Será a lo largo de 2019 cuando Venatus Ediciones publique ¡Desplumados!, juego de Sergio Ortiz. El autor ya tiene un segundo proyecto en marcha, por ahora en forma de prototipo. Se trata de GOBI, título de velocidad y agilidad visual, del que ya conocemos algunos detalles.
EN LA PARTE MÁS PROFUNDA DEL DESIERTO DE GOBI…
GOBI (nombre provisional) es un juego de mesa de 2 a 6 participantes, con competiciones de 20 minutos, recomendado a partir de los 7 años. Es una creación de Sergio Ortiz, presentada en forma de prototipo.
A la espera de conocer los planes para su publicación, ya se han desvelado algunos de los detalles. Por el momento, está compuesto por 90 cartas independientes del idioma, 60 fichas de gema y un tótem. El objetivo es trasladarnos a la parte más profunda del desierto de Gobi, mientras las mesas se llenan de colorido.
Un rumor, escuchado en la voz de un vendedor ambulante, indica que existe una cueva oculta repleta de tesoros. Parece que sólo se abre una vez cada 400 años, por lo que se inicia una intensa competición entre ladrones por hacerse con el más valioso de los botines.
Haciendo uso de la concentración y de la rapidez mental, el primer paso es disponer todas las fichas de gema en la mesa, creando un círculo. Deberán rodear al tótem central. Una vez barajado el mazo, se reparten cinco cartas a cada jugador, a sostener en la mano sin ser vistas.
La ronda comienza levantando la primera carta. Los turnos son simultáneos, de tal forma que a partir de este momento cada uno progresará a una velocidad distinta. Tendrán ante sus ojos un objetivo, a cumplir trasladando la gema o las gemas correctas a esa misma carta. Al completarse, se levantará la siguiente, y así sucesivamente.
En el momento en que un participante complete su quinto objetivo, toma el tótem. Se comprueba si todo es correcto. De ser así, escoge entre ganar una gema o que otro jugador pierda una de las suyas, opción ideal para fastidiar al más aventajado. Se guardará, además, todas las cartas de botín que hubiera debajo del tótem.
Cualquier error implica dejar la carta de objetivo en el tótem, a modo de botín para otra ronda. Las cartas no completadas se vuelven a colocar en la parte inferior del mazo. Respecto a los demás jugadores, los aciertos se recompensan con puntos de victoria. Los errores también pasan a formar parte del botín.
Se procede a un nuevo reparto para iniciar un nueva ronda, mecánica que se repite hasta que no puedan repartirse más cartas. En las últimas rondas, podría no ser posible repartir cinco cartas a cada uno, de tal forma que se entregan de forma equitativa. Esto hará que haya rondas con cuatro, tres, dos o incluso un único objetivo, convirtiendo el final en frenético y caótico.
Todos cuentan los puntos, procedentes de sus cartas de botín. Algunas recompensarán con un punto, mientras que otras añadirán dos. El ganador será quien tenga la mayor puntuación. Ahora bien, ¿en qué consisten los objetivos?
Algunos se completarán encontrando una gema que cuente con dos colores, mientras que otros harán alusión a formas y colores. No faltan los que llevan a completar uno o dos huecos, como si de un puzle se tratase, ni los que obligan a contar los lados de las piezas (con sumas y restas incluidas).
Las gemas comodín sólo podrán ser utilizadas cuando sea imposible completar un objetivo (al agotarse las piezas buscadas). Recurrir a ellas habiendo otras disponibles también cuenta como fallo, de tal forma que sea preciso valorar muy bien cuándo hacerlo.
Existen objetivos de distintos nivel de dificultad, que requieren grandes dosis de concentración. A través de reglas rápidas y sencillas, se conforma como una original propuesta familiar capaz de dar la vuelta por completo al género, con grandes beneficios en los más pequeños.
Potencia la atención, la reacción, los reflejos y el reconocimiento de formas y colores, a la vez que lleva a practicar con las operaciones simples. Estas características se completan con una alta interacción entre participantes y con los nervios como compañeros de juego.