Mercurio confirma que será en las próximas semanas cuando se lancen Matrioska y Monkidú. Además de ponerse a la venta a lo largo de este mes, estarán presentes en el XII Festival Internacional de Juegos de Córdoba, celebrado entre el 11 y el 15 de octubre.
Será allí donde puedan probarse sus juegos lanzados hasta la fecha, así como demostraciones de Esbirros y Nitro. El lanzamiento de ambos está previsto para después de la Feria de Essen, por lo que podrían llegar a las tiendas en noviembre.
MATRIOSKA Y EL COLECCIONISMO DE ANTIGÜEDADES
Matrioska es un juego de cartas de 3 a 5 jugadores, con partidas de 20 minutos de duración. Creado por Sérgio Halaban e ilustrado por Eduardo Bera, está recomendado para mayores de 8 años.
En esta novedad, los participantes se pondrán en la piel de coleccionistas de antigüedades. Todos ellos se preparan para asistir a un prestigioso mercado, donde conseguir preciosas matrioskas. Este término hace alusión a las muñecas rusas de distintos tamaños, que se introducen unas en otras.
A través del negocio y del intercambio con otros coleccionistas, competirán por hacerse con la mejor colección. Reunir un set completo tendrá un enorme valor, así como un grupo de muñecas de diferentes tipos y del mismo tamaño. Se tendrán en cuenta el color y el número de cada carta para su formación.
Tal y como confirma Mercurio, Matrioska posee una mecánica de negociación diferente, complementada con ilustraciones «preciosas y llamativas». Desarrolla las habilidades sociales, de planificación y de comunicación, con la estrategia siempre presente.
MONKIDÚ Y EL ARTE DE LA IMITACIÓN
Monkidú es un juego de cartas al que recurrir en reuniones de amigos y familiares, de 4 a 16 jugadores. Con partidas de 15 minutos, está recomendado para mayores de 8 años.
Definido como un título para «hacer el mono y partirse de risa», está indicado para personas sin ningún tipo de vergüenza. Siguiendo unas reglas rápidas y sencillas, la ronda comenzará con el lanzamiento de los dados.
Esta tirada hace alusión a la acción de las cartas. De forma simultánea, todos realizarán esa misma acción, a excepción de quien posea la carta de mono.
Será ese participante quien mirará a los demás para tratar de imitarlos lo más rápido posible. ¿Su objetivo? Averiguar qué están haciendo para pasar inadvertido. Si nadie descubre que él era el mono, será el vencedor de la ronda.
Aplaudir, imitar a un perro o a un hámster, decir un refrán, tiritar, estornudar o cantar como un gallo son algunos de los retos a realizar, poniéndose en juego la atención, la percepción visual, la motricidad y la creatividad.