Byzanz: el encadenamiento de decisiones entre pujas y ventas

Byzanz

El mercado de Bizancio no destaca por su tranquilidad. Hay muchos bienes por subastar y muchos mercaderes que están dispuestos a lo que sea con tal de hacerse con las más valiosas mercancías. Su destino final es la venta. Preferiblemente, aquélla con el máximo beneficio. Reseñamos Byzanz, juego de mesa que contará con edición en castellano.

 

UNA JORNADA EN EL MERCADO

Byzanz es un juego de mesa de 3 a 6 jugadores, con competiciones de 45 minutos de duración. Recomendado a partir de los 8 años, es una creación de Emanuele Ornella, con ilustraciones de Doris Matthäus.

Byzanz
Componentes de juego.

Mont Tàber prepara la edición en castellano, fiel a la publicada por Lautapelit.fi. Recurre a una campaña de búsqueda de financiación en Verkami, junto a El diablo de la botella y Dr. Jekyll & Mr. Hyde. Si supera su objetivo inicial, será una realidad a principios del próximo año. A 28 días para que finalice, lleva recaudado un 86%.

Esta propuesta nos traslada al mercado de Bizancio. Como mercaderes, nuestra misión será conseguir el máximo beneficio. A partir de una subasta, obtendremos nuevas cartas y repondremos el mercado. Le seguirán la selección de bienes y las ventas, siempre que pertenezcan al mismo tipo.

 

BYZANZ: UNA PARTIDA

Se barajan las cartas de bienes con las de negociador (comodines) para repartir cuatro a cada jugador. El número de participantes determinará las cartas a retirar y las de apuesta a seleccionar, a colocar de menor a mayor. Una vez situado el tablero en el centro, comienza la partida.

Byzanz se divide en una serie de rondas, que siguen la misma mecánica. Comienzan con la extracción de tantas cartas como se indiquen en la de apuesta visible. El jugador inicial bajará tantas cartas en la mano como equivalgan al precio que está dispuesto a pagar para llevarse ese lote.

El siguiente debe superarlo, y así sucesivamente, estando permitido pasar o retirarse (recuperando las cartas apostadas). El que más «dinero» añada, deja las cartas utilizadas bajo el tablero de mercado, ordenadas por colores. Se lleva todo el lote, a excepción de una carta, que también se añade el mercado.

¡Primera subasta a la vista!

Tras coger la carta perteneciente a la subasta actual, ya no podrá participar más en las restantes de la ronda. El siguiente será el nuevo jugador inicial, quien comenzará la puja por un nuevo lote. El número de cartas que lo componen se irá reduciendo turno tras turno. En la última subasta, al no haber rivales, no hay que entregar cartas de la mano.

Empezando por el jugador con la carta de subasta más baja (aquél que se haya llevado la última carta), seleccionan un grupo de cartas del mismo tipo del mercado para incorporarlo a la mano. Es decir, se llevarán un grupo de cartas del mismo color. Se limpia el mercado y se devuelven las cartas de subasta, para iniciarse una nueva ronda comenzando, también, por el que se haya llevado la más baja.

Dado que el número máximo de cartas a tener en la mano es de siete, se podrán vender en todo momento. Deberá hacerse en grupos de tres de un mismo color. Se descartan dos de ellas y se guarda la más alta en un montón boca abajo. Un comodín únicamente podrán guardarse cuando se venda de forma conjunta.

El vencedor será quien tenga la mayor puntuación en ese montón al agotarse el mazo central. Cada carta suma el valor indicado, mientras que un comodín añade cinco puntos. Con un empate, gana el que conserve más cartas en la mano.

 

BYZANZ: CONCLUSIONES

Como bien sabrán los habituales de los juegos de subastas, lo mejor que tiene el género es su gestión del riesgo. Ese momento en el que no queremos lo que se está ofreciendo, pero subimos el precio para encarecer su valor e intentar que el siguiente se arruine. Hasta el punto que no siempre acaba siendo la mejor de las jugadas.

Byzanz
¿Cuál es el mejor precio para tantas cartas?

Por suerte, esta característica sigue presente en Byzanz. Así, encontramos un juego de cartas con una enorme interacción entre participantes y un mayor uso de la estrategia de lo que puede parecer a simple vista. Aparece al interferir en el precio de los lotes, al utilizar determinadas cartas como moneda de pago y al seleccionar un grupo de cartas u otro.

Tanto es así que, si observamos bien qué planes tienen los rivales (en base a las cartas que están recogiendo), nos divertiremos al máximo arrebatándoles sus jugosas cartas. Deberá hacerse con cabeza, puesto que las cartas que no puedan venderse a tiempo irán a parar al montón de descartes.

Las pujas deben ir encaminadas al lote a recibir, pero también a la posición a la hora de elegir un grupo del mercado. Como hemos visto, ser el primero en llevarse ese lote implica ser el último en elegir un grupo. Será nuestra tarea decidir si las cartas mostradas son lo suficientemente valiosas como para hacer frente a esta futura desventaja.

Byzanz
A medida que avance la ronda, el mercado se irá llenando de bienes.

La toma de decisiones continúa al decidir qué cartas vender y cuáles no. Puesto que sólo nos quedaremos con la más alta, para añadirla a nuestro montón de puntuación, una jugada perfecta nos llevaría a vender un pack de 4-1-1. Para nuestra desgracia, no siempre es fácil de reunir, hasta tal punto de llegar a vender un 4-3-3, con la pérdida de las dos últimas.

Si bien el objetivo final es sumar la mayor cantidad de puntos en ese mazo, conviene vender con cabeza, preferiblemente recordando qué cartas han salido ya. Esperar al momento perfecto para ello. Mirar en base al futuro. Incluso las ventas perfectas pueden dejarnos con las manos vacías, lo que nos llevará a no tener cartas para pujar en un par de rondas.

Una de las señas de identidad de Byzanz es el equilibrio que se crea entre ganadores y perdedores, de tal forma que no haya nada escrito hasta el recuento final. No habrá rondas perdidas, puesto que en todas recibiremos algo para iniciar una recuperación. Eso es algo de agradecer, evitando que los jugadores se desanimen en mitad de la partida.

Sus reglas sencillas y sus turnos estructurados permitirán que los principiantes puedan disfrutar del juego sin problemas. Sus competiciones rápidas también son el resultado de unas cartas marcadas con el color, para su eficaz identificación. Dadas esas opciones estratégicas que empiezan a surgir tras los primeros minutos, puede ser una buena propuesta para que se inicien en el sector.

El último jugador de la subasta tendrá una posición privilegiada en el mercado.

Los habituales a los juegos más complejos también lo sacarán a mesa con frecuencia. No será su título favorito, pero sí que valorarán la toma de decisiones constante, la gestión del riesgo y la forma con la que podrán mostrar sus habilidades en cuanto a memoria y planificación. 

La disposición aleatoria de las cartas garantiza su rejugabilidad, por lo que podremos seguir enganchados a su encadenamiento de acciones por mucho tiempo. Con él, nos situaremos ante el inicio de un camino que, poco a poco, nos llevará hasta la meta.

Una subasta se traduce en cartas y en una posición para añadir un grupo a la mano. Y de ahí, llegará la agrupación de cartas por tipos y las mismas ventas. Así, aunque es inevitable que Jaipur venga a la mente por algunos de sus detalles (como esa unión por colores), estamos ante un juego muy distinto.

El vencedor será quien tenga más puntos al terminar la partida.

Respecto a sus componentes, encontramos cartas con un diseño muy sencillo, con el que todo el protagonismo recae en su mecánica. Cuentan con una gran resistencia, algo más que necesario en juegos donde las cartas se dejan en la mesa y se levantan durante toda la partida. Se completan con un manual claro y conciso.

Mont Tàber nos acerca un juego que debería haber estado disponible en castellano mucho antes. No reinventa mecánicas, pero combina las pujas y la estrategia de tal forma que se crea una propuesta capaz de enganchar a jugadores muy diferentes entre sí. Por su parte, añade un nuevo género a su ya variado catálogo, como muestra de su constante crecimiento.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 96 Cartas de Bienes
  • 16 Cartas de Negociador
  • 6 Cartas de Subasta
  • Tablero de Mercado
  • Instrucciones (castellano)