El clásico Teléfono Escacharrado en forma de juego de mesa. Así se define Scrawl, propuesta para disfrutarse con adultos que ya cuenta con edición en castellano. Llega de la mano de Mercurio Distribuciones.
SCRAWL Y LAS MENTES RETORCIDAS
Scrawl, presentado como parte del catálogo de Mercurio Distribuciones, ya se encuentra disponible en castellano. Se trata de un juego de mesa de 4 a 8 participantes, de 30 minutos, recomendado a partir de los 17 años y publicado por Big Potato en su edición original.
Este ‘party’ toma como referencia el clásico Teléfono Escacharrado. En él, un jugador transmitía un concepto o mensaje al jugador de al lado al oído y, tras pasar por distintas personas, comprobábamos como lo que volvía era completamente distinto. En esta ocasión, ese concepto se combina con el dibujo y con los turnos simultáneos.
La ronda parte de una frase surrealista. El jugador tendrá que plasmarlo en un dibujo, lo mejor que pueda. Al pasar de una mano a otra, todo se irá torciendo hasta dar como resultado una idea completamente distinta, fruto de las mentes más retorcidas.
Como detallan sus responsables, el más creativo o divertido tendrá su recompensa en este juego de «malentendido inocentes (o no)». Cada uno contará con su pizarra numerada y su rotulador, las dos herramientas para comenzar a interpretar. Tras escoger un color de situación (blanco, rosa, negro o amarillo) cada uno recibe una tarjeta correspondiente a él.
Comenzarán a dibujar el concepto marcado, pasando por la congelación de la propia cabeza, la acción de hacer amigos con una lombriz, de destrozar un castillo de arena o la pérdida en el IKEA. Cuando todos hayan finalizado sus obras de arte, pasan sus pizarras al jugador de su izquierda.
Al recibir una pizarra con un dibujo extraño, escribiremos en una tarjeta en blanco lo que vemos. La sujetamos con la pinza de la pizarra, de tal forma que tape el dibujo original, y volvemos a pasarla al de la izquierda. Al recibir una pizarra tapada con el texto de una tarjeta, dibujaremos lo que se indica en ella en una nueva, para engancharla en la parte superior de esa pizarra.
Se sigue la combinación entre dibujo y texto hasta recibir nuestra propia pizarra. Enseñaremos la tarjeta con el mensaje e iremos descubriendo la pizarra y las tarjetas, una a una, para seguir el recorrido del mensaje. Elegiremos el dibujo o texto más ingenioso, para dar un punto a su propietario.
En caso de que la última situación se parezca a la inicial, el dueño de la tarjeta se anota tres puntos. Se borra todo y se reparten nuevas tarjetas, hasta que alguien obtenga dos puntos más que el número de jugadores, convirtiéndose en el ganador.