El pasado año, DMZ Games publicaba El Tesoro de Isla Tortuga, un atractivo push your luck ambientado en el mundo pirata. Su autor, Leandro Félix, ya tiene otro proyecto en marcha: Highway Star.

 

HIGHWAY STAR: UNA CARRERA HACIA LA META

Highway Star es un juego de mesa de 4 a 9 participantes, con competiciones de 20 minutos. Recomendado para mayores de 10 años, es una creación de Leandro Félix.

Por ahora en forma de prototipo, se muestra en distintas jornadas y eventos. A la espera de los detalles sobre su lanzamiento, ya se conocen su temática y su mecánica. Sus jugadores se ponen en la piel de pilotos, con el objetivo de cruzar la línea de meta antes que sus rivales.

El autor vuelve a apostar por la gestión de la suerte. Dado que el circuito se irá creando a lo largo de la partida, tendrán que ajustar la velocidad de sus vehículos durante cada ronda. Ir demasiado despacio no garantiza un buen puesto; correr demasiado puede traducirse en un fracaso.

 

HIGHWAY STAR: UNA PARTIDA

Tras colocar los peones en las casillas de salida del tablero central, se dejan las cinco tarjetas de trampa elegidas a la vista de todos. Cada participante recibe su carta de velocímetro, a ajustar en función del orden de salida, y siete cartas de su color.

Una vez creado el mazo de tramo, comienza la partida. Cada ronda se estructura en cuatro fases, a llevar a cabo de forma simultánea. Esta mecánica se repite hasta que tres coches alcancen la línea de meta, llevándose las medallas de oro, plata y bronce, respectivamente.

1. Elección de una carta. Todos bajan una carta a su lado de la mesa, boca abajo. Cada una cuenta con dos lados, por lo que deberán colocarse en la posición acorde a la elección.

2. Resolución de cartas. Empezando por el jugador a la izquierda del líder, se levantan las cartas y se resuelven (excepto las marcadas con el icono del banderín). Las de conducción permiten incrementar o reducir la velocidad del vehículo y vuelven a la mano tras aplicar su efecto.

Las cartas de trampa y poder especial se descartan tras su uso. Sirven para activar una de las trampas visibles, en beneficio propio o para perjudicar a los demás, o para aumentar la velocidad.

3. Revelación del tramo. Se levanta la primera carta de tramo, en la que se indicará la velocidad adecuada para avanzar. Aquellos jugadores cuyo velocímetro coincida con el número mostrado, avanzarán tantas casillas como equivalgan a ese número, más una como bonificación.

Quienes se queden por debajo, avanzarán las casillas indicadas en su velocímetro. Por contra, aquéllos que superen la velocidad mostrada bajarán su velocímetro a uno. Así, sólo avanzarán una casilla en esta ronda. Las cartas de tramo se quedan boca arriba, de forma que todos puedan saber qué cartas han salido.

4. Fin de turno. Se resuelven las cartas con el banderín (permiten ver la siguiente carta de tramo) y los coches con una velocidad de uno la incrementan un punto. El líder recibe la carta de jugador inicial y comienza una nueva ronda.

 

PRIMERAS IMPRESIONES

Highway Star puede considerarse un prometedor juego, sencillo, rápido y de turno ágiles. Prescinde de la espera entre turnos, a la vez que potencia la rejugabilidad máxima. El hecho de escoger unas trampas u otras marcará el sentido de la partida.

Compuesto por 106 cartas, 9 peones, 17 fichas y un tablero, ofrece distintas modalidades de juego. Al modo básico, se le suman las variantes piloto experimentado, partida por equipos, rey de la pista y coches personalizados, a combinar entre sí.

Con ellas, se añaden los poderes especiales, la cooperación entre grupos y las trampas propias para cada coche. No faltan los campeonatos en estado puro, en los que anotarse los puntos obtenidos tras cada carrera.

Tras conocer sus reglas, comprobamos como Leandro Félix vuelve a apostar por el género push your luck. ¿Un acierto? La respuesta es sí. Esta gestión de la suerte y las carreras de coches se combinan a la perfección, sobre todo por el hecho de no saber qué requisitos exige el circuito.

En cada ronda, será de vital importancia atender a la velocidad del vehículo, teniendo presentes las cartas de tramo que ya han salido. Reducir la velocidad a tiempo puede ahorrarnos más de un disgusto, mientras que un poco de emoción nunca estará de más…

Y como una carrera no sería nada sin la posibilidad de fastidiar a los rivales, también se hace necesario recurrir a las trampas. Los disparos, un rebufo o una bomba (al estilo Mario Kart) harán las delicias de los jugadores más competitivos, incrementándose la interacción entre ellos. Al fin y al cabo, fastidiar al piloto rojo puede ser más satisfactorio que un avance.

Esa combinación entre el cuidado del velocímetro y las trampas promete ser la clave para la victoria, aunque la forma de jugar de los demás puede determinar el éxito o el fracaso.

Con unas reglas atractivas para principiantes y para expertos (al combinar sus variantes y poner en práctica planes estratégicos) y con unas fases más que originales, parece tener un gran futuro por delante. ¿Lo peor? El hecho de tener que reunir hasta a cuatro personas para poder disfrutarlo.

Mientras comprobamos si estamos en lo cierto, sus instrucciones ya están disponibles para su consulta y descarga. Por ahora, queda claro que quien empieza una guerra, con aceite de por medio, acaba pagando sus consecuencias…