resultará más que emocionante en las primeras partidas y, aunque no decaerá demasiado (en parte por la incorporación del azar con los eventos, el dado y la disposición de las cartas), es común que se opte siempre por una estrategia parecida.
COMPONENTES DE JUEGO
- 39 Fichas de Animal
- 30 Fichas de Granjero
- 23 Fichas de Semilla
- 10 Fichas de Agua
- 80 Cartas de Recurso
- 48 Cartas de Mercado
- 32 Cartas de Mejora Industrial
- 14 Cartas de Evento
- 12 Cartas de Establo
- 6 Marcadores de Dinero
- 6 Marcadores de Orden de Turno
- Dado de Seis Caras
- Dado de Tres Caras
- 4 Cartas de Ayuda
- 4 Expansiones
- 6 Tableros Individuales
- Tablero Central
- Instrucciones