José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer, Mariano José de Larra y José de Espronceda son los autores estrella de mi colección, por encima de Julio Cortázar, Elvira Lindo y Juan Ramón Jiménez. No porque prefiera Don Juan Tenorio a Platero y yo, sino por mi vínculo especial con Emilia Pardo Bazán.
Es ella quien doblará la puntuación de todas las figuras del siglo XIX, siempre y cuando mis planes no sean demasiado obvios. Podría haber un ladrón de ideas demasiado cerca o un giro argumentativo a la vista, con el que mi único poeta se convierta en el «héroe». Reseñamos Pseudónima, un nuevo juego de cartas.
PSEUDÓNIMA EN VERKAMI
Tal y como os hemos contado en varias ocasiones, Pseudónima recurre a una campaña de búsqueda de financiación en Verkami para convertirse en una realidad. Con 23 días por delante, trata de recaudar 5.000 euros.
El que podría llegar a las mesas de juego esta Navidad, se conforma como un juego de cartas de 2 a 6 jugadores, con partidas de 30 minutos de duración. Se trata del primer título de Editales, cuyas ilustraciones corren a cargo de Israel Pato.
Esta novedad didáctica pretende convertirse en un complemento de aprendizaje en las aulas. Lo hace a través de sus dos modos de juego, muy distintos entre ellos, pero con unos protagonistas en común: los autores españoles e hispanoamericanos más importantes de todos los tiempos.
Su modalidad principal, basada en un sistema de roles ocultos, nos traslada a una época futura. Gran parte de la cultura se ha perdido, por lo que los jugadores compiten por crear una nueva obra. Influenciada por los grandes escritores, tendrán la oportunidad de recuperar ese espacio de la cultura.
PSEUDÓNIMA: MODO PRINCIPAL
Tras barajar las cartas de pseudónimo, se reparten dos a cada jugador. Las mirarán para descartar una de ellas, en secreto. La que deseen conservar también permanecerá oculta ante los demás e incluso ellos mismos sólo podrán mirarla una vez.
Se crea el mazo de autores y se reparten tres cartas a cada participante para conformar su mano inicial. Comienza la competición. Durante su turno, el jugador podrá descubrir una de las cartas de su mano o recurrir a su acción.
La primera opción implica dejarla boca arriba, en su lado de la mesa, para formar parte del recuento final de puntos. Con la segunda, la carta se descarta. Se renuncia a su puntuación, pero se lleva a cabo su efecto en beneficio propio o para frustrar los planes a los rivales.
Así, entre las acciones está la posibilidad de ver un pseudónimo, eliminarlo o realizar intercambios. También es posible robar una carta descubierta, descartar cartas u obligar a perder turnos. La defensa y el efecto rebote también forman parte de la competición.
El turno finaliza con el robo de una carta, para tener tres en la mano. Esta mecánica se repite hasta que el mazo central se agote, sin posibilidad de jugarse más cartas, momento en el que se descubren los pseudónimos. Todos suman los puntos otorgados por los autores de su lado de la mesa, a la vez que aplican las bonificaciones otorgadas por su pseudónimo.
Con ellas, se duplica la puntuación otorgada por los autores de un determinado siglo, por los poetas, por los hispanoamericanos o por las autoras. Se comparan los puntos para comenzar una nueva ronda. El ganador será quien obtenga la victoria en tres de ellas.
PSEUDÓNIMA: MODO AULA
Mientras que en el modo principal de Pseudónima no son necesarios los conocimientos previos, en su modo aula son recompensados. Con posibilidad de jugar hasta 18 jugadores, se organizan los equipos.
Una batalla se estructura en tres rondas, con una duración de treinta segundos cada una: contexto, obra y palabra clave. Durante la primera, el portavoz del equipo irá levantando cartas del mazo, de tal forma que sólo las vea él.
Tendrá que ir describiendo a cada autor atendiendo a su época, al aspecto físico, a su estilo o a sus citas. Por cada autor acertado por parte del equipo, se anotan un punto.
Tras finalizar, pasaría el turno al siguiente equipo. Una vez que todos hubieran completado la ronda, se daría paso a la segunda. En la obra, un nuevo portavoz repetirá la misma mecánica. En esta ocasión, tendrá que nombrar una obra para que su grupo descubra a qué autor pertenece.
En la palabra clave, la tercera ronda, el nuevo portavoz sólo podrá decir una palabra para referirse al autor. El equipo ganador será quien haya acumulado la mayor cantidad de puntos a lo largo de las tres rondas.
PSEUDÓNIMA: CONCLUSIONES
Poder incorporar Pseudónima a las aulas se convierte en su punto fuerte. Los beneficios son numerosos: el conocimiento de figuras clave en la historia, la adquisición de nuevo vocabulario, la mejora de la comunicación y el desarrollo de la capacidad de análisis.
A través de una caja de pequeño tamaño, encontramos un complemento ideal a un libro de texto. Tras probar su prototipo, comprendemos como ese fondo de las cartas es el gran aliado para el aprendizaje. Es con él como la memoria fotográfica entra en juego.
Ya es difícil imaginarse a Camilo José Cela sin una enorme colmena detrás o a Carmen Martín Gaite sin esa Estatua de la Libertad con aspecto de Caperucita. Esas ilustraciones hacen alusión a sus principales obras, haciendo que una persona sin ningún conocimiento sobre literatura pueda empezar a tenerlos (muy a su pesar).
Esta apuesta didáctica cumple la regla de que es posible aprender jugando. Sin embargo, ¿tiene más utilidades fuera del aula? La respuesta es sí. Al fin y al cabo, no sólo los más pequeños pueden desconocer quiénes fueron Leandro Fernández de Moratín, Juan Rulfo o Gonzalo de Berceo…
Al margen de ello, su modo principal resulta divertido y adictivo. A pesar de su enorme sencillez, recurre a la estrategia como uno de sus elementos principales, junto a la toma de decisiones constante.
Una vez recibido el pseudónimo, podemos tratar de coleccionar a los autores relacionados con él (a riesgo de que los demás descubran nuestras intenciones) o hacerlo disimuladamente (perdiendo un valioso tiempo). Decidir cómo utilizar cada carta también determinará el éxito o el fracaso.
Puedo estar ante una carta perfecta, con la que reunir una gran cantidad de puntos al final de la partida, pero ante una acción aún más maravillosa, capaz de desmontar los planes de mi rival.
Los giros inesperados y la destrucción de pseudónimos (con la consiguiente inutilidad de colecciones) hacen que no sepamos quién será el ganador hasta los últimos segundos. Ningún punto está asegurado.
Como bien sabrán los aficionados al género de los roles ocultos, esa emoción seguirá manteniéndose hasta el final. Descubrir que el objetivo de un jugador no era el que nosotros pensábamos, siempre implica sorpresa. Para bien o para mal.
Tal y como recalcan sus creadores, no son necesarios los conocimientos previos para disfrutar de este modo principal. Con su modalidad aula, sí que son clave. Gustará a quienes disfrutan de los clásicos juegos de adivinación de personajes, mientras que el éxito será mayor si ya se ha jugado al principal en varias ocasiones.
Editales, con esa campaña al 68% completada, parece acertar de lleno con esta novedad. La que es su primera incursión en el mundo de los juegos de mesa es el resultado a muchos meses de trabajo y testeo, lo que queda reflejado por completo en sus partidas y en sus ilustraciones.
Estamos ante un producto cuidado, rejugable y abierto a numerosas formas de juego, en complemento a las dos explicadas. Con una larga vida por delante, no enganchará a los amantes de los juegos complejos ni incorporará mecánicas revolucionarias, pero sí gustará a quienes buscan propuestas familiares, sin grandes complicaciones.
A la espera de saber si conseguirá financiarse, destacamos la curiosidad que crea como uno de sus principales atractivos. ¿Por qué Mario Vargas Llosa resta siete puntos a Gabriel García Márquez? ¿Qué ocurre entre Quevedo y Luis de Góngora?
La mala relación entre algunos autores también forma parte de Pseudónima. Esta decisión sirve para humanizar a los escritores, convirtiéndolos en personas más cercanas de lo que puede parecer a simple vista, incrementándose el interés por ellas. Y ya se sabe, no hay nada mejor que la curiosidad de un niño (o de un adulto) para el arte de la enseñanza.
COMPONENTES DE JUEGO
- 45 Cartas de Autor
- 8 Cartas de Pseudónimo
- Instrucciones (castellano)
One thought on “Probamos Pseudónima, el primer juego de Editales”
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