Hay clásicos que nunca pasan de moda. Un claro ejemplo lo encontramos en Monopoly, juego de mesa del que cada año aparecen distintas versiones. Sigue siendo uno de los planes estrella para las reuniones familiares de Navidad, ¿pero qué ocurre con él durante todo el año?
Ante la dificultad para reunir a un grupo de personas que estén dispuestos a comprar propiedades durante toda una tarde, surgen las propuestas digitales. Con múltiples versiones para ordenadores y consolas, no faltan las correspondientes a los navegadores. En este caso, analizamos un nuevo Monopoly online multijugador. ¿Funciona la fórmula?
EL PERRO, EL ZAPATO Y EL SOMBRERO
El popular Monopoly no podría entenderse sin The Landlord’s Game, patentado por Elizabeth Magie en 1904. Años después, el vendedor de calefactores domésticos Charles Darrow tomaría lo mejor del juego para crear Monopoly, convirtiéndose en su único autor reconocido. El resto, ya es historia.
Cuenta con multitud de versiones lanzadas en todo el mundo, ya sea adaptadas a cada país, protagonizadas por personajes de series de televisión, películas y videojuegos o aprovechando las últimas tecnologías. Por suerte, su esencia tiende a mantenerse intacta, ya que el objetivo sigue siendo convertirse en el jugador más rico.
Así, sus participantes mueven sus peones por el tablero, en su tarea por adquirir propiedades y construir casas y hoteles. Evitar las hipotecas y la cárcel y reservar el suficiente dinero para afrontar los acontecimientos imprevistos o las elevadas tasas de alquiler de los rivales son algunas de las claves para la victoria.
El que puede considerarse el juego con más reglas caseras de la historia (pocos pueden presumir de haberse leído sus reglas en lugar de escuchar las explicaciones de un tío) continúa enganchando y divirtiendo a partes iguales. Es por ello que sigue atrayendo incluso a los desarrolladores de videojuegos.
En el caso que nos ocupa, están presentes todas y cada una de sus reglas. Sumergirse en sus calles no es una tarea complicada, y más teniendo en cuenta que volvemos a ver los peones metalizados del perro, el sombrero, el zapato, la plancha o el dedal. ¡Una delicia para nostálgicos!
COLORIDO Y SENCILLEZ
La principal ventaja que tiene disfrutar de esta propuesta desde el ordenador es no tener que reunir a un grupo de personas en torno a la mesa del salón. Lo que a menudo se convierte en una misión imposible no tiene que significar un abandono del Monopoly. Ni mucho menos.
Para que la experiencia sea lo más realista posible, y no echemos de menos las discusiones con nuestro amigo, se apuesta por la sencillez máxima. El jugador indica su nombre y selecciona un color y un peón. Tras encontrar a otros participantes, recibe 1.500 dólares y comienza la competición. ¡Hasta hay un sofá de fondo!
Con unos cuidados movimientos de la cámara, que representan un entorno en tres dimensiones con el tablero, puede tener acceso a toda la información que necesite. Su turno comienza con el lanzamiento de los dados. Será el sistema quien haga avanzar el peón a la casilla indicada, evitándose una lentitud innecesaria.
A continuación, se llevará a cabo el efecto de la casilla o tendremos opción de realizar la compra de una propiedad libre. Basta con decidir adquirirla para que el dinero vaya hasta la banca.
La idea es que esta simplicidad en cuanto a opciones y movimientos automáticos reduzca al máximo las esperas entre turnos. El jugador, por tanto, sólo se centrará en esa toma de decisiones constante, tan necesaria para convertirse en multimillonario.
¿Y SI SEGUIMOS ECHANDO EN FALTA A NUESTRO AMIGO?
Si ese sofá en tres dimensiones, con sus cojines, no ha sido suficiente para dejar de echar de menos las partidas en la vida real, existe una segunda opción: organizar una partida con amigos.
Los internacionales Mark76, DogDogHu y ChrisPBacon dejarán espacio a Pablo, Álex y Marta. Basta con acceder a un servidor privado para volver a revivir esas tardes de la infancia, sin importar en qué ciudad se encuentre cada uno. ¿No es suficiente?
Este juego también nos permite disfrutar de su multijugador local. En este caso, todos estaremos en la misma habitación, por lo que la rabia, las alegrías y los insultos (por suerte) volverán a ser más que frecuentes. Es una opción válida si no contamos con una mesa libre sobre la que colocar el tablero o si, en su afán por tirarlo todo, nuestra madre se deshizo de él hace décadas….
MONOPOLY: CONCLUSIONES
Un siglo después, la fórmula de Monopoly y su historia siguen sorprendiendo. ¿El resultado? Que cualquier propuesta, siempre que esté cuidada y que siga respetando su esencia, siempre es bienvenida.
En este caso, encontramos una alternativa más que recomendable a quienes quieren seguir disfrutando del clásico y no acostumbran a poder hacerlo, ya sea por falta de tiempo o de espacio. Poder competir contra jugadores de todo el mundo resulta interesante, así como disputar retos contra los amigos de toda la vida, mediante el monitor.
Esa sencillez de la que hablábamos antes se convierte en su principal aliada para garantizar partidas rápidas y sin grandes complicaciones. Aunque eso sí, si aceptamos jugar, debemos respetar una regla de oro no escrita: no dejar esperando durante horas a los contrincantes.
Si decidimos ir al baño más de la cuenta, tal vez nos encontremos con que todos han abandonado la partida. Nuestro perro se habrá quedado solitario en sus caras propiedades, sin posibilidad alguna de que alguien caiga en ellas.
Se juegue online o en local, es un pasatiempo que amenizará las tardes de aburrimiento, a la vez que traerá muy buenos recuerdos a la mente. Y eso es algo que no todos los entretenimientos logran conseguir.